martes, 22 de mayo de 2012

Ser Feliz…. Reflexiones

Puedes tener defectos, vivir ansioso y estar irritado algunas veces, pero no te olvides de que tu vida es la mayor empresa del mundo.  Solo tú puedes evitar que ella vaya en decadencia. Hay muchas personas que te precisan, admiran y te quieren.
Me gustaría que siempre recordaras que ser feliz no es tener un cielo sin tempestades, caminos sin
accidentes, trabajos sin cansancio, relaciones sin decepciones.
Ser feliz es encontrar fuerza en el perdón, esperanza en las batallas, seguridad en el palco del miedo, amor en los desencuentros.
Ser feliz no es solo valorizar la sonrisa, sino también reflexionar sobre la tristeza.
No es apenas conmemorar el suceso, sino aprender lecciones en los fracasos.
No es apenas tener alegría con los aplausos, sino encontrar alegría en el anonimato.
Ser feliz es reconocer que vale la pena vivir la vida, a pesar de todos los desafíos, incomprensiones y períodos de crisis.
Ser feliz no es una fatalidad del destino, sino una conquista de quien sabe viajar para dentro de su propio ser.
Ser feliz es dejar de ser víctima de los problemas y volverse un actor de la propia historia.
Es atravesar desiertos fuera de sí, pero ser capaz de encontrar un oasis en lo recóndito de nuestra alma.
Es agradecer a Dios cada mañana por el milagro de la vida.
Ser feliz es no tener miedo de los propios sentimientos.
Es saber hablar de uno mismo.
Es tener coraje para oír un “NO”.
Es tener seguridad para recibir una crítica, aunque sea injusta.
Es besar a los hijos, mimar a los padres y tener momentos poéticos con los amigos, aunque ellos nos hieran.
Ser feliz es dejar vivir a la criatura libre, alegre y simple que vive dentro de cada uno de nosotros.
Es tener madurez para decir “me equivoqué”.
Es tener la osadía para decir “perdóname”.
Es tener sensibilidad para expresar “te necesito”.
Es tener capacidad de decir “te amo”.
Deseo que tu vida se vuelva un jardín de oportunidades para ser feliz…  Que en tus primaveras seas amante de la alegría.  Que en tus inviernos seas amigo de la sabiduría.  Y, cuando te equivoques en el camino, comiences todo de nuevo.  Pues así serás cada vez más apasionado por la vida.
Y descubrirás que… Ser feliz no es tener una vida perfecta sino usar las lágrimas para regar la tolerancia.  Usar las pérdidas para refinar la paciencia.  Usar las fallos para esculpir la serenidad.  Usar el dolor para lapidar el placer.  Usar los obstáculos para abrir las ventanas de la inteligencia.
Jamás desistas.  Jamás desistas de las personas que amas.  Jamás desistas de ser feliz, pues la vida es un espectáculo imperdible.  ¡Y eres un ser humano especial!
Autor Desconocido.
La reflexión sobre la felicidad que alguien se inspiró a escribir, no deja de llevarnos a meditar sobre la simplicidad de lo que esta puede realmente ser.  Solemos pensar que para ser felices necesitamos que todas las cosas nos salgan bien o que no tengamos problemas con nadie más.
Pero la verdad es otra muy distinta.  Podemos ser felices aún cuando las circunstancias no sean las mejores porque, a final de cuentas, la felicidad es un estado o condición del alma que se reconoce bendecida por Dios y demuestra su contentamiento.  ¿Y qué de ustedes?  ¿Se atreverán a seguir el consejo del pensamiento de hoy?

La felicidad para mucha gente es acumular riqueza, tener un buen empleo, que nuestros deseos se cumplan, ganarnos un nombre, fama, prestigio, etc.  Sin embargo, sólo aquellos que están contentos con su vida, que se sienten felices con la felicidad de otros, realmente han comprendido en qué consiste la verdadera felicidad. “Felicidad” es un estado mental. Me explico: Felicidad es un estado subjetivo, es decir, uno puede ser feliz cuando nuestros parientes o amigos alcanzan un buen nombre o fama y, también, la misma persona puede no sentirse feliz cuando alguien más la obtiene.
Por otra parte el gozo que uno obtiene de los placeres externos es temporal. La verdadera felicidad se disfruta por dentro. Sólo entonces, podremos disfrutar de la verdadera felicidad. Busquémosla, preferentemente, en los placeres internos. ¿En los externos? Hummmm, ¡mal! ¡Hagamos caso de la palabra de Dios; Él es quién más sabe, y tengamos estos últimos placeres como complemento de los internos! Hagamos hincapié, pues, en el versículo 33 del capítulo 6 de San Mateo que dice textualmente: Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Por lo tanto, y por último, quiero deciros que la gente grande es aquella que se siente feliz cuando los demás son felices, y que cree, fundamentalmente, en la dicha interna como la primera fuente de felicidad. En el nombre de Jesús, amén.
M.G.L.




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