lunes, 14 de enero de 2013

Saber lo bueno y no hacerlo - Devocional

Casi siempre somos consientes de lo bueno y lo malo. Es muy difícil que llevemos a cabo algo de lo que no estamos seguros de si es bueno o malo, porque por lo general todos sabemos qué cosas agradan a Dios y qué cosas no.
De lo anterior se desprende que muy frecuentemente sabemos que tenemos que hacer lo bueno, pero terminamos haciendo lo malo. La Biblia habla de esto:“y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.” Santiago 4:17 (Reina-Valera 1960). En otra versión lo dice de esta manera: “Recuerden que es pecado saber lo que se debe hacer y luego no hacerlo.” Santiago 4:17 (Nueva Traducción Viviente). Más claro imposible.
La mayoría de nosotros cometemos el pecado de saber lo que se debe hacer o lo que es bueno y no hacerlo. Seguramente el 99% de la gente ha cometido ese pecado en algún momento de su vida. ¡Claro!, hay una gran diferencia entre saber y hacer, y la mayoría somos muy buenos para la teoría, pero malísimos para demostrarla en la práctica.
Ahora bien, ¿qué es lo que sabes que tienes que hacer y no lo estás haciendo?, ¿qué es eso que Dios ha estado recordándote los últimos días que debes hacer y has hecho oídos sordos?
Cuando Dios nos está insistiendo sobre algo que tenemos que hacer, ¡debemos hacerlo!; Él no se cansará de recordárnoslo por todos los medios. Posiblemente una alabanza hablara sobre lo que tienes que hacer, quizá escuches una predicación que te lo diga claramente, quizá oigas o escuches alguna experiencia de alguien que te está recordando qué es lo que debes hacer, o bien por cualquier medio que Dios quiera enviarte un recordatorio; sin embargo, la mayoría de nosotros estamos sordos y ciegos a sus llamadas de atención y a sus instrucciones. A veces obedecemos hasta que nos vemos entre la espada y la pared o hasta que, por no hacerlo, ya estamos metidos en grandes problemas.
Deja a un lado tu voluntad, tus sentimientos, lo que desearías humanamente hacer y comienza a escuchar y obedecer la voz de Dios, a su Palabra escrita. Aunque en la práctica se te haga muy difícil, es de hombres y mujeres de Dios intentarlo.
Nadie dijo que hacer lo bueno es fácil, pero tampoco es imposible; para ello necesitamos valor, determinación y, sobre todo, estar cerca de Dios para hacer su voluntad y no la nuestra.
¿Qué es lo que Dios te ha estado diciendo que tienes que hacer?, ¿qué estás esperando para hacerlo?, ¿cuántas confirmaciones necesitas?, ¿qué tiene que pasar para que comprendas que necesitas hacer lo bueno? ¡Ve y hazlo!

¡Dios sonreirá al ver que te decides por hacer lo bueno!

“Pues Dios los llamó a hacer lo bueno, aunque eso signifique que tengan que sufrir, tal como Cristo sufrió por ustedes. Él es su ejemplo, y deben seguir sus pasos.” 

1 Pedro 2:21 (Nueva Traducción Viviente)

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