jueves, 12 de julio de 2012

Caminaré como un hijo de Dios-Seré un Imitador de Dios como un Hijo Amado.

Caminaré como un hijo de Dios
“Mirad, cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal como Él es.” I Juan 3:1,2
Hoy quiero percibir en mi espíritu la manera como el Padre me ha amado. Hoy quiero considerar en su presencia quién era yo y entender en mi corazón como el Padre me adoptó. Qué gran privilegio que la Biblia dice que soy un hijo de Dios. ¡Qué relación tan alta ésta, de ser un hijo, y qué privilegios esto trae! ¡Qué cuidado y ternura el hijo espera de su padre, y qué amor el padre siente hacia el hijo!.
En lo que concierne a la desventaja temporal de sufrir con el hermano mayor, hoy acepto eso como un honor: “Porque el mundo no nos conoce porque tampoco lo conoció a Él”. Hoy estoy contento al ser un desconocido por el mundo, porque se que a Él tampoco lo conoció.
Amados, ahora somos nosotros los hijos de Dios. ” ¡Qué fácil es leer, pero no es tan fácil sentir! ¿ Cómo está tu corazón esta mañana? ¿Está usted en las profundidades del suelo? ¿Sube la corrupción dentro de su espíritu, y la gracia parece como una chispa pobre pisoteada debajo del pie? ¿Casi fracasa su fe en usted?
Con todas estas cosas contra nosotros, en las mismas profundidades de nuestro duelo, adondequiera que nosotros podamos estar – - ahora, en el valle o sobre la montaña. “Amados, ahora somos nosotros los hijos de Dios”.
Ah, pero, “usted dice: Pero, ¿cómo puedo yo ser hijo de Dios si todavía no tengo mi vida totalmente ordenada, mis gracias no son tan nítidas; mi honradez no brilla con la gloria evidente?”. Escuche entonces lo que dice el próximo versículo: Aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal como Él es.
El Espíritu Santo purificará nuestras mentes, y el poder divino refinará nuestros cuerpos, entonces nosotros lo veremos como Él tal es y seremos como Él es.
Padre, Gracias por llamarme y hacerme tu hijo. Cuando no conocía la verdadera dimensión de un amor de Padre tu me amaste. Hoy soy un hijo de Dios, no porque lo digo yo, sino porque tu palabra lo dice. Amén.

Seré un imitador de Dios como un hijo amado
“Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.  Y andad en amor, como también Cristo nos amó” Efesios 5:1,2.
Yo pienso  frecuentemente que nosotros somos como el pobre muchacho que se sentaba a lo largo del camino jugando en el lodo.  El  Rey de la tierra vino por allí y preguntó al muchacho qué hacia él tan lejos de su  pueblo.  El Rey le preguntó  “¿saben tus padres que estás aquí?”  El pobre muchacho contestó  “Yo no tengo padres, ellos se mataron en un  accidente”. El Rey dijo  “quién es tu tutor?”  El muchacho  dijo  “Yo no tengo a nadie y vivo fuera de aquí en campo abierto ” .
El Rey entonces preguntó al muchacho si a él le gustaría tener unas  ropas bonitas  y limpias para vestir. 
El muchacho contestó, “¿quién querría darme eso?”  El Rey entonces contestó,  “Yo  quiero que vengas a vivir conmigo como mi hijo” .    El muchacho se abrumó. Preguntó: ¿Debo darme un baño y tener nuevas ropas para ser su hijo?  El Rey contestó, “Nadie tiene que darse un baño ni ponerse ropas limpias para ser mi hijo”. El muchacho decidió ir con el Rey para ser su hijo.


Cuando ellos entraron al palacio, el Rey pidió sus sirvientes lo necesario para dar al muchacho un baño y que le pusieran nuevas y limpias ropas. El muchacho dijo: “Espere un minuto, usted me dijo que yo no tenía que tomar un baño ni ponerme ropas limpias para ser su hijo”. ” Estas en lo correcto “, dijo el Rey,” pero, ahora que eres mi hijo, yo quiero que te sientas como tal.  “Hoy he meditado en este hecho y cuán frecuentemente mi caminar no refleja que soy un hijo del Rey más grande. Hoy, quiero caminar y comportarme como un hijo del Rey de Reyes y esto no tiene nada que ver con riquezas, ni posesiones, sino con mi conducta.


Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.  En su gran perdón Él me ha dado un nuevo nacimiento, una esperanza viva mediante la Resurrección de Jesucristo, y una herencia que jamás perece y que nadie puede estropear ni robar, es una herencia guardada en el cielo y mediante la fe puedo ser un hijo de Dios guardado para la pronta venida del Rey.  Ahora, por haberme aceptado 
como hijo, puedo regocijarme. He llegado a ser, 

por fe
, su hijo para alabanza de su gloria.  Aunque no lo he visto físicamente le amo . Sé que un día le veré tal como Él es y entonces mi alma quedará extasiada hasta la eternidad y solo le exaltaré en agradecimiento. Sin embargo, mientras llega ese día, hoy quiero vivir caminando como un hijo del Rey.

Señor, cuando no merecía ser aceptado por ti, tú me aceptaste. Cuando no merecía ser perdonado, Tú me perdonaste.  Cuando no merecía ser amado, Tú me amaste y ahora por tu gracia soy hecho tu hijo. Por amor mi única respuesta hoy es….vivir, caminar y hablar como tu hijo. Ayúdame a serte fiel y mantener mi condición acorde con la posición que me has dado.  Amén.

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