lunes, 2 de abril de 2012

Gracias Señor


Gracias Señor, por mis brazos perfectos cuando hay tantos mutilados
Gracias señor, por mis ojos perfectos cuando hay tantos sin luz
Gracias Señor, por mi boca que habla cuando hay tantas bocas que enmudecen.
Gracias Señor, por mis manos que trabajan cuando hay tantas que mendigan.
Es maravilloso, Señor, tener un hogar para volver cuando tanta gente no tiene dónde ir.
Es maravilloso, Señor, sonreír, soñar, amar y vivir, cuando hay tantos que lloran, tantos que se revuelven en pesadillas, tantos que odian, y tantos que han muerto antes de nacer.
Es maravilloso, Señor, sobre todo, tener tan poco que pedir y tanto, tanto, que agradecer.

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