La Palabra de Dios dice en Mateo 8:23-27. “Cuando entró Jesús en la barca, sus discípulos le siguieron. Y de pronto se desató una gran tormenta en el mar, de modo que las olas cubrían la barca; pero Jesús estaba dormido. Y llegándose a Él, le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! Y Él les dijo: ¿Por qué estáis amedrentados, hombres de poca fe? Entonces se levantó, reprendió a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma. Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Quién es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?”
Nuestro objetivo como Iglesia es llevar a la gente a la fe en Jesús e integrarla en la familia de Dios. Y que nuestro carácter se parezca al de Cristo, glorificando a Dios y sirviendo en toda buena obra.
domingo, 15 de enero de 2017
El Anemómetro
Dios conoce nuestras necesidades
«Y al orar, no hablen solo por hablar como hacen los gentiles, porque ellos se imaginan que serán escuchados por sus muchas palabras. No sean ellos, porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan». Mateo 6: 7-8, XVI

SI DIOS le ha proporcionado a las humildes florecillas que se marchitan y perecen, sus delicados y diversos colores, ¿no tendrá mayor cuidado con aquellos que han sido creados a su propia imagen?
Dios es un amigo en la perplejidad y la aflicción, un refugio en el fracaso, un protector en los miles de invisibles peligros que nos acechan.
Cuando amamos y obedecemos a Dios, y cumplimos con nuestra parte, Él nos proporciona todo lo que necesitamos. Nadie puede «añadir a su estatura un codo» no importa con cuanto empeño trate de hacerlo (Mateo 6: 27; Lucas 12: 25). No es sensato angustiarse en demasía por el mañana y por nuestras posibles futuras necesidades (Mateo 6:34). Cumplamos, pues, nuestro deber y confiemos en Dios, porque Él sabe qué necesitamos. Él nos consuela con más ternura que una madre a su hijo afligido.
El Señor está presente en todos los hogares; oye cada palabra que se pronuncia, escucha cada oración que se eleva; siente los pesares y los desengaños de todos y cada uno; ve el trato que recibe cada padre, madre, hermana, amigo y vecino. Cuida de nuestras necesidades, y para satisfacerlas, su amor y misericordia fluyen de continuo. Bajo su protección nos sentiremos seguros.
El Señor se adapta a las necesidades espirituales de cada persona. Camina a nuestro lado como si fuera nuestra sombra (Salmos 121: 5), presto a apoyarnos en todas nuestras necesidades. Siempre está cerca de quienes le sirven con sinceridad, nos conoce a cada uno por nuestro propio nombre. iQué maravillosa seguridad la nuestra, disponer en todo momento del tierno amor de Cristo!
Cuando amamos y obedecemos a Dios, y cumplimos con nuestra parte, Él nos proporciona todo lo que necesitamos. Nadie puede «añadir a su estatura un codo» no importa con cuanto empeño trate de hacerlo (Mateo 6: 27; Lucas 12: 25). No es sensato angustiarse en demasía por el mañana y por nuestras posibles futuras necesidades (Mateo 6:34). Cumplamos, pues, nuestro deber y confiemos en Dios, porque Él sabe qué necesitamos. Él nos consuela con más ternura que una madre a su hijo afligido.
El Señor está presente en todos los hogares; oye cada palabra que se pronuncia, escucha cada oración que se eleva; siente los pesares y los desengaños de todos y cada uno; ve el trato que recibe cada padre, madre, hermana, amigo y vecino. Cuida de nuestras necesidades, y para satisfacerlas, su amor y misericordia fluyen de continuo. Bajo su protección nos sentiremos seguros.
El Señor se adapta a las necesidades espirituales de cada persona. Camina a nuestro lado como si fuera nuestra sombra (Salmos 121: 5), presto a apoyarnos en todas nuestras necesidades. Siempre está cerca de quienes le sirven con sinceridad, nos conoce a cada uno por nuestro propio nombre. iQué maravillosa seguridad la nuestra, disponer en todo momento del tierno amor de Cristo!
¿Llorar Te Hace Feliz?
Soy la mayor de tres hermanas en mi familia; sí, todas mujeres, y ahí, en mi casa nunca se escuchó esa lapidaria frase de “no llores, hijo, porque eres hombre”. Yo me preguntaba, ¿por qué los hombres tienen lagrimales si no deben llorar? En fin, como te decía, soy la mayor de tres hermanas, y aunque me libré de la frase ya leída, no me libré de esta otra, “ya no llores más porque tus hermanas más pequeñas se van a asustar y tú debes darles ejemplo”.
