martes, 30 de octubre de 2012

Esperar en Dios - devocional


Esperar en ti,
Difícil sé que es,
Mi mente dice no, no es posible,
pero mi corazón,
confiado está en ti,
Tú siempre has sido fiel,
me has sostenido.
Y esperaré, pacientemente,
aunque la duda me atormente.
Yo no confió con la mente,
lo hago con el corazón.
                                              Y esperaré en la tormenta
                                                      aunque tardare tu respuesta;
                                                     yo confiaré en tu providencia,
                                                   Tú siempre tienes el control.
                                                       Letra canción de Jesús Adrián Romero.
Hoy me siento feliz, confiado y esperanzado en el Dios de mi Salvación, y mientras espero una respuesta positiva para mi vida, de mi boca brota esta canción que en primer lugar me ministra a mí y quiero que te ministre a ti; es una canción hermosa de verdad que nos enseña cómo esperar en Dios.
Esta mañana, cuando salía a trabajar, le pedí a Dios que me enseñara cómo esperar en Él, sin estar ansioso, sin ser demasiado optimista por si la respuesta no es la que espero. Si es así, que no se me desgarre mi corazón, que no me desilusione y, en términos generales, que no me decepcione; pero la pregunta es: ¿cómo esperar algo por fe (la fe es tener la certeza de lo que se espera), pero al mismo tiempo ser realista y saber que las posibilidades siempre son, definitivamente, Si o No? Tal vez haya que esperar porque todavía no es el tiempo y, sobre todo, no dudar y no ser pesimista, porque el que duda no agrada a Dios y ante todo hay que evitar caer en la trampa del pesimismo, pues éste constituye una mala influencia para el alma y para el espíritu; es como un virus que va invadiendo nuestro ser, contaminando y matando nuestra esperanza, nuestro optimismo, nuestro gozo y la felicidad y la paz que tenemos en Cristo-Jesús.
Este es el punto importante: la mente siempre está allí remarcando las ideas, las probabilidades, generando pensamientos que producen sentimientos de ansiedad, de estrés y de impaciencia, pero la clave es no confiar con la mente, sino con el corazón; es allí donde está nuestra fortaleza, nuestra fe, nuestra esperanza, nuestra fidelidad, nuestros afectos y nuestro amor.
Dale tu corazón a Dios y siempre fíate de Él, espera en Él, pues como dice la canción: “aunque tardare tu respuesta, yo confiaré en tu providencia, Tú siempre tienes el control” y guarda tu corazón, porque es de el que mana la vida. (Prov. 4:23) y es en nuestro corazón y nuestra mente que Dios graba su palabra, como lo prometió en Jeremías 31:33 y en Ezequiel 11:19 y 18:31, y canta, canta, y sigue cantando, pues la alabanza es ofrenda de olor fragante a Dios y mientras tú cantas, el poder de la palabra te ministra y hace lo que Dios desea que haga en tu vida.

Espera en él en todo tiempo, ¡oh pueblos!
Derramad delante de él vuestro corazón;
Dios es nuestro refugio.

Salmo 60:8

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