viernes, 13 de julio de 2012

El Líder y la diligencia-liderazgo

Con diligencia el campesino labra y siembra la tierra. Él sabe que la negligencia es el peor enemigo de la productividad. Su diligencia se demuestra en la hora temprana de la mañana, porque él desea aprovechar bien el tiempo.
Su diligencia se demuestra en el lugar donde guarda las herramientas y las semillas. Su diligencia se ve en su pronto y rápido al caminar y jamás dará en su trayectoria un paso que eche a perder la futura cosecha. Mientras camina tiene cuidado de no deslizarse porque quiere llegar a su destino y convertir todas sus fuerzas y energías en lo que es primordial para él y su familia.
Caminando por las calles de San José, Costa Rica, en tiempo de invierno, una tarde casi pierdo el equilibrio, ya que las aceras en esa ciudad son muy lisas y al humedecerse se convierten en un sendero de alto riesgo para los transeúntes. Desde ese momento, cada vez que camino en invierno por el centro de San José, camino con mucha atención y cuidado.
El libro de Hebreos capítulo 2, verso 1 dice: “Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos”.
Por qué Pablo comienza con un : ¿Por tanto? Porque :
1.- Dios ha hablado de muchas veces.
2.- Dios ha hablado de muchas maneras. (Profetas y finalmente su Hijo), "por lo tanto es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído". La Palabra de Dios, necesita hoy, ser más escuchada por los siervos y ministros, para que no haya un desliz y al escucharla nos podamos levantar y proceder con diligencia.
RADIOGRAFÍA DE UN SIERVO NEGLIGENTE.
En el Libro de II Reyes 5:20-27, encontramos la radiografía de un siervo que no puso diligencia y se deslizó tristemente. Giezi, siervo de Elíseo había estado rodeado de un ambiente espiritual muy rico, pero ignoró como Dios había hablado de muchas y múltiples maneras.. y al no poner diligencia. .se deslizó. La experiencia triste de Giezi nos exhorta a tener, como siervos de Dios, mucho cuidado de las siguientes cosas que nos pueden hacer deslizar y terminar siendo descalificados.
Todos conocemos el trasfondo de esta historia, cuando Nahamán fue sanado de la lepra y quiso recompensar a Elíseo por el milagro. Elíseo rehusó recibir regalo alguno. Mientras esto acontecía, internamente en el corazón de Giezi sucedían cosas muy significativas.
1. CUIDADO CON EL MONÓLOGO INTERNO. II Reyes 5:20. “Giezi dijo entre sí” Cuál es nuestro monólogo interno? Lo que estamos hablando con nosotros mismos determina lo que llena nuestro corazón. Es nuestro monólogo interno la verdad de Dios o está saturado de nuestros propios deseos y anhelos. El monólogo interno de Giezi estaba lleno de codicia: “Correré yo tras él y tomaré alguna cosa”.
El ministerio que por gracia hemos recibido de Dios puede fácilmente saturarse de codicia para lograr las cosas que fuera del ministerio nos costaría más dinero o esfuerzo. El monólogo interno nos indicará las motivaciones que tenemos para servir. ¿Por qué queremos predicar, ministrar o surgir?. Atendamos ese monologo interno.
2. CUIDADO CON USAR EL NOMBRE DE DIOS. II Reyes 5:22a. “Mi señor me envía a decirte” . No tenemos permiso ni autoridad de hablar en nombre de Dios, si Él no nos ha enviado. Cuidemos de caer en las conocidas expresiones de : “El Señor me reveló”. “El Señor me mostró” “El Señor me ha movido”. “El Señor quiere que…”
Sé que Dios revela, habla y mueve, pero debemos cuidarnos de no usar estas expresiones cuando en realidad son nuestros propios deseos y ambiciones, los que al igual que los de Giezi corren tras Nahamán. Es muy fácil usar el nombre de Dios para lograr nuestros propósitos, como Giezi, quien aprovechó su posición para hablar en nombre de su Señor. Busquemos la diligencia cuidando de no hablar en nombre de Dios para lograr ambiciones personales.
3. CUIDADO CON LA MENTIRA. II Reyes 5:22b- “He aquí vinieron en esta hora dos jóvenes”. Hablar en nombre de Dios cuando Él no nos ha mandado es caer directamente en la mentira. La mentira es una espiral incontenible que me guía de una mentira a otra para poder mantener la reputación...Es una espiral absorbente y destructiva.
Hay desliz cuando ya nuestro ministerio comienza a aceptar las mentiras en informes, falsificación de números, reportes exagerados, testimonios barnizados y manchados de exageración, y manejo fraudulento de fondos para mantener nuestra reputación. Guardemos la diligencia echando definitivamente la mentira de nuestro ministerio.
4. CUIDADO CON LAS MáSCARAS. II Reyes 5:23 a. “Y le insistió” Esta expresión “le insistió”, demuestra que Giezi se puso una máscara ante Nahaman. Nahamán le decía: No, un talento no, llévale dos. Giezi decía: “No, mi Señor dijo que uno” y Nahaman seguía insistiendo. La máscara de la inocencia y del no quiero tanto”, cuando en realidad el corazón pide más y más.
El pueblo sabe cuándo nosotros, como ministros, decimos: “No, por favor no me dé eso”. “No, por favor..no tanto..con poco tengo” y en nuestro corazón tenemos la mano extendida. Mantengamos la diligencia quitándonos la mascara y andando con integridad y originalidad.