Cuando yo pasaba por un momento difícil, vivía alguna terrible pena o simplemente me machacaba un dedo, estaba muy bien entrenada para no llorar, y mi manera de liberar un poco de tensión o pena era gritando o diciendo alguna grosería.

Pasaron los años, y para la mayoría de mis familiares y amigos yo era muy fuerte y valiente, pero eso estaba muy lejos de ser verdad...
...Porque poco a poco fui descubriendo que llorar era prácticamente un regalo de Dios; tanto es así que Jesús dice que el que llora es bienaventurado, que significa doblemente bendecido, o sumamente feliz. Sin embargo, la palabra enseña que los gritones, malhumorados o los que dicen malas palabras se están buscando problemas con Dios.
Efesios 4:29 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. 4:30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. 4:31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería maledicencia, y toda malicia.
En el aspecto social, la mayoría de las personas entienden que llorar es una muestra de debilidad, que es señal de inmadurez o de falta de control. Pero alguna vez leí que llorar no te hace más débil, simplemente es una señal de que estás vivo. Dios dice respecto a llorar:
Mateo 5:4 Bienaventurados los que lloran, porque recibirán consolación.
Lucas 6:21 Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.
Lucas 23:27, 28. “Y le seguía gran multitud del pueblo, y de mujeres que lloraban y hacían lamentación por él. Pero Jesús, vuelto hacia ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos”.
Trabajar juntos
Sabemos, además, que a los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Romanos 8:28

En la frase «todas las cosas los ayudan», expresadas
en un contexto de sufrimiento, Pablo usó la palabra de donde proviene el término, sinergia. Dijo: «Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan
a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados» (Romanos 8:28).
Quería que los romanos supieran que Dios, que no era el causante de su
sufrimiento, haría que todas las circunstancias cooperaran a su plan divino,
para un beneficio final. Ese bien no eran bendiciones temporales, como salud,
riquezas, fama o éxito, sino ser «hechos conformes a la imagen de su Hijo» (verso 29).
Esperemos con paciencia y confiados porque nuestro
Padre celestial está tomando todo sufrimiento, angustia y mal, y haciendo que se
combinen para su gloria y nuestro beneficio espiritual. Él quiere hacernos como
Jesús.
Señor, que
pueda ver tu mano detrás de cada circunstancia.
El crecimiento que logramos al esperar en Dios suele ser más importante que el resultado que deseamos.
El crecimiento que logramos al esperar en Dios suele ser más importante que el resultado que deseamos.
sábado, 14 de enero de 2017
Cuando no entendemos el “porqué”
Muy a menudo, cuando vivimos una situación que no es de nuestro agrado nos hacemos la famosa pregunta ¿por qué? Buscamos una respuesta o un motivo de lo que nos está pasando, pero la mayoría de las veces no la encontramos.
¿Cuántas veces te has preguntado ¿“por qué a mí”?, y cuántas más le has preguntado a Dios ¿“por qué”? Seguramente en más de una ocasión lo has hecho, todos lo hacemos, y muy posiblemente sin esperar oír la voz de Dios dándote una explicación, (aunque eso sería estupendo). En realidad nos preguntamos eso porque no entendemos el motivo de nuestras pruebas.
A veces la respuesta a nuestro “por qué” llega cuando dejamos de preguntárnoslo, cuando decidimos olvidar preguntarnos “por qué”, para enfocarnos en buscar una solución en lugar de una respuesta que tal vez nunca entenderemos.
Tiempo para la amistad
En todo tiempo ama el amigo y es como un hermano en tiempo de angustia. Proverbios 17:17”
Jesús desea ser nuestro mejor amigo, pero es necesario que dediquemos tiempo del día para hablar con Él. Se siente triste cuando prefieres pasar más tiempo jugando a los videojuegos, viendo vídeos, viendo la televisión o jugando con tus amigos(as), y a Él no le dedicas ni un momento. Desea que le cuentes cómo estás, cómo te va en el día, si estás feliz o triste y si te diviertes con tus amiguitos.
He aquí algunas ideas para que estés con Jesús durante el día.
- Al levantarte, dale gracias por la noche de descanso.
- Ora por los alimentos.
- Medita en la Biblia.
- Ora antes de dormir.
HABLA CON JESÚS: Querido Jesús, te pido perdón porque a veces prefiero hacer otras cosas antes que estar contigo. Quiero que seas mi mejor amigo, amén.
Actos fortuitos de bondad
… ¿Por qué
he hallado gracia a tus ojos para que me reconozcas…? Rut 2:10
Algunos afirman que la escritora canadiense Anne Herbert
garabateó en un mantel de un restaurante, la frase «practica actos de bondad
fortuitos y de belleza sin darles importancia». Este sentimiento se ha popularizado
mediante películas y literatura, y algunos lo han hecho parte de su
vocabulario.
La pregunta es: ¿Por qué debemos ser bondadosos con
los demás? Para los seguidores de Jesús, la respuesta es clara: para mostrar
la misericordia y la bondad de Dios.
En el Antiguo Testamento, la historia de Rut, una
inmigrante moabita, ilustra este principio. Esta mujer vivía en una tierra cuya
cultura e idioma no entendía. Además, era sumamente pobre y por lo tanto, completamente dependiente de la caridad de un pueblo que prácticamente la ignoraba.
Sin embargo, hubo un israelita que actuó con mucha bondad hacia ella y le habló al corazón (Rut 2:13). Permitió que ella cosechara en
sus campos, pero, además de ser caritativo, le mostró con su
compasión, la misericordia y la bondad amorosa de Dios, Aquel bajo cuyas alas
ella podía refugiarse. Finalmente, Rut se convirtió en la esposa de aquel
hombre, Booz, en parte de la familia de Dios y en antepasada de Jesús, quien
trajo la salvación al mundo (ver Mateo 1:1-16).
Nunca sabremos qué puede lograr una obra de bondad
hecha en el nombre de Jesús.
Señor, ¿qué
quieres que haga hoy por otra persona?
Nunca es
demasiado tarde para ser bondadoso.
El que vive en los Cielos tiene el pan para bendecirnos cada día.
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Lucas 11:3
Dios nos creó para bendecirnos. Su deseo es que podamos recibir las bendiciones y que ninguna se pierda, porque es Su voluntad; pero vemos que pasa el tiempo: años, meses, días y seguimos igual, y nos preguntamos ¿por qué si Él lo dispuso así no estamos recibiéndolas? Muchas de nuestras bendiciones no son alcanzadas porque no tenemos expectativas.
Él va a bendecir al que está lleno de expectativas y siempre esperando lo mejor, quien cada mañana se levanta sabiendo que su Padre tiene algo especial para él y que ese día no pasará sin recibir Su bendición. Porque es una promesa, y Él se apresura para cumplirla.
No nos dejemos abatir por las circunstancias, y no permitamos que nuestra fe mengüe; porque no importa el lugar o la situación en la que estemos, que ahí llegará nuestra bendición. Anula los pensamientos de derrota, fracaso, e inconformidad que están rodeándote y que no te permiten ver las bendiciones que están sobre ti.
El que tiene expectativas siempre espera lo mejor, y sabe que el que vive en los Cielos tiene el pan para bendecirnos cada día.
Dios nos creó para bendecirnos. Su deseo es que podamos recibir las bendiciones y que ninguna se pierda, porque es Su voluntad; pero vemos que pasa el tiempo: años, meses, días y seguimos igual, y nos preguntamos ¿por qué si Él lo dispuso así no estamos recibiéndolas? Muchas de nuestras bendiciones no son alcanzadas porque no tenemos expectativas.
No nos dejemos abatir por las circunstancias, y no permitamos que nuestra fe mengüe; porque no importa el lugar o la situación en la que estemos, que ahí llegará nuestra bendición. Anula los pensamientos de derrota, fracaso, e inconformidad que están rodeándote y que no te permiten ver las bendiciones que están sobre ti.
El que tiene expectativas siempre espera lo mejor, y sabe que el que vive en los Cielos tiene el pan para bendecirnos cada día.
viernes, 13 de enero de 2017
Jesús te Amó Primero
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados». 1 Juan 4: 10
Seis de la mañana. Los débiles rayos del sol se filtran entre los cristales rotos del restaurante. Su dramático encuentro con Jesús, la noche anterior, lo ha cambiado. Lo ha convertido en un nuevo hombre: más viejo, tal vez, pero libre de los tormentos de su terrible pasado; feliz, con los ojos radiantes.
No sale. Queda preso. Permanecerá en prisión durante ocho largos años. Pero su espíritu está libre: ha encontrado la salvación en Cristo.
Lo conocí en Pensilvania una noche de lluvia, mientras dirigía una cruzada de evangelización. Me contó su historia. Me habló de sus noches de culpa; de sus días de remordimiento; de sus tardes y mañanas de angustia.
-Lo que tocó mi corazón, me dijo sonriendo, fue saber que mis culpas ya habían sido pagadas en la cruz del Calvario. Cuando entendí lo que Jesús hizo por mí, tuve ganas de salir gritando a todo el mundo que yo había sido perdonado.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)