Con el amor podemos alcanzar a Dios y retenerlo, nunca con el pensamiento. Si un hijo del Padre experimenta terror ante él y halla que el pensamiento de Dios le incomoda, apresúrese, no se detenga a ponerse un vestido, sino corra rápidamente en su desnudez, como un verdadero niño, buscando un refugio para sus males y para sus terrores en los brazos salvadores de su Padre, porque además de amigo fiel y lugar de refugio es el genuino Padre amoroso.
En Dios encuentro el verdadero amor. El amor es infalible; no comete errores pues todos los errores son insuficiencia de amor. Todas las cosas externas deben supeditarse al amor; pues ellas están ordenadas a la búsqueda del amor y no el amor a la búsqueda de ellas. Cuando Dios ama, sólo desea ser amado, pues sabe que el amor hará feliz a todos los que lo amen a él. Si eres cristiano es insensato buscar a Dios fuera de ti mismo. Esto desembocaría o en idolatría o en escepticismo, porque la Biblia habla de que Dios mora en ti. Nunca esperes tener el tiempo y el lugar más adaptado para hablar con él. Esperar hasta que llegues a la iglesia o a la casa es hacerlo esperar a él. Recuerda que él te escucha mientras tu caminas, porque él es tu amigo fiel.
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