5. CUIDADO CON USAR LA GENTE. II Reyes 5:23b- “y lo puso todo a cuestas a dos de sus criados para que lo llevasen delante de él”… Un talento tenía más de 30 kilos. Los siervos llevaban la carga, mientras Giezi les dirigía. A Giezi no le importó ver el esfuerzo de esos dos criados llevando el peso de su codicia.
Oh, hermano ministro: Cuidado con usar la gente para nuestro propio provecho personal. Cuántas son las ovejas que llevan el peso de la satisfacción personal de sus líderes. Podemos manipular al pueblo y conseguir de ello todo lo que anhelamos, pero nuestra conciencia nos seguirá y el Señor un día nos lo demandará. Abracemos la diligencia decidiendo no usar jamás a la gente para nuestro provecho personal.
6. CUIDADO CON LOS LUGARES SECRETOS. II Reyes 5:24. “ y así que llegó a un lugar secreto”. Giezi tenía un lugar secreto donde guardar su pecado. Note los siguientes verbos: Llegó, Tomó, Guardó y Mandó. Había determinación, planificación y premeditación. Cuidado con los lugares secretos. En un siervo de Dios no puede haber sino un sólo lugar secreto. El lugar secreto de la oración. “Y cerrada la puerta de tu aposento ora en secreto y tu Padre que te oye en secreto te recompensará en público”
Ningún otro lugar secreto. La oscuridad y lo oculto no pertenecen al Reino de la Luz. El Señor quiere que andemos en luz como Él está en luz. Los lugares secretos son oscuros, nauseabundos, tétricos y terriblemente peligrosos. ¿Dónde estamos yendo? ¿Qué casa estamos visitando? ¿Con que propósito? ¿Qué ven nuestros ojos en la madrugada en la T.V.? ¿Qué cosas mantenemos secretas? Tomémonos de la mano, con diligencia, renunciando a los lugares secretos.
7. CUIDADO CON JUGAR CON LA INTEGRIDAD. II Reyes 5:25. “Tu siervo no ha ido a ninguna parte” Cuando Giezi entró al lugar donde estaba Elíseo, este le preguntó: ¿dónde estabas Giezi?, y él muy cínicamente respondió…tu siervo no ha ido a ninguna parte. Cuando perdemos la integridad estamos parados en la capa de hielo fino del lago de la perdición y en cualquier momento esta capa será quebrada. “No, yo no estuve allí”. “No, Hace días que no veo a esa persona”. Lo más triste de este caso es que el mismo pasaje dice: “entró y se puso delante de su señor”.
Cuántos siervos que ya tienen y visitan lugares secretos “entran y se ponen delante de su “Señor” como si nada hubiese pasado. Ministran desde los púlpitos, como si no hubiesen hecho nada indebido, levantan las manos y adoran, hasta lloran en las plataformas y hablan con un manto de quebrantamiento falso.
Necesitamos cerrar esos lugares secretos para estar íntegros delante de nuestro Señor. Al pueblo lo podemos engañar, pero jamás olvidemos que al Señor no lo podremos engañar. Remendemos la Red de la Diligencia volviendo a recobrar la integridad.
8. CUIDADO CON EL PAGO JUSTO. II Reyes 5:26-27. La Biblia dice claramente: “Todo lo que el hombre sembrare eso también segará”. Tres cosas encontramos en estos dos versos que hablan de la posición de Dios ante nuestra negligencia.
 “No estaba allí mi corazón” El corazón de Dios está con sus siervos. No podremos ocultarnos de la presencia de Dios. David lo expresó cuando dijo :”¿A dónde huiré de tu presencia?”. El corazón del Señor esta siempre con nosotros. Aún cuando estemos en nuestros lugares secretos.
“Es tiempo de tomar plata, vestidos, olivares, viñas, ovejas, bueyes, siervos y siervas”. Estamos viviendo los últimos tiempos. Nos ha correspondido a nosotros ser protagonistas de los últimos eventos de la historia y de la vida de la Iglesia, por lo tanto ya no hay tiempo para nuestro propio provecho personal. Hay una tarea que aún no se ha terminado y nos corresponde a nosotros terminarla.
“Por tanto”…. Porque no respetaste mi presencia, estando allí mi corazón, y porque no respetaste la urgencia de la misión encomendada, no prestando atención a lo dicho, “la lepra de Nahamán se te pegará a ti y a tu descendencia para siempre.”. Cuando resbalo no sólo me afecto yo, mi descendencia también. Y en algunos casos es “para siempre”.
En muchos casos Dios ha retirado la unción de siervos sin retorno. Amemos la Diligencia reflexionando y volviendo a las sendas antiguas. Retornemos nuestra mirada y nuestro corazón a Hebreos 2: 1 “Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos”.
No olvidemos el privilegio que el Señor nos ha dado de servirle en su obra. No hay lugar más hermoso que estar en el lugar del servicio santo, y no hay oficio más digno que ministrar delante del Señor y delante de su pueblo. Pero… es necesario que pongamos diligencia para servir con sinceridad y prestando atención a lo que hemos oído.
“Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección, porque haciendo estas cosas no caeréis jamás” I Pedro 1:10.
Esta promesa también es para nosotros. La promesa de no caer jamás si procuramos hacer firme nuestra vocación y elección. Esto se logra, poniendo atención a lo que hemos oido. “Levantémonos y busquemos la diligencia”.

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