sábado, 14 de abril de 2012

Mejores amigos- Crecimiento Personal-Dos Mejores Amigos


Mejores Amigos
Un hombre, su caballo y su perro, caminaban por un sendero. Al pasar cerca de un árbol gigantesco, cayó un rayo, y los tres murieron fulminados. Pero el hombre no se dio cuenta de que ya había dejado este mundo, y siguió caminando con sus dos animales (a veces a los muertos les lleva un tiempo ser conscientes de su nueva condición)
La caminata se hacía muy larga, colina arriba, el sol era de justicia, y todos terminaron sudados y sedientos. Necesitaban desesperadamente agua. En una curva del camino, avistaron una puerta magnífica, toda de mármol, que conducía a una plaza adoquinada con bloques de oro, en cuyo centro había una fuente de donde manaba un agua cristalina.
El caminante se dirigió al hombre que guardaba la entrada: – Buenos días. ¿Qué lugar es éste, tan bonito? – Esto es el cielo. – Pues qué bien que hemos llegado al cielo, porque nos estamos muriendo de sed. – Usted puede entrar y beber toda el agua que quiera. – Mi caballo y mi perro también tienen sed. – Lo siento mucho, pero aquí no se permite la entrada de animales.
Al hombre aquello le disgustó mucho, porque su sed era grande, pero no estaba dispuesto a beber él solo; dio las gracias y siguió adelante. Tras mucho caminar, ya exhaustos, llegaron a una finca que tenía por entrada una vieja portezuela que conducía a un camino de tierra, bordeado por árboles en sus dos orillas. A la sombra de uno de los árboles, había un hombre tumbado, con la cabeza cubierta con un sombrero, posiblemente durmiendo.
-Buenos días – dijo el caminante.-Tenemos mucha sed, mi perro, mi caballo y yo.
-Hay una fuente en aquellas piedras – dijo el hombre señalando el lugar -. Pueden beber cuanto les plazca.
El hombre, el caballo y el perro fueron a la fuente y mataron su sed. A continuación, regresó para dar las gracias.
-A propósito, ¿cómo se llama este lugar?
-Cielo.
-¿Cielo? ¡Pero si el guarda de la puerta de mármol dijo que el cielo era allá!
-Eso no es el cielo, es el infierno. El caminante se quedó perplejo.
-¡Pero ustedes deberían evitar eso! ¡Esa falsa información debe causar grandes trastornos!
El hombre sonrió: -De ninguna manera. En realidad, ellos nos hacen un gran favor. Porque allí se quedan todos los que son capaces de abandonar a los mejores amigos…

Queda poco por decir al leer este extracto del libro de Paulo Coelho, muchos se vanaglorian de ser mejores amigos, pero cuando llega el momento de prueba o dificultad, abandonan ese puesto por sus propios beneficios.
Que hoy y siempre podamos estar, ahí, para ese amigo o amiga especial, que el título no nos quede grande, sino que sepamos llevarlo en las buenas como en las malas y ser de verdad un Mejor Amigo cada día.


Paulo Coelho 

Proverbios 17:17
En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia.

Dos mejores amigos
Hubo una vez dos mejores amigos. Ellos eran inseparables, eran una sola alma. Por alguna razón sus caminos tomaron dos rumbos distintos y se separaron.
Y ESTO SE INICIÓ ASÍ:
Yo nunca volví a saber de mi amigo hasta el día de ayer, después de 10 años, que caminando por la calle me encontré a su madre. La saludé y le pregunté por mi amigo. En ese momento sus ojos se llenaron de lágrimas y  me miró a los ojos diciendo: murió ayer… No supe qué decir, ella me seguía mirando y pregunté cómo había muerto.
Ella me invitó a su casa, al llegar allí me ofreció sentarme en la sala vieja donde pasé gran parte de mi vida, siempre jugábamos ahí mi amigo y  yo. Me senté y ella comenzó a contarme la triste historia. Hace 2 años le diagnosticaron una rara enfermedad, y su cura era recibir cada mes una transfusión de sangre durante 3 meses, pero ¿recuerdas que su sangre era muy rara?, sí, lo sé, igual que la tuya…
Estuvimos buscando donadores y al fin encontramos a un señor vagabundo.
Tu amigo, como te acordarás, era muy testarudo, no quiso recibir la sangre del vagabundo. Él decía que de la única persona que recibiría sangre sería de ti, pero no quiso que te buscáramos. Él decía todas las noches: no lo busquen, estoy seguro que mañana si vendrá…
Así pasaron los meses, y todas las noches se sentaba en esa misma silla donde estás tú sentado y rezaba para que te acordaras de él y vinieras a la mañana siguiente. Así acabó su vida y en la última noche de su vida, estaba muy mal, y sonriendo me dijo: madre mía, yo sé que pronto mi amigo vendrá, pregúntale por qué tardó tanto y dale esa nota que está en mi cajón.
La señora se levantó, regresó y me entregó la nota que decía:
Amigo mío, sabía que vendrías, tardaste un poco pero no importa; lo importante es que viniste. Ahora te estoy esperando en otro sitio y espero que tardes en llegar, pero mientras tanto quiero decirte que todas las noches oré por ti y desde el cielo te estaré cuidando, mi querido mejor amigo.
¡Ah, por cierto, ¿te acuerdas por qué nos distanciamos?. Sí, fue porque no te quise prestar mi pelota nueva, jaja, qué tiempos… éramos insoportables, bueno pues quiero decirte que te la regalo y espero que te guste mucho. Te quiere mucho: tu amigo por siempre.
No dejes que tu orgullo pueda más que tú corazón…
La amistad es como el mar, se ve el principio pero no el final



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