Se sentaron con las piernas cruzadas durante horas, concentrándose en el distante horizonte, ansiosos de que la oscuridad les envolviera.
Uno de ellos sin querer observó:
-Es difícil no decir nada en absoluto.
-Es difícil no decir nada en absoluto.
El segundo respondió:
-Silencio. ¡Estás hablando durante el tiempo de silencio!
-Silencio. ¡Estás hablando durante el tiempo de silencio!
El tercer hombre suspiró y luego alardeó:
-¡Ahora yo soy el único que no he hablado!
-¡Ahora yo soy el único que no he hablado!
Un cantante de rap ha puesto al día algunos de los consejos dados por el libro de Eclesiastés:
Hay tiempo para hablar y tiempo para callar.
Hay tiempo para tener hambre y tiempo para ir al centro de la ciudad.
Hay tiempo de conversar y tiempo de caminar.
Hay tiempo para ser meloso y tiempo para no ser miedoso.
Hay tiempo para tener hambre y tiempo para ir al centro de la ciudad.
Hay tiempo de conversar y tiempo de caminar.
Hay tiempo para ser meloso y tiempo para no ser miedoso.
El silencio puede ser bueno, pero nunca si es el resultado de puro temor o falta de fibra moral.
Hay momentos en que el silencio es oro, en otras ocasiones es solo dorado.
Eclesiastés 3:1,7
Hay tiempo señalado para todo… tiempo de callar y tiempo de hablar.
Hay tiempo señalado para todo… tiempo de callar y tiempo de hablar.
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