martes, 28 de agosto de 2012

La Roca - Reflexión

Durante un naufragio, en una terrible tempestad, un marino pudo llegar a una pequeña roca y escalarla, y allí permaneció durante muchas horas.
Cuando al fin pudo ser rescatado un amigo suyo le preguntó:
–¿No temblabas de espanto por estar tantas horas en tan precaria situación, amigo mío?.
–Sí –contestó el náufrago–, la verdad es que temblaba mucho; pero… ¡la roca no!…Y esto fue lo que me salvó.
Salmos 18:2
Roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en Él confiaré; mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.
Salmos 31:3
Porque Tú eres mi roca y mi castillo; por tu nombre me guiarás y me encaminarás.
Salmos 61:2
Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare. Llévame a la roca que es más alta que yo,
Salmos 71:3
Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente. Tú has dado mandamiento para salvarme, porque Tú eres mi roca y mi fortaleza.

Refúgiate en Él…
En medio de la tormenta, Él quiere ser tu refugio, quiere alimentarte, confortarte. Ven a reposar en Él hoy.
Salmo 46:1
Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
Salmos 62:7
En Dios descansan mi salvación y mi gloria; la roca de mi fortaleza, mi refugio, están en Dios.
Salmos 14:6
Del consejo del afligido os burlaríais, pero el SEÑOR es su refugio.
Salmos 31:4
Me sacarás de la red que en secreto me han tendido; porque Tú eres mi refugio.
Salmos 32:6
Por eso, que todo santo ore a ti en el tiempo en que puedas ser hallado; ciertamente, en la inundación de muchas aguas, no llegarán éstas a Él.
Salmos 59:16
Pero yo cantaré de tu poder; sí, gozoso cantaré por la mañana tu misericordia; porque Tú has sido mi baluarte, y un refugio en el día de mi angustia.

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