martes, 11 de abril de 2017

¿Qué es la Semana de la Pasión / la Semana Santa?

Resultado de imagen de "¿Qué es la Semana de la Pasión / la Semana Santa?La Semana de la Pasión, también conocida como la Semana Santa, es el tiempo que va desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Pascua (el Domingo de Resurrección). La Semana de la Pasión se llama así debido a la pasión con la que Jesús voluntariamente fue a la cruz para pagar por los pecados de su pueblo. La Semana de la Pasión se describe en los capítulos 21-27 de Mateo, los capítulos 11-15 de Marcos, los capítulos 19-23 de Lucas, y los capítulos 12-19 de Juan. La Semana Santa comienza con la entrada triunfal de Jesús del Domingo de Ramos cabalgando sobre un asno, como fue profetizado en Zacarías 9:9.

La Semana de la Pasión incluye varios eventos memorables. Jesús purificó el templo por segunda vez (Lucas 19:45-46), y disputó con los fariseos Su autoridad. Luego, Jesús pronunció su Discurso de los Olivos sobre los últimos tiempos y enseñó muchas cosas, incluyendo las señales de Su segunda venida. Jesús comió la Última Cena con sus discípulos en el aposento alto (Lucas 22:7-38), y luego se fue al huerto de Getsemaní para orar mientras esperaba la llegada de su hora. Fue aquí cuando Jesús, después de haber sido traicionado por Judas, fue arrestado y sometido a varias farsas de juicios ante los principales sacerdotes, Poncio Pilato, y Herodes (Lucas 22:54-23:25).

Tras los juicios, Jesús fue azotado a manos de los soldados romanos, y luego, se vio obligado a llevar su propio instrumento de ejecución (la Cruz) a través de las calles de Jerusalén, a lo largo de lo que se conoce como la Vía Dolorosa (el camino de los dolores). Jesús fue crucificado en el Gólgota, fue sepultado y permaneció en la tumba hasta el domingo, el día después del día de reposo, y luego resucitó gloriosamente.

Es conocida como la Semana de la Pasión (Semana Santa) porque en ese tiempo, Jesucristo verdaderamente reveló Su pasión por nosotros a través de lo que sufrió voluntariamente en nuestro lugar. ¿Cuál debe ser nuestra actitud durante la Semana Santa? ¡Debemos ser apasionados en nuestra adoración a Jesús y en nuestra proclamación de su Evangelio!



¿Para qué vine al mundo?

A pesar de tus circunstancias y por encima de cualquier problema, tu vida fue planeada y deseada por Dios desde el principio. A veces las personas creen que porque viven ciertas cosas difíciles o dolorosas es difícil comprender el propósito de su vida, y es porque los problemas empañan la visibilidad de todo lo demás.
para que vine al mundoTú puedes preguntarte cuál es el propósito de tu vida porque no entiendes todo lo que te ha tocado vivir, pero debes saber, que el propósito de Dios y sus planes para ti siempre son de bien independientemente de lo que suceda.
Dios hizo un plan para tu vida desde el momento en que tus padres te trajeron al mundo; antes que cristalizara el plan de ellos de formar una familia, Dios había establecido que llegaras a ser quien eres, sabía tu nombre y en qué lugar del mundo nacerías, y te planeó con más amor del que imaginas.
A veces nuestra situación es tan difícil que olvidamos que Dios sabe todas las cosas. Todo lo que nos preguntamos, aun sin decírselo a nadie, Él lo sabe, como cuando nos preguntamos cosas como ¿para qué vine al mundo? Sin querer cuestionamos la obra de sus manos y damos poco valor a sus motivos, porque las cosas que nos pasan a veces son tan grandes que nos hacen sentir muy pequeñitos y sin un plan de vida, pero la realidad es que todos fuimos planeados con el amor más grande que pueda existir.
Posiblemente tu situación actual te hace pensar que tu vida no tiene un propósito definido, cuestionas el porqué de estar aquí en la tierra, y es porque los problemas te impiden darte cuenta que Dios tiene un plan maravilloso para tu vida, que no depende de cuántas cosas pueden pasarte, ya que sus planes siguen siendo los mismos con los que te creó.

¿Estás Enfermo o Muerto en Vida?

Juan 11:1, 3, 4 “Estaba entonces enfermó uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana. Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: he aquí el que amas está enfermo. Y oyéndole Jesús dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella”. 

 I. ¿Qué haría usted si le dicen que un amigo querido está enfermo?

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Lo mas lógico es que usted salga inmediatamente a verlo para ayudarlo o consolarlo. Pero surge la pregunta de si Cristo es todo amor, ¿por qué no fue inmediatamente a ver a Lázaro cuando lo avisaron? Lázaro era amado por Jesucristo; lo vemos en el versículo tres, cuando le dicen las hermanas: “He aquí el que amas está enfermo”. Para aclarar esta interrogante es necesario que sepamos el mensaje profundo de esta enseñanza que nos da Dios en su palabra, para poder entender los tiempos y las razones de Dios para hacer las cosas. 

II. ¿Qué familia era ésta que le avisa a Jesús que uno de sus miembros estaba enfermo?

Ésta era una familia bien conocida por Jesucristo porque la Biblia dice que les amaba verso 5 “Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro”.
Y surge otra pregunta, ¿Por qué los amaba? Lo vemos en Lucas 7:37-38 “Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y le besaba los pies, y los ungía con perfume”.
Qué cuadro mas bello es éste que nos presenta Dios, pues aquí vemos lo que Él quiere de nosotros. Él demanda que lo amemos, que lo sirvamos, que lo exaltemos, que le digamos Abba Padre: aquí estoy a tus pies para servirte, para adorarte, para que seas mi Señor todos los días de mi vida, que te siga y te sea fiel, para que Tú seas mi Señor. Y en respuesta Él nos va a amar; no importa si fuimos pecadores, como lo vemos en este pasaje de la Biblia donde dice que María era una pecadora; el Señor nos ama, y no importa si somos pecadores, pero Él aborrece el pecado, Él quiere que lo sigamos, que creamos en Él y que dejemos de pecar más. 

 III. Ahora nos hacemos la pregunta: ¿Por qué el Señor no fue inmediatamente a ver a Lázaro y lo sanó?

Él sabe cómo responder a cada petición, sabe sus tiempos, algo que nosotros no podemos entender; Él tiene sus propios designios, está en Él su perfecta potