martes, 1 de diciembre de 2015

Nadando Contra la Corriente del Mundo

" ... la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá". Romanos 1:17
En mi época de estudiante, tuve el placer de compartir un año de bachillerato con Andrés Bermúdez, un joven cristiano de origen español, con quien me hice buen amigo. El muchacho tenía un maravilloso don para el dibujo y la pintura. Sabido esto por las autoridades del Instituto, cierto día fue invitado por el mismo director, a pintar un mural en uno de los pasillos principales de la Universidad. Andrés, feliz de ser tenido en cuenta, sin dudarlo aceptó la invitación. El director, confiado del talento del joven artista, le dio la libertad de expresar su arte. Después de una intensa semana de trabajo e inspiración, finalmente acabó su obra. Era una multitud de pequeños peces dorados que nadaban todos en la misma dirección, excepto uno que lo hacía en sentido opuesto. Al dibujo se le sumaban dos pequeñas frases, "Este pez está destinado a ser Jesús", e ,"ir en contra de la corriente". Pero tristemente, la exposición de la obra duró apenas 4 días, pues varios padres de alumnos se quejaron argumentando que aquel mural podría, de alguna manera, ofender a los no cristianos. Después, las autoridades dieron permiso a otro muchacho a pintar sobre el pasillo.

El Señor nos ha llamado para hacer cosas que en muchas ocasiones nos hará ir en contra de la corriente del mundo que nos rodea. Y sin duda, hacerlo siempre suele resultar bastante difícil. En la Biblia hay muchos ejemplos de grandes varones de Dios que también en su momento, hicieron cosas que fueron en contra de lo que hacía la mayoría; recordemos cuando Abraham estuvo a punto de sacrificar a su único hijo, o cuando Daniel se negó a comer la comida del Rey, o el episodio en el cual Gedeón se enfrentó a un ejército de miles de soldados teniendo a su cargo tan solo trecientos hombres, o cuando Pedro, Juan, y el resto de los apóstoles dejaron todos sus bienes para seguir al maestro. Solo por nombrar algunos ejemplos, pero si repasamos detenidamente las escrituras encontraremos cientos como éstos.

Amigo, amiga.. Si aún no lo haces, desde hoy puedes comenzar a caminar en dirección opuesta a la que camina el mundo. Esto se resume sencillamente en hacer la voluntad de Dios, en orar por aquel que desea tu mal, en bendecir a quien te maldice, en abrazar a quien un instante antes te hizo enfadar, en regalar tu abrigo al que siente frío, en dar un gran plato de comida al que te pide solo un pequeño trozo de pan. 
El anhelo de Dios es darle a nuestras vidas grandes victorias, pero claro, con una condición... la de que nosotros debemos estar dispuestos a nadar contra corriente.


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