viernes, 14 de diciembre de 2018

¿Qué dice la Biblia sobre la cremación o incineración?

La Biblia no habla de una manera específica sobre la práctica de la cremación o incineración. No especifica si hay que enterrar o incinerar a los muertos.
Eso sí, en la Biblia se menciona que algunos siervos de Dios enterraron a sus seres queridos. Por ejemplo, Abrahám se esforzó en encontrar un lugar donde enterrar a su esposa, Sara (Génesis 23:2-20; Génesis 49:29-32).
Pero la Biblia también explica que algunos siervos de Dios quemaron cadáveres. Por ejemplo, cuando el rey Saúl y tres de sus hijos murieron en una batalla, sus cuerpos quedaron en territorio enemigo y no recibieron la honra debida. Al enterarse de la situación, unos soldados israelitas recuperaron los cadáveres, los quemaron y enterraron los restos (1 Samuel 31:8-13). La Biblia muestra que lo que esos hombres fieles hicieron con los cadáveres fue correcto (2 Samuel 2:4-6).
Una urna de cenizas junto a una foto de la fallecida

Conceptos erróneos sobre la incineración

Lo que algunos creen: La incineración deshonra el cuerpo.
La verdad: La Biblia dice que al morir la persona, esta vuelve al polvo, y eso es lo que le pasa a un cadáver cuando se descompone (Génesis 3:19). La incineración, que reduce el cuerpo a cenizas (o polvo), simplemente acelera este proceso.
Lo que algunos creen: En los tiempos bíblicos solo se quemaban los cadáveres de quienes no contaban con el favor de Dios.
La verdad: Es cierto que se quemaron los cadáveres de algunas personas desobedientes, como los de Acán y su familia (Josué 7:25). Aunque esa fue una excepción en aquel tiempo, no la regla (Deuteronomio 21:22, 23). Como se mencionó antes, también se quemaron los cadáveres de algunos siervos fieles de Dios, como por ejemplo el de Jonatán, un hijo del rey Saúl.

Lo que algunos creen: La incineración impide que Dios pueda resucitar a la persona.

La verdad: Dios puede resucitar a una persona sin importar que su cadáver haya sido enterrado, incinerado, se haya perdido en el mar o lo hayan devorado animales salvajes (Apocalipsis 20:13). El Todopoderoso puede hacerle un cuerpo nuevo con facilidad (1 Corintios 15:35, 38).

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