sábado, 27 de mayo de 2017

No te Preocupes

A veces, cuando nada marcha de acuerdo con lo esperado, y reina la preocupación...
Cuando el quebranto de lágrimas inunda nuestros ojos, y todo parece ser inútil...
refle-preocupes07Solo una cosa puede ahuyentar las lágrimas que queman y ciegan; alguien que suavemente te eche el brazo por encima y te susurre: "No te preocupes".
Nadie ha logrado descifrar por qué esas palabras traen tanto consuelo, o por qué tal susurro hace que nuestras preocupaciones se despejen al instante.
Sin embargo, cuando los problemas nos dan la bienvenida, nos olvidarnos de ellos y los dejamos atrás, cuando alguien suavemente te echa el brazo por encima y te susurra: no te preocupes.
El amor que procede de tan suave caricia, debe ser amor verdadero.
Puede ser que un abrazo así a tu corazón no traiga el consuelo suficiente, pero si el amor es el móvil, dulce consuelo encontrarás...
...cuando alguien suavemente te eche el brazo por encima y te susurre: ¡No te preocupes!
¡Este poema refleja el consuelo que solo se experimenta a través de un toque amoroso!  Demuestra el amor que sientes por tus hijos en lo que dices y haces. Este amor será devuelto a ti multiplicado.
Muchos de los que han estado enamorados toda una vida nos dicen menos sobre el tema que el niño que perdió a su perrito.
1 Juan 3:11
Que nos amemos unos a otros.

Tolerancia

Hace ya más de dos años tuve la oportunidad de participar en un seminario sobre la postmodernidad como movimiento histórico y, a su vez, artístico y cultural del siglo XX, dirigido por un español que llevaba mucho tiempo trabajando en esta temática en España, y que decidió venir a mi país y compartir la experiencia de su ministerio. De todo lo interesante que pude escuchar en esas plenarias, me quedo con una oración que resumió el sentido de su potente mensaje: “las personas cristianas son las menos tolerantes que hay”.
Antes de que te tires de los pelos y te quedes atacado por mi cita, déjame contextualizarte un poco más para comprender la lógica de este comentario. Si hablamos de postmodernidad, debemos entender que hablamos de un movimiento histórico que lleva consigo una manera de pensar, una manera de vivir y distintas tendencias que se instalan en nuestra cultura. Por ejemplo, el relativismo es una de sus características, nada es blanco o negro y todo depende del ojo de quien lo ve y de las ideas que tenga sobre el mundo. La visión puede que nos agrade o puede que nos cause desazón, pero es una realidad evidente en nuestra sociedad. No obstante, a lo que se refería el conferenciante es que, como pueblo cristiano, figurábamos como los intolerantes por excelencia, puesto que las cosas son “pecado” o “no pecado” y con esa misma categoría clasificábamos el comportamiento de nosotros mismos, y más aún, el de los demás.
Me inquieta el hecho de que ésta es una realidad. A diario me relaciono con jóvenes que critican el comportamiento de otros por no ser “consecuentes” o no estar “a la altura de las circunstancias”, lo que me inquieta aún más. Me preocupa el hecho de que nos convirtamos en “policías morales”, sintiendo que tenemos el derecho y la autoridad para juzgar actos e intenciones ajenas. Más me preocupa que no seamos capaces de relacionarnos con “el mundo” porque “ellos”, y siempre en un tono despectivo, no viven la vida de la manera en que yo “el super espiritual” la vivo. Me preocupa el hecho de que más de una vez me encuentre yo misma cerrando mis oídos a las ideas que no cuadran con mi “perfecta” filosofía de vida, y no pueda conocer otras realidades y visiones que, en vez de sentir que atacan mi visión de la vida, me ayudan a sustentarla y defenderla con aún más vigor; bueno, la verdad es que no la defiendo para convencer a otros, la defiendo porque es lo que PARA MÍ ha sido una realidad.

Dobles

Por tanto, nosotros todos, mirando con el rostro descubierto y reflejando como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en su misma imagen, por la acción del Espíritu del Señor. 2 Corintios 3:18
Dicen que todos tenemos un doble. Algunos los llaman dobles andantes. Son personas que se parecen mucho a nosotros aunque no tienen ninguna conexión de sangre.
El mío es una estrella de la música. Cuando fui a uno de sus recitales, muchos de los fanáticos me confundieron con él durante el intermedio. Lamentablemente, no soy ningún James Taylor a la hora de cantar y tocar la guitarra. El parecido es solo físico.
¿A quién te pareces? Mientras lo consideras, reflexiona en 2 Corintios 3:18, donde Pablo nos dice que «somos transformados […] en la misma imagen […] del Señor». Al buscar honrar a Jesús con nuestra vida, uno de nuestros objetivos es adoptar su imagen. Por supuesto, esto no significa que tengamos que dejarnos crecer la barba y usar sandalias… En cambio, el Espíritu Santo nos ayuda a mostrar rasgos de Cristo; por ejemplo, su actitud (humildad), su carácter (amor) y su compasión (acompañar a los que están caídos y solos); debemos parecernos a Jesús e imitarlo.
Mientras miramos «a cara descubierta […] la gloria del Señor» al fijar los ojos en Jesús, podemos parecernos cada vez más a Él. ¡Qué maravilloso sería si los demás pudieran observarnos y decir: ¡Veo a Jesús en ti!


Señor, transfórmanos a tu imagen. Que los demás puedan verte en nosotros.
El amor es el rasgo que debería distinguir a los seguidores de Cristo.

Jerusalén es la Eterna capital de Israel

Jerusalén fue elegida por el Todopoderoso como la capital de la nación de Israel. No existe otra ciudad como Jerusalén en toda la tierra, ya que en ella han ocurrido innumerables eventos bíblicos muy importantes. El rey David expresó su gozo y entusiasmo al subir a Jerusalén para adorar al Dios Altísimo, al Dios de Israel, con las siguientes palabras: “Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos.  Nuestros pies estuvieron dentro de tus puertas, oh Jerusalén” (Salmo 122:1-2).
Dios escogió a Jerusalén como su ciudad personal. Su autoridad sobre ella es eterna, y en Jerusalén se cumplirá su plan redentor respecto al ser humano. Es el único lugar al que Dios se refiere como “mi ciudad” (Isaías 45:13), y más frecuentemente como “mi santo monte” (Isaías 11:9, 56:7, 57:13; Ezequiel 20:40; Joel. 2:1, 3:17).
Debido a que Jerusalén es la ciudad donde Dios ha puesto su nombre, frecuentemente se le llama la “ciudad santa”(Nehemías 11:1; Isaías 52:1; Apocalipsis 11:2).  Dios ama a Jerusalén más que a cualquier otro lugar, y la seleccionó para establecer su propia morada:
•   “Su cimiento está en el monte santo. Ama Jehová las puertas de Sion más que todas las moradas de Jacob. Cosas gloriosas se han dicho de ti, Ciudad de Dios” (Salmo 87:1-3).
•   “Porque Jehová ha elegido a Sion; la quiso por habitación para sí. Este es para siempre el lugar de mi reposo; aquí habitaréporque la he querido. Bendeciré abundantemente su provisión…” (Salmo
 132:13-15a).