jueves, 10 de agosto de 2017

La Señal de los Tiempos

Jesús usó la expresión “La señal de los tiempos”, cuando polemizando con sus enemigos, les dijo que ellos sabían discernir si era época de lluvias o de sequía a partir de los colores rojizos o amarillentos del firmamento, pero que no eran capaces de comprender la presencia del Mesías, basándose en los sucesos que estaban aconteciendo en ese tiempo. Ellos le pidieron señal de los cielos. Pero Jesús se enoja y les dice que son capaces de distinguir la señal de los cielos pero no pueden distinguir la señal de los tiempos.
Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle, y le pidieron que les mostrase señal del cielo. Mas él respondiendo, les dijo: Cuando anochece, decís: Buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles. Y por la mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas! que sabéis distinguir el aspecto del cielo, ¡mas las señales de los tiempos no podéis! La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. Y dejándolos, se fue. Mateo 16:1-4
Escuchar la voz de Dios que habla a través de los acontecimientos es discernir su presencia en el mundo, basándose en la historia de cada individuo, de cada comunidad, de cada nación.
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Y dijisteis: He aquí Jehová nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza, y hemos oído su voz de en medio del fuego; hoy hemos visto que Jehová habla al hombre, y éste aún vive. Deuteronomio 5:24
Porque ¿qué es el hombre, para que oiga la voz del Dios viviente que habla de en medio del fuego, como nosotros la oímos, y aún viva? Acércate tú, y oye todas las cosas que dijere Jehová nuestro Dios; y tú nos dirás todo lo que Jehová nuestro Dios te dijere, y nosotros oiremos y haremos. Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras cuando me hablabais, y me dijo Jehová: He oído la voz de las palabras de este pueblo, que ellos te han hablado; bien está todo lo que han dicho. ¡Ojalá siempre tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre! Deuteronomio 5:26-29
Pero no debemos limitarnos a la vida de cada cristiano, sino que debemos oír la Palabra de Dios en los sucesos que atañen a la vida de los pueblos. El teólogo ale­mán Karl Barth decía que los dos libros más importan­tes para el predicador eran la Biblia y el periódico de cada día. Aquella trae la Palabra revelada y éste la Pa­labra existencial en cada acontecimiento. Por eso es bue­no, al tomar nuestro desayuno de cada día, leer el periódico, preguntarnos qué significa, en nuestra oración, una gue­rra, una huelga, un accidente aéreo, la muerte de un niño, el invento de una vacuna, una ca­rretera que se inaugura, un desastre financiero, una boda….
Hasta los anuncios clasificados pueden ser como un teléfono por donde nos llegue la voz de Dios: a través de ellos presentimos las angustias de mucha gente, sus sueños, sus ideales, sus trabajos y sus limitaciones.
Es interesante preguntamos cómo conduce Dios al mundo. Pero no nos confundamos creyendo que todo cuanto ahora pasa es obra del demonio, porque entonces parecería que Jesús perdió la batalla. Al contrario, Él es el Señor de señores y Rey de reyes, y valdría la pena tratar de discernir cómo Dios tiene el control de todo, y como interactúa con el hombre a través de su soberana voluntad y de su trato con el mismo hombre.

El mendigo musical

COLOSENSES 3:23 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el SEÑOR y no para los hombres;”
Esta historia es sobre un hombre que reflejaba en su forma de vestir la derrota, y en su forma de actuar la mediocridad total.
Ocurrió en París, en una calle céntrica aunque secundaria. Este hombre, sucio, maloliente, tocaba un viejo violín. Frente a él y sobre el suelo estaba su boina, con la esperanza de que los transeúntes se apiadasen de su condición y le arrojaran algunas monedas para llevar a casa. El pobre hombre trataba de sacar una melodía, pero era del todo imposible identificarla debido a lo desafinado del instrumento, y a la forma displicente y aburrida con que tocaba ese violín.
Un famoso concertista, que junto con su esposa y unos amigos salía de un teatro cercano, pasó frente al mendigo musical. Todos arrugaron la cara al oír aquellos sonidos tan discordantes. Y no pudieron por menos que reír de buena gana.
La esposa le pidió al concertista que tocara algo. El hombre echó una mirada a las pocas monedas en el interior de la boina del mendigo y decidió hacer algo. Le solicitó el violín. Y el mendigo musical se lo prestó con cierto recelo.
Lo primero que hizo el concertista fue afinar sus cuerdas. Y entonces, vigorosamente y con gran maestría, arrancó una melodía fascinante del viejo instrumento. Los amigos comenzaron a aplaudir y los transeúntes comenzaron a arremolinarse para ver el improvisado espectáculo.

¿Por qué enseñaba Jesús en parábolas?

Narrar un suceso fingido del que se deducepor comparación semejanzauna  verdad importante o una enseñanza moral, es la definición de parábola. También se ha dicho que una parábola es una historia terrenal con un significado celestial. El Señor Jesús con frecuencia usaba parábolas como un medio para ilustrar verdades profundas y divinas. Historias que son fácilmente recordadas, como también las características de los personajes, y el simbolismo rico en significado. 
Imagen relacionadaLas parábolas eran una forma común de enseñanza en el judaísmo. Hasta cierto punto en Su ministerio, Jesús había empleado analogías gráficas, usando cosas tan comunes que eran conocidas por todos (la sal, el pan, las ovejas, etc.), y su significado era bastante claro en el contexto de Su enseñanza. Las parábolas requerían de más explicación, y en un momento dado de Su ministerio, Jesús comenzó a enseñar utilizando exclusivamente parábolas. 

La pregunta es, ¿por qué Jesús dejaría que la mayoría de la gente se preguntara acerca del significado de Sus parábolas? El primer ejemplo de esto, está en Su relato de la parábola de la semilla y las diferentes clases de suelos donde cae. Antes de que Él interpretara esta parábola, se llevó a Sus discípulos lejos de la multitud. Ellos le preguntaron, “¿Por qué les hablas en parábolas? Y respondiendo Él, les dijo: Porque a vosotros se os ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no se les ha concedido. Porque a cualquiera que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia; pero a cualquiera que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Por eso les hablo en parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden. Y en ellos se cumple la profecía de Isaías que dice:
"AL OÍR OIRÉIS, Y NO ENTENDERÉIS; Y VIENDO VERÉIS, Y NO PERCIBIRÉIS; PORQUE EL CORAZÓN DE ESTE PUEBLO SE HA VUELTO INSENSIBLE Y CON DIFICULTAD OYEN CON SUS OÍDOS; Y SUS OJOS HAN CERRADO, NO SEA QUE VEAN CON LOS OJOS, Y OIGAN CON LOS OÍDOS, Y ENTIENDAN CON EL CORAZÓ
N, Y SE CONVIERTAN, Y YO LOS SANE. Pero dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen. Porque en verdad os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron.” (Mateo 13:10-17).