jueves, 11 de octubre de 2012

Reconócelo, necesitas de Dios - Devocional

Este escrito va especialmente dirigido para aquellos que por uno u otro motivo se han alejado de Dios. No necesariamente para los que hayan dejado de ir a la Iglesia o hayan dejado de servir, porque puedes hacer esas cosas y otras y puedes estar alejado de Dios.
¿Recuerdas cuando Cristo te llamó? Sí, andabas perdido por el mundo sin encontrar un sentido verdadero a tu vida, tratabas de llenar un vacío en tu corazón con diferentes cosas y nada podía satisfacer esa necesidad que existía en ti.
El día que le entregaste tu vida a Dios comenzó en ti un milagro sorprendente; Dios comenzó a transformarte. Sin necesidad de que te obligaran tú pusiste todo de tu parte, cada cosa nueva era bendita para ti, te alimentabas y le buscabas más, adorabas a Dios derramando toda tu vida a sus pies, escuchabas su Palabra con una disposición tan grande que Dios siempre hablaba a tu vida.
¡Ahora sí! ¡Por fin habías encontrado lo que con tanto anhelo buscabas!, habías encontrado en Dios todo lo que te hacia falta, te sentías plenamente completo y feliz como consecuencia de tu gran amor por Dios y tu enorme agradecimiento hacia Él. Comenzaste a servir, y descubriste capacidades y talentos en ti que ni sabias que tenías, pero   Dios si lo sabia porque Él mismo los había colocado en tu vida.
De pronto algo pasó: comenzaste a descuidar poco a poco aquello que te mantenía firme, ya no orabas tanto como antes, leer la Palabra de Dios ya no era una prioridad, comenzaste a cambiar los hábitos espirituales que habías forjado por otros que realmente no te edificaban, no te percataste cuando de repente las cosas ya no eran igual. Y es que poco a poco fuiste alejándote de Dios.
Quizá sirves actualmente o quizá no, pero independientemente de eso sabes que estás lejos de Dios. Puede que asistas a la Iglesia y aún así te sientas lejos del Señor y lo sabes. No puedes negarlo, tus ojos, tu mirada te delata, tal parece como si aquel brillo de tus ojos, consecuencia de lo enamorado que estabas de Dios, se hubiera ido poco a poco, y ahora te encuentras en uno de esos baches en donde por más que lo intentes no encuentras cómo salir y volver al camino.
La Biblia dice: “Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová” Lamentaciones 3:40 (Reina-Valera 1960). Escudriñad, en este verso, significa reflexionar sobre lo que hemos hecho y estamos haciendo; consiste en abrir los ojos espirituales para darnos cuenta de que estamos lejos de Dios, es mirar hacia atrás y notar que cada paso que hemos dado últimamente nos ha alejado más y más del Señor.
¿Sabes?, tienes que reconocer que necesitas de Dios, no puedes andar vagando por este mundo con cara de bueno sabiendo que estás lejos de Dios, no podemos tratar de burlar a Dios, no podemos andar reflejando algo que realmente no sentimos.
Una de las claves especiales para volver a comenzar y hacerlo de una forma efectiva es ser HUMILDE, y humildad tiene que ver con el reconocimiento de mis fallos y de mi enorme necesidad de Dios.
Tú tienes necesidad de Dios, no lo niegues y, aunque quieras ignorarlo, muchas veces añoras aquellos momentos de intimidad con Dios en donde te olvidabas de todo y disponías todo tu corazón para hablar con Él, para adorarle, para pasar largos ratos a solas con Él en donde podías ser tú mismo, en donde podías derramar cuantas lágrimas quisieras; esos momentos en donde salías totalmente renovado y con muchas fuerzas para seguir en esta lucha diaria.
¿Por qué no vuelves?, ¿Por qué no reconoces que necesitas de Dios y como consecuencia te armas de valor y comienzas nuevamente? No digas que no puedes porque con Cristo todo lo puedes; lo único que Dios necesita para poder renovarte nuevamente es tu disposición de corazón y esa determinación que debes tener para dejarte renovar.
