sábado, 23 de febrero de 2013

Dios no existe, Dios es - Devocional

“Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: Cuál es su nombre, ¿Qué les responderé?
Éxodo 3:13
Existe un movimiento y una tendencia en el mundo que se propone negar a Dios, proclamando que “Dios no Existe”, pero lo curioso y paradójico de esta sentencia, es que es verdad. Dios no existe, porque lo que existe está sujeto al tiempo, tiene un principio y un final, y realmente la naturaleza de Dios es eterna; no está sujeta al tiempo en los términos que lo conocemos, ni tiene un principio o un fin y esto lo podemos constatar en la singular respuesta que Dios le dio a Moisés:

“Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros” Éxodo 3:14
Por lo cual, DIOS es.
Cinco mil años después, cuando Dios envió a su amado Hijo, vemos la afirmación de esta verdad eterna, cuando Jesús reafirmó su Ministerio. Veamos algunos ejemplos:
  • Jesús, a pesar de que tuvo infancia como todos nosotros, su origen, la forma en que fue concebido, fue completamente sobrenatural, y después de su muerte física, resucitó al tercer día, demostrando así su poder sobre la vida, el principio y el fin de la existencia y dejándonos, como legado, la esperanza de que existe realmente vida después de la vida que conocemos.
  • Jesús le dijo a Nicodemo (Juan 3:5) que para poder acceder a esa vida eterna, era necesario nacer de nuevo del agua y del Espíritu, porque la carne viene de la tierra y a la tierra vuelve, pero lo nacido del espíritu, espíritu es y es eterno.
  • “Porque de tal manera amó Dios al Mundo, que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan.3:16). Dios nos dio a su Hijo, pero ese Jesús, ya era desde la creación del mundo, y por Él todas las cosas fueron creadas y existen.
  • Jesús es: el Agua de Vida. El que bebe esa agua de vida, saciará su sed.
  • Jesús es: La luz de este mundo. El que anda bajo su luz nunca estará en tinieblas.
  • Jesús es: El Camino, La Verdad y La Vida. El que ande en este camino, nunca estará perdido, ni confundido, ni solo y vivirá para siempre.
  • Jesús es: Pan de Vida. El que come su pan (su cuerpo, molido por nuestros pecados) y bebe su vino (símbolo de su sangre derramada por nuestra redención), quien participa de su Santa Cena, tiene esperanza y espera su segunda venida.
  • Jesús es: El Médico de médicos. En sus llagas fuimos todos sanados.
  • Jesús es: Rey de Reyes y Señor de Señor de Señores. Está por encima de todos los gobiernos, príncipes y reyes de esta tierra y Su Reinado, no tiene fin.
  • Jesús es: Nuestro amigo verdadero. Pues es el único amigo que entregó hasta la última gota de su sangre por nosotros; nunca nos traicionará, no busca ventaja y su amor es sincero e inconmensurable, pues no se puede medir.
  • Jesús es: El Mesías, El Santo de Israel. El prometido y deseado por todas las naciones.
  • Jesús es: Príncipe de Paz. Y su paz, no es como la paz del mundo, pues está impresa en nuestro corazón y en nuestra mente, y es duradera.
  • Jesús es: La máxima autoridad y Dios Padre, sujeto todo a sus pies.
  • Jesús es: Amor. Todo Él es Amor.
  • Jesús es: Profeta de profetas. Lo que está escrito sobre Él, se ha cumplido y se cumplirá en lo que falta por venir,
  • Jesús es: La Resurrección y la vida. El que cree en Él, aunque esté muerto, vivirá.
  • Jesús es: El ungido, el escogido, es el que es. El único y verdadero Dios, hecho hombre, para reconciliar al hombre con Dios.
  • Jesús es: El único mediador entre Dios y los hombres. Nadie puede llegar a Dios, si no es a través de Jesús.
¿Y cómo nos afecta a nosotros esta Divina Presencia?
  • A través del Espíritu, viviendo bajo el abrigo del Altísimo, llevando vidas espirituales, vidas santas, vidas perfectas; más allá del cuerpo o la carne; más allá del alma, del intelecto, de las emociones y la personalidad; más allá de del Atrio y del lugar santo; en el lugar Santísimo, en las profundidades de nuestro interior; en las regiones del Espíritu puro de Dios, de donde proviene la vida, nuestro ser y todo lo creado.
  • Declarando Palabra de Verdad y profetizando sobre nuestra vida:
      • Yo soy, un@ hij@ de Dios.
      • Yo soy Templo del Dios Viviente.
      • Yo soy lo que Jesús quiera que sea.
      • Yo soy victorios@ porque Jesús es Victorioso.
      • Yo soy manifestación de la Divina Presencia.

    “Unos decían: El es; y otros: A él se parece. El decía: Yo soy”

    Juan 9:9 (Reina-Valera 1960)

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