Esto es lo que hace el Señor cuando sus elegidos son como ovejas descarriadas que no conocen ni al pastor, ni al rebaño. ¡Cuán maravillosamente sabe buscar el Señor a sus escogidos! Jesús se muestra tan admirable pastor, no sólo cuando busca a sus ovejas, como cuando las salva.
Aun cuando muchos de los que el Padre le dio han estado a las puertas del infierno, no obstante, el Señor, en su afán de buscarlos, ha logrado dar con ellos y los recibe en su gracia. Él nos ha buscado. Tengamos la esperanza cierta de que también aquellos por quienes oramos serán hallados.
El Señor renueva sus esfuerzos cuando alguna oveja de su manada se aleja de los pastos de la verdad y santidad.
Pueden caer en graves errores, en lamentables pecados o en el endurecimiento; mas a pesar de todo, Jesús, que ha salido fiador por ellos delante del Padre, jamás permitirá que ni una sola se extravíe y perezca. Él las seguirá con su gracia y providencia a través de regiones apartadas, en las viviendas de la miseria y en los abismos oscuros de la desesperación. Jamás perderá una sola de las ovejas que el Padre le confió.
Pueden caer en graves errores, en lamentables pecados o en el endurecimiento; mas a pesar de todo, Jesús, que ha salido fiador por ellos delante del Padre, jamás permitirá que ni una sola se extravíe y perezca. Él las seguirá con su gracia y providencia a través de regiones apartadas, en las viviendas de la miseria y en los abismos oscuros de la desesperación. Jamás perderá una sola de las ovejas que el Padre le confió.
Para Jesús es punto de honor buscar y salvar a toda la manada, sin una sola excepción. ¡Cuán magnífica es esta promesa para que yo me sirva de ella si me veo obligado a decir: ¡"Yo anduve como oveja extraviada"!
Hoy será un día más de búsqueda del Señor y de seguro me encontrará, porque Él persiste en su amor.
Gracias, Señor, gracias por no dejarme abandonado, por buscarme y encontrarme y hacerme reposar en tus brazos de Misericordia. Amén.
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