Mientras más piensas que no podrás, menos lo intentarás, ¿Por qué no le das una oportunidad a Dios?, ¿Por qué por un momento dejas de resistirte y le permites a Dios abrazarte y renovarte? No creas que Dios está enojado contigo; al contrario, está viéndote en este momento con ojos de amor. Él sabe la necesidad que hay en ti de Él y quiere saciar esa necesidad, ¿Por qué no se lo permites?
Hoy Dios te dice: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.” Mateo 11:28 (Reina-Valera 1960). ¿Qué más tiene que hacer Dios para que le permitas que te restaure? Tú siempre has tenido un corazón sensible y sabes muy bien que esto es de Dios, que Él quiere que comiences de nuevo, que Él quiere que reconozcas la enorme necesidad que tienes de volver de nuevo a Él, porque el Señor te ayudará en todo.
¡Vamos!, es hora de volver a casa de nuestro Padre, es hora de llegar delante de Él y rendirnos totalmente; ya no sigas más tiempo luchando solo, no trates de llenar tus necesidades con otras cosas; mejor reconoce a Dios y la necesidad enorme que hay en tu corazón de Él y ríndete de una vez por todas. Él está como siempre con los brazos abiertos diciéndote: “Todos los que mi Padre ha elegido para que sean mis seguidores vendrán a buscarme; y cuando vengan, yo no los rechazaré.” Juan 6:37 (Traducción en lenguaje actual).
Dios nunca te rechazará, Dios jamás te dará la espalda, Dios nunca se olvidará de ti; al contrario, hoy Él esta buscándote, está llamándote, está intentando una vez más hacerte entender la enorme necesidad que hay de Él en ti. Por esa razón debes de estar seguro de que su amor hacia tu vida es tan grande que, aún en medio de tus errores, Él siempre anda en busca de ti para restaurarte y hacer de ti aquel hombre o aquella mujer que prometió, pues Él, que la buena obra comenzó en ti, será fiel en completarla.
Si reconoces tu necesidad de Dios y que necesitas volver a Él, quiero invitarte a realizar esta oración:
“Dios mío que estas en los cielos, te doy gracias por todo lo que Tú haces en mi vida sin que yo lo merezca, te doy gracias porque tu misericordia me ha alcanzado, te doy gracias porque lejos de juzgarme me buscas para perdonarme y renovarme. Hoy te quiero pedir perdón por todos mis errores, perdóname porque me he alejado de ti, reconozco que me dejé llevar por otras cosas y por eso te pido perdón. Reconozco mi necesidad de ti, reconozco que te necesito porque sin ti no puedo vivir, y por eso te pido que me ayudes, que me restaures. Pon en mí la capacidad y la determinación para dejarme renovar, cambia mi carácter, transforma mis pensamientos, doblega mi voluntad y fortalece mi dominio propio, tómame en tus manos, quiero que me moldees a tu voluntad, quiero ser un vaso útil en tus manos. Hoy quiero comenzar de nuevo con tu ayuda, no me dejes, tómame de la mano y no me sueltes y cuando yo quiera soltarme no lo permitas. Hoy dispongo totalmente mi corazón para que obres libremente. Gracias Señor, gracias porque puedo sentir tu presencia en este lugar, gracias porque sé que me amas y que terminarás la perfecta obra que un día comenzaste en mí. Muchas gracias mi Dios, en el nombre poderoso de Jesús, Amén.”
Si repetiste esta oración con toda sinceridad y con todo tu corazón, ten por seguro que Dios hoy comenzará algo maravilloso en tu vida. Ahora te invito a que esto no sólo sea una emoción del momento, ahora te invito a que vayas y busques cada día de Dios, a que forjes una vida devocional en tu vida, ora cada día, lee la Palabra, llénate del Señor, pero sobre todo ama a Dios sobre todas las cosas, que tu mente esté llena del Señor, que cada día Dios sea el centro de todo lo que haces y entonces, ¡todo te será mas fácil!

¿SABES UNA COSA? ¡SIN DUDA DIOS TE AMA!


No hay comentarios:

Publicar un comentario