Me movía
inquieto en la cama.
Estaba ya despierto y necesitaba calmarme y complementar ante
vosotros, hermanos, haceros partícipes en las ondas cibernéticas, del caudal de
pensamientos que me asaltaron ayer al acudir al culto de nuestra Iglesia
Evangélica Bautista en Ourense. Tenía hambre de escribir para todos vosotros.
Nuestra
congregación fue creada con este objetivo: “Existimos como Iglesia para llevar
a la gente a la fe en Jesús e integrarlas en la familia de Dios... Que nuestro
carácter se parezca al de Cristo, glorificando a Dios y sirviendo en toda buena
obra.” Y cuando creamos este blog que, gracias a vosotros con vuestras visitas
al mismo, y a Dios, por supuesto, con su bendita ayuda, está alcanzando una
cierta madurez, nos marcamos el mismo fin, dando, primero, conocimiento de la
palabra de Dios, de “Su Palabra”.
Dentro de
las actividades que objetivamos como congregación está orar. La Biblia nos lo dice: debemos
orar continuamente, como si de un hábito se tratara. Llegará, con el tiempo, a
ser una necesidad. “Orar” es conversar con Dios. Veremos, entonces, la
necesidad que tenemos de hacerlo con asiduidad.
Pero, atención, el libro de
Santiago lo dice claramente en el Nuevo Testamento en el capítulo 4:2-3
“No tienen, porque no piden. Y cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones”. Estamos, pues, ante una fe “pasiva”, y necesitamos revertirla en “activa”. Porque bien fácil es tener fe cuando nos vemos beneficiados por Dios en la inmediatez de nuestras peticiones, pero ¿y cuándo Dios considera que aún no es el momento idóneo de satisfacérnoslas? ¿Que más adelante lo hará cuando, según nuestra actitud, vea un momento más adecuado? Esa es la fe “activa”, y por supuesto, mucho más difícil de tener. Aunque sus consecuencias son mucho más positivas. Nuestra fe debe ser consensuada por nuestra actitud, debe ser consecuente, y no se debe sustentar sólo en nuestros pensamientos o deseos. Cuando hacemos decisión de fe es esta última, la activa, la que debemos tener fundamentalmente. Entonces es cuando confiamos plenamente en Dios.
Oración deseada, oración anhelada, es la que parece una carretera de dos vías. No soy solamente yo corriendo por un canal, sino que Dios viene a mi encuentro en el canal contrario para darme su guía, corrección y enseñanza y en muchas de esas ocasiones tenemos que detener nuestra carrera egoísta y apresurada, para simplemente sentarnos a sus pies para ser dirigidos y nutridos por él.
“No tienen, porque no piden. Y cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones”. Estamos, pues, ante una fe “pasiva”, y necesitamos revertirla en “activa”. Porque bien fácil es tener fe cuando nos vemos beneficiados por Dios en la inmediatez de nuestras peticiones, pero ¿y cuándo Dios considera que aún no es el momento idóneo de satisfacérnoslas? ¿Que más adelante lo hará cuando, según nuestra actitud, vea un momento más adecuado? Esa es la fe “activa”, y por supuesto, mucho más difícil de tener. Aunque sus consecuencias son mucho más positivas. Nuestra fe debe ser consensuada por nuestra actitud, debe ser consecuente, y no se debe sustentar sólo en nuestros pensamientos o deseos. Cuando hacemos decisión de fe es esta última, la activa, la que debemos tener fundamentalmente. Entonces es cuando confiamos plenamente en Dios.
Oración deseada, oración anhelada, es la que parece una carretera de dos vías. No soy solamente yo corriendo por un canal, sino que Dios viene a mi encuentro en el canal contrario para darme su guía, corrección y enseñanza y en muchas de esas ocasiones tenemos que detener nuestra carrera egoísta y apresurada, para simplemente sentarnos a sus pies para ser dirigidos y nutridos por él.
Pues bien, ayer cómo todos los
miércoles, y por eso se llama “culto de oración”, cada uno de nosotros oró, uno
tras otro. Oramos personalmente por los demás, por sus necesidades, sus
aflicciones, sus penas para que sean aliviadas, etc., pero también lo hacemos
por motivos más genéricos. Y, en este caso, yo pedí una oración para que todos
podamos experimentar el gozo de disfrutar de una fe “activa” en ÉL. Realmente
me hallé satisfecho con el resultado y por eso quería haceros partícipes de la
misma.
Recuerda: ten fe activa y no dudes nunca que vas a ganar con la ayuda de
Dios.
M.G.L.
Os incluyo un vídeo musical. Aunque ya lo hice anteriormente, me parece acertado insertarlo de nuevo con este motivo. Es de Lilly Goodman.
No hay comentarios:
Publicar un comentario