jueves, 25 de mayo de 2017

El tamaño de las personas

Los tamaños varían conforme el grado de compromiso…
Una persona se la ve enorme, cuando habla de lo que leyó y vivió, cuando trata con cariño y respeto, y mirando a los ojos sonríe inocentemente.
Es pequeña cuando solo piensa en sí misma, cuando se comporta de una manera poco gentil, cuando fracasa precisamente en el momento en que tendría que demostrar lo que es más importante entre dos personas: la amistad, el cariño, el respeto, el celo y... el amor.
Resultado de imagen de El tamaño de las personasUna persona es gigante cuando se interesa por tu vida, cuando busca alternativas para tu crecimiento, cuando sueña junto a ti.
Una persona es grande cuando perdona, cuando comprende, cuando se coloca en el lugar del otro, cuando obra, no de acuerdo con lo que esperan de ella, pero sí de acuerdo con lo que espera de sí misma.
Una persona es pequeña cuando se deja regir por comportamientos ya establecidos
Una misma persona puede aparentar grandeza o pequeñez en una relación, puede crecer o disminuir en un espacio de pocas semanas. Una decepción puede disminuir el tamaño de un amor que parecía ser grande, y una ausencia puede aumentar el tamaño de un amor que parecía ser ínfimo.
Es difícil convivir con esta elasticidad: las personas se agigantan y se encogen a nuestros ojos. Nuestro juicio debe ser hecho, no a través de centímetros y metros, sino de acciones y reacciones, de expectativas y frustraciones.
Una persona es única al extender la mano, y al recogerla inesperadamente se vuelve otra. El egoísmo unifica a los insignificantes. No es la altura, ni el peso, ni los músculos quienes hacen a una persona grande… es su sensibilidad, sin tamaño.
Haré de ti una nación grande, te bendeciré, engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Génesis 12:2
Les aseguro que entre los mortales no se ha levantado nadie más grande que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él. Mateo 11:11
Por tanto, el que se humilla como este niño será el más grande en el reino de los cielos. Mateo 18;4

Tú fuiste realmente misericordioso conmigo

Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 1 Juan 1:9
Y esto erais algunos de vosotros, pero ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús y por el Espíritu de nuestro Dios. 1 Corintios 6:11
«Aunque nací en una familia cristiana, realmente me convertí a los 17 años. Hasta entonces me debatía entre ser o no ser cristiano, pues sabía que si recibía al Señor Jesús como mi Salvador, tendría que aceptarlo como mi Señor.
Una noche estaba solo en mi habitación. Mi alma no estaba en paz. Sentado o acostado, no lograba hallar reposo. Me preguntaba, ¿tenía que creer en el Señor Jesús, o no? Quería decir No, pero eso hacía que interiormente me sintiese incómodo. Había una verdadera lucha en mí. Entonces me arrodillé para orar; al principio no sabía qué decir, pero finalmente muchos pecados vinieron a mi memoria. Nunca había vivido algo semejante hasta ese momento. Me vi a mí mismo como un pecador, y también vi la gracia del Señor. Fui consciente de toda la podredumbre del pecado, y también comprendí que la preciosa sangre de Jesús me purificaba y me hacía más blanco que la nieve. Era como si Él extendiese sus manos para recibirme, diciéndome: ¡Te estaba esperando!
Antes me burlaba de los que creían en Jesús, pero aquella noche lloré y confesé mis pecados, buscando el perdón del Señor. Después de haber orado, comprendí que ya no tenía el peso de mis pecados, y me sentí lleno de gozo y paz. Solo en mi habitación, pude exclamar: Señor Jesús, Tú fuiste realmente misericordioso conmigo».

Amor, el objetivo de la virtud cristiana

Lee 2 Pedro 1:5 al 7; Romanos 5:3 al 5; Santiago 1:3 y 4; y Gálatas 5:22 y 23. ¿Qué tema similar aparece en todos estos pasajes?
Era normal entre los filósofos del mundo antiguo hacer listas de virtudes. Estas listas a menudo se llaman “catálogo de virtudes”, y hay varios ejemplos en el Nuevo Testamento (Romanos 5:3-5; Santiago 1:3, 4; Gálatas 5:22, 23).
Imagen relacionadaHay diferencias interesantes entre lo que podría mencionar un filósofo y lo que pone Pedro en su lista. Observamos que Pedro ha ordenado estas virtudes deliberadamente en una secuencia, de tal manera que cada virtud se construye sobre la anterior hasta que llega al clímax del amor.
Cada una de las virtudes que utiliza Pedro tiene un significado importante: Fe: En este contexto, no es nada menos que una fe salvadora en Jesús (Gálatas 3:11; Hebreos 10:38).
- Virtud: Una virtud (del griego arête), una buena cualidad, de cualquier tipo, era alabada incluso entre los paganos filósofos. Sí, la fe es crucial, pero debe llevar a una vida transformada, una vida en la que se expresa virtud.
- Conocimiento: Pedro no está hablando de conocimiento en general, sino del conocimiento que viene a través de la relación salvadora con Jesucristo.
- Dominio propio: Los cristianos maduros son capaces de controlar sus impulsos, especialmente aquellos impulsos que llevan a excesos.
- Paciencia: Aquí se utiliza la palabra paciencia con la connotación de “perseverancia” (BLA) o “constancia” (NVI), especialmente frente a tribulaciones y persecución.
- Piedad: En el mundo pagano, la palabra traducida aquí como “piedad” significa un comportamiento ético que viene como resultado de creer en un dios. Dentro del Nuevo Testamento, también conlleva el concepto de comportamiento ético que resulta de una fe en el único Dios verdadero (1 Timoteo 2:2).
Afecto fraternal: Los cristianos son como una familia, y la piedad nos lleva a ser una comunidad en la que las personas son amables los unos con los otros.
- Amor: Pedro lleva su lista a un clímax con el amor. Suena parecido a Pablo, también: “Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor” (1 Corintios 13:13).
Antes de comenzar su lista de virtudes, Pedro dice que debemos “poner toda diligencia” (2 Pedro 1:5) en obtener estas virtudes. ¿Qué quiere decir con esto? ¿Qué papel juega el esfuerzo humano en nuestro deseo de vivir una vida piadosa y fiel?

Pestañea y piensa en Dios

Lo halló en tierra de desierto, en yermo de horrible soledad; lo rodeó, lo instruyó, lo guardó como a la niña de su ojo. Deuteronomio 32;10
«Dios es como un párpado», dijo mi amiga Ryley, y yo pestañeé sorprendida. ¿Qué querría decir?
«Cuéntame más», respondí. Juntas, habíamos estado estudiando imágenes sorprendentes de Dios en la Biblia; cosas como Dios simulando una madre en trabajo de parto (Isaías 42:14) o un apicultor (7:18), pero esta metáfora era nueva para mí. Ryley me señaló Deuteronomio 32, donde Moisés alaba cómo Dios cuida a su pueblo. El versículo 10 dice que el Señor protege a su pueblo y lo guarda «como a la niña de su ojo».
Según Ryley, la palabra traducida niña significa literalmente «pupila». ¿Y qué rodea y protege la pupila? ¡El párpado, por supuesto! Dios es como el párpado, que, instintivamente, protege el ojo frágil. El párpado guarda el ojo del peligro y, al pestañear, ayuda a quitar el polvo, además de evitar que se meta sudor. También lubrica el globo ocular y lo mantiene saludable; y se cierra para permitir el descanso.
Al considerar la imagen de Dios como un párpado, no pude evitar darle gracias por las muchas metáforas que nos ha dado para ayudarnos a entender su amor por nosotros. Cuando cerramos los ojos por la noche y los abrimos por la mañana, podemos pensar en Dios y alabarlo por su tierna protección y cuidado.

Señor, gracias por protegernos tal como el párpado guarda el ojo.
Cuando pestañees, recuerda dar gracias a Dios por su protección.