domingo, 11 de noviembre de 2012

Mi Alma Estará Anclada En Dios - Devocional

En Dios solamente está acallada mi alma; de él viene mi salvación. Salmos 62:1.
¡Bendita seguridad: esperar sóla y únicamente en el Señor! Tal debe ser nuestra condición hoy y todos los días de nuestra vida. Esperar su tiempo, esperar su auxilio, esperar con alegría, esperar en oración y contentamiento. El alma que así espera observa la verdadera actitud de una criatura delante del Creador, de su siervo delante de su Señor, de un hijo delante de su Padre.
Jamás tratemos de dictar órdenes a Dios, ni de quejarnos en su presencia; no seamos petulantes ni desconfiados. No osemos correr delante de la nube ni buscar el socorro de los demás, porque ninguna de ambas cosas sería esperar en Dios. Dios, y sólo Dios, debe ser la esperanza de nuestras almas.
¡Bendita certeza! "De Él viene la salud", ya está en camino. La salvación de Él nos vendrá, y de ningún otro. Suya será toda la gloria porque solamente Él podrá conseguírnosla. Sin duda Él nos la traerá a su debido tiempo y a su manera. Él nos librará de la duda, del sufrimiento, de la calumnia y de la miseria. 
Aunque no veamos señal alguna de esta liberación, gocémonos esperando la voluntad del Señor, porque jamás podremos albergar la menor duda acerca de su amor y fidelidad. Su obra será cierta y no se hará esperar mucho, y nosotros le alabaremos ahora por su misericordia futura. Es por eso que hoy tengo una gran oportunidad para estar anclado en Dios y así las tormentas no me destruirán.
Gracias Señor por sostenerme y amarme. En ti está confiada mi alma. Amén.

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