lunes, 29 de octubre de 2012

Ayúdame, Señor - Meditación, Reflexión - vídeo

Sentimientos encontrados gobiernan en este momento tu vida; no sonríes porque no hay una razón para hacerlo pero si muchas para estar preocupado, cargado y puede que hasta sin fuerzas.
Sientes que has tocado fondo, sientes que estás en una de las etapas más difíciles de tu vida, ves como todo se pone peor cada vez y realmente tu fe poco a poco se ha ido reduciendo.
Ves como los problemas se presentan en tu vida uno tras otro, has llegado a pensar que tienes como un imán para ellos y, aunque salgas de uno, pronto a parece otro y llega un momento en donde desearías huir, desaparecer hacia algún lado o simplemente olvidarte de todo, pero sabes que esa no es la solución.
A veces se toca fondo por nuestras frecuentes malas decisiones, porque sabiendo la teoría de lo bueno terminamos haciendo lo malo, porque sabiendo las consecuencias de nuestras acciones terminamos haciendo, a pesar de eso, lo que no tenemos que hacer.
Puede que hoy te encuentres en un momento muy difícil, con sentimientos negativos embargando tu ser, con pensamientos de derrota paseándose por tu mente, con un sentimiento en tu pecho de que las cosas no están como te gustaría que estuviesen y quizá, en un momento de reflexión al darte cuenta de todo lo que te está rodeando y de lo que estás haciendo al respecto, sólo puedes pronunciar un: ¡Ayúdame, Señor!
A veces, al analizar todo en nuestra vida llegamos a la sabia conclusión de que NECESITAMOS LA AYUDA DE DIOS, pues hay cosas que sólo el poder de Dios puede cambiar.
El Salmista David decía: “Escúchame, Señor, y ten misericordia de mí; ayúdame, oh Señor».” Salmos 30:10 (Nueva Traducción Viviente). David decía: “Escúchame, Señor”, ¿Acaso Dios no le escuchaba?, ¡Claro que si!, pero en momentos difíciles creemos que no nos escucha porque tal vez no nos responde como quisiéramos. Sin embargo Él esta al tanto de todo, y aunque el salmista lo sabía no tenia reparo en orar a pesar de eso porque Dios le había ayudado siempre e insistía en pedirle su ayuda; seguramente estaba pasando un episodio difícil en su vida como los que muchos de nosotros pasamos o estamos pasando.
David fue un hombre que sufrió mucho antes de que se cumpliera la promesa que Dios le había dado al ungirle como futuro rey de Israel. Sufrió persecución de muerte, desprecio, olvido, anonimato, pero, sin embargo, algo que caracterizó al salmista David era que hablaba con Dios a través de los Salmos y muy a menudo se le escuchaba decir:“Dios mío, ¡ayúdame! Por tu gran amor, ¡sálvame!” Salmos 109:26 (Traducción en lenguaje actual). “¡Ayúdame!”, era una palabra que David usaba porque sus problemas le hacían llegar a la conclusión de que sólo Dios era capaz de solucionarlos, y por eso insistía en decir: “Dios mío, ¡líbrame, por favor!, ¡ven pronto en mi ayuda!” Salmos 40:13 (Traducción en lenguaje actual).
Puede que hoy estés afrontando uno de los peores problemas que te ha tocado afrontar, puede que las fuerzas se te hayan acabado y que tu fe se tambalee, que dudes, pero aún en medio de cualquier panorama que estés afrontando, pídele ayuda al Señor, porque estoy seguro que Él vendrá en tu ayuda.
Allí donde estás, olvídate de todo lo que te rodea y habla con Dios. Di y repite esta oración con sinceridad de corazón:
“Padre Nuestro que estás en los cielos, te doy gracias por todo lo que Tú nos das sin que lo merezcamos, te doy gracias porque puedo sentir como cada mañana tu misericordia se renueva sobre mi vida, te doy gracias porque hasta aquí has estado conmigo. Padre, Tú conoces mejor que nadie mi actual estado, Tú sabes los problemas que estoy afrontando, los sentimientos que me embargan, las cargas que me preocupan, los pensamientos que desgastan mi fe; hoy nuevamente imploro tu ayuda, ¡Ayúdame Señor!, reconozco que solo no puedo, reconozco que las fuerzas poco poco se me han ido acabando, reconozco que estoy en un punto en donde sólo tu Poderosa Mano puede sacarme de todo esto y por eso hoy, con todo mi corazón, quiero pedirte que me AYUDES, que vuelvas tu mirada a mí y que tengas misericordia una vez más de mi vida y me des la capacidad, la fuerza, la sabiduría y el deseo de poder salir adelante de todo lo que en este momento se me hace difícil o imposible. Yo sé que Tú tienes el Poder suficiente para hacer que todo cambie, por eso recurro a ti, por eso imploro tu ayuda, ¡Ayúdame Señor! Te lo pido por favor. Gracias Padre, gracias porque sé que vienes en mi ayuda, porque sé que cuando te creo, Tú obras, porque sé que Tú honras la fe de los que te creen y aunque todo el panorama me quiera hacer creer que todo saldrá mal, hoy quiero creer en tu ayuda, hoy quiero confiar en que me ayudarás; deposito TODA mi confianza en ti, porque sé que nunca me defraudarás, en el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.
Dios va a comenzar a hacer cosas importantes en tu vida. Él pondrá en tu corazón el deseo de salir de eso que pensabas o creías que no podías salir, Él abrirá puertas donde parece que estaban cerradas, Él te llevará a donde parecía que era imposible que fueras y todo porque creíste en su ayuda, porque confiaste en su Poder y porque reconociste tu necesidad de Él.
Hoy un nuevo tiempo comenzará en tu vida, un tiempo de fe y respuestas, Dios comenzará a obrar en tu vida en base a la fe que le muestres y hará cosas maravillosas de las cuales te sorprenderás.

¡DIOS ES QUIEN TE AYUDA!


No hay comentarios:

Publicar un comentario