Los tamaños de las personas varían conforme el grado de su compromiso…
Una persona es enorme para uno, cuando habla de lo que leyó y vivió, cuando trata con cariño y respeto, cuando mira a los ojos y sonríe inocente.
Y es pequeña cuando sólo piensa en si misma, cuando se comporta de una manera poco gentil. Fracasa en el momento preciso en que tendría que demostrar palpablemente, lo que diferencia en importancia a las personas: la amistad, el cariño, el respeto, el celo y el amor.
Una persona es gigante cuando se interesa por tu vida, cuando busca alternativas para tu crecimiento, cuando sueña junto a ti.
Una persona es grande cuando perdona, cuando comprende, cuando se pone en el lugar del otro, cuando obra no de acuerdo con lo que se espera de ella, sino de acuerdo con lo que espera de sí misma.
Una persona es pequeña cuando se deja regir por comportamientos clichés.
Una misma persona puede aparentar grandeza o pequeñez dentro de una relación, y puede crecer o disminuir en pocas semanas.
Una decepción puede disminuir el tamaño de un amor que parecía ser grande. Una ausencia puede aumentar el tamaño de un amor que parecía ser ínfimo.
Es difícil convivir con esta elasticidad: las personas se agigantan y se encogen a nuestros ojos. Y nuestro juicio hacia ellos se basa no en sus centímetros y metros, sino en sus acciones y reacciones, en sus ilusiones y frustraciones.
Una persona es única al extender la mano, y al recogerla inesperadamente, se vuelve otra. Porque el egoísmo unifica a los insignificantes.
No es la altura, ni el peso, ni los músculos los que hacen a una persona grande… es su sensibilidad sin tamaño.
No es la altura, ni el peso, ni los músculos los que hacen a una persona grande… es su sensibilidad sin tamaño.
Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Génesis 12:2
Les aseguro que entre los mortales no se ha levantado nadie más grande que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él. Mateo 11:11
Por tanto, el que se humilla como este niño será el más grande en el reino de los cielos. Mateo 18.4
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