viernes, 22 de abril de 2016

La resurrección – ¿Mito o realidad?

¡Qué! ¿Se juzga entre vosotros cosa increíble que Dios resucite a los muertos? Hechos 26:8
Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón. Lucas 24:34
Después de su muerte en la cruz, Jesucristo fue puesto en una tumba labrada en la roca, y sellada su entrada con una gran piedra. Para prevenir toda mistificación, los judíos mandaron que la tumba fuese vigilada por unos guardias. ¡Qué estupefacción la suya cuando, el domingo por la mañana, la piedra rodada reveló que el cuerpo de Jesús ya no estaba allí! Entonces, los jefes religiosos sobornaron a los guardias para que dijesen que los discípulos se habían llevado su cuerpo.
Desde entonces muchas teorías fueron añadidas a esta falacia para tratar de negar la resurrección de Jesús. Pero era evidente que el cuerpo ya no estaba allí, las autoridades no lo podían mostrar, y aún más, había testigos que contaban su encuentro con el Cristo resucitado. 

No juzguéis para que no seáis juzgados

Mateo 7:1-2
Cristo quiere que nosotros vivamos una vida santa y apartada de todo mal. Pero, como humanos, cometemos errores y tendemos a usar este verso como excusa para que no nos digan nada. Vamos a estudiar y entender qué es lo que realmente estaba diciendo Jesús.
1. “No juzguemos……..”
* ¿Quería decir Jesús que debemos ignorar todo mal? No, este versículo se ha usado equivocadamente,
- Como excusa.
- Como defensa contra los cristianos (cuando evangelizamos y decimos que necesitan arrepentirse de todo pecado).
2. ¿A qué se refería Jesús?
Juzgar, como Jesús condenó en estos versos es:
* Condenar a alguien y no perdonar. Mateo. 7:2
* Alguien con un espíritu de hipocresía.
* Alguien que busca descubrir los errores de los demás para así superar sus propios errores.
3. ¿Juzgó Jesús en la Biblia?
Sí, pero para bien. Basados en las acciones de Jesús, nos damos cuenta que no podemos ignorar al que está en pecado.
* Jesús mismo juzgó las acciones de otros. Mateo 21:13- 23:13-36, Juan 6:70-71
* Los mismos profetas juzgaban y profetizaban arriesgando sus propias vidas.
Como conclusión, Cristo quiere que vivamos vidas victoriosas, y que hagamos saber a los demás que están en peligro y necesitan a Jesucristo. Dejemos de criticar e intentar mejorar nuestras vidas al juzgar.

Amor implica … escuchar

Stephen Sorenson, periodista y escritor, escribió una vez en el “Discipulado Diario” acerca de un período de dos años en el cual había sufrido en ambas muñecas, una tendinitis tan severa que no podía ni siquiera levantar a su pequeña hija ni abrir un frasco. Al mismo tiempo, estaba intentando hacer remodelaciones en su casa.
Guillermo, un músico militar retirado, vino en su ayuda. 
Sorenson escribió: “Guillermo venía a casa día tras día. Desenterró nuestro tanque séptico, cortó árboles enfermos y bueno, simplemente pasó un tiempo con nosotros. Presentía que él comprendía mi dolor y nuestras necesidades. Una tarde, mientras él y yo paseábamos y conversábamos por el bosque, descubrí el porqué”.
“Guillermo había vivido la mayor parte de su vida para la música, pero se le desarrolló un devastador problema de oído que le impedía escuchar música de cualquier tipo. Como resultado, más que sentir rechazo por mi problema, Guillermo se sintió identificado conmigo por nuestra causa en común. Y antes que se separaran nuestros caminos, Guillermo se convirtió en cristiano.
Cuando miro hacia atrás, no sé si hubiese empleado tiempo alguno para hablar con Guillermo si mis muñecas hubiesen estado bien. Es muy probable que hubiese estado clavando o manejando una sierra, pero en este caso, lo único que hice fue escuchar y hablar. En los planes de Dios, esto fue suficiente.”
El primer deber del amor es escuchar.
Santiago 1:19
Esto sabéis, mis amados hermanos. Pero que cada uno sea pronto para oír.

Debemos preferir el anonimato

MATEO 6:3-4 “Pero cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público.” (Reina – Valera)
“Cuando tú ayudes a los necesitados, no se lo cuentes ni siquiera a tu amigo más íntimo; hazlo en secreto. Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu premio.” (Dios Habla Hoy)
giving1El impulso a portarse mal y el deseo de permanecer en el anonimato siempre van juntos, como si fueran socios que ofrecen vender su producto. Ambos, impulso y deseo, se esfuerzan al máximo para convencerlo de que puede darse el lujo de hacer algo malo y que nadie se dará cuenta.
La naturaleza humana nos dice que usemos la cubierta del anonimato para evitar que se nos eche la culpa de las cosas malas que hacemos.
Sin embargo, DIOS nos dice otra cosa. ÉL quiere que usemos el anonimato para evitar recibir el crédito por el bien que hacemos (Mateo 6:3-4). ¿Por qué será que mi deseo de hacer el bien casi nunca va acompañado del impulso a permanecer en el anonimato?
La Biblia dice que no hemos de dejar que una mano (nuestro amigo más íntimo), sepa el bien que la otra está haciendo (versos 3-4). En otras palabras, dentro del cuerpo de Cristo nuestros actos de caridad deben hacerse sin llamar la atención sobre nosotros mismos. Sin embargo, esto no significa que Dios quiera que las buenas acciones permanezcan ocultas; simplemente, significa que deben hacerse de una manera que le den gloria a Dios y no a nosotros.