sábado, 21 de octubre de 2017

El Legado de mi Padre

La herencia de Jesús
1 Pedro 1:3,4 “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarchitable, reservada en los cielos para vosotros”.

Punto 1. ¿Por qué Jesús no dejó nada material?

Porque no tenía necesidad de hacerlo. Pudo haber dejado una carta escrita por su mano, o cualquier cosa que hubiera querido, pero eso sería motivo de adoración al objeto y no a Él, a su palabra y persona. 

Punto 2. ¿Qué nos pueden dejar de herencia nuestros padres?

Nos pueden dejar muchas cosas, por ejemplo:
  1. Puede ser dinero, mucho, poco o muy poco, y también nos pueden dejar deudas.
  2. Puede ser una educación secular, buena, regular o casi nula
  3. Puede ser una educación o guía espiritual, buena, regular o nula 

legado, padre, DiosPunto 3. ¿Pero qué nos dejó realmente nuestro bendito Señor Jesucristo?

Bueno, nos dejó tanto que sería muy difícil enumerarlo todo, pero trataremos de hacerlo.
Nos dejó su Palabra, la Biblia.
 Hebreos 1;2   “en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo,  a quien constituyó heredero de todo,  y por quien asimismo hizo el universo”.
Nos dejó su gracia.
Efesios 2:8,9 “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros,  pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.
Efesios 2:10 “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras,  las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”.
Nos dejó su perdón.
Hechos 10:43 “De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre”.
Nos dejó su Paz.
Romanos 5:1 “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”.
Nos dejó su Gozo; podernos gloriarnos en las tribulaciones.
Romanos 5:2 “por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios”.
Nos dejó una herencia incorruptible.
1 Pedro 1:3-4” Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarchitable, reservada en los cielos para vosotros.
Éste es el legado de mi Padre. ¿Quiere usted tener derecho a este legado? Solo recíbalo en su corazón y tendrá derecho a este inmenso legado. Que el Señor los bendiga.

Lléname otra vez

Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
y renueva un espíritu recto dentro de mí.
 No me eches de delante de ti,
y no quites de mí tu santo Espíritu.
 (Salmos 51:10-11)
Resultado de imagen de Lléname otra vez, DiosEs impresionante darnos cuenta de la manera como se sintió el rey David después de haber pecado contra la persona que más amaba, de cómo reaccionó su alma, espíritu, corazón y hasta su cuerpo físico,... se sentía vacío; pero lo más impactante de todo, es que él se sentía vacío por dentro, con sus huesos doloridos, ya que se encontraba lejos de su amado, del deseado de las naciones; de tal forma que él llegó a decir estas palabras. Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy enfermo; sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen. (Salmos 6.2 RV).
¿Te has sentido así alguna vez en tu vida después de fallarle a Dios? ¿Cómo es posible que alguien pudiera experimentar un dolor tan profundo dentro de su ser? Pues David tuvo el placer, la delicia de sentir por completo la presencia de Dios, completamente en su plenitud; pudo entender la magnitud de la poderosa y maravillosa presencia de Dios, ésa que quebranta hasta lo más duro. David anheló, deseó la presencia de Dios más que cualquier cosa, más que la fama, bendiciones,... victorias. Él podía vivir sin reino, sin gloria, sin riquezas, Dios podía quitarle toda autoridad; pero si de una cosa estaba seguro es que no podía vivir sin la Presencia de Dios. Por eso cuando pecó sabía que Dios no podía tener relación con el pecado y sabía que el espíritu santo se apartaría de su corazón; y por eso sentía agonizar su vida. Pero David no permitió que eso ocurriese: se sometió a la humillación, al poder del amor de Dios, declaró su pecado, no encubrió su iniquidad, para que lo que más temía no ocurriera, que El Espíritu Santo se fuera de su vida.

El Peligro de Mirar o Volver Atrás

¿Por qué no debemos mirar o volver atrás? ¿Qué sucede cuando miramos atrás? Si deseas las respuestas a estas grandes interrogantes lee y analiza lo que Jesús, el mismísimo Dios hecho hombre, dice.
Jesús habló de un hombre que expresó su deseo de seguirlo, pero que primero quería finalizar sus negocios. Esta historia nos indica que a él le interesaban más sus negocios que seguir al Señor. Jesús después le dijo:
volver atras, peligro, mirar atrasNinguno que, poniendo su mano en el arado, mira hacia atrás es apto para el reino de Dios. Lucas 9:62
Antes de destruir las ciudades de Sodoma y Gomorra, Dios envió a dos ángeles para sacar a Lot y su familia. Los ángeles tuvieron que sacarlos asidos de la mano. Sin embargo, la mujer de Lot aún tenía en su corazón un deseo de lo que quedaba atrás. A pesar de la advertencia de los ángeles, ella se volvió para mirar atrás, y fue transformada en una estatua de sal (Génesis 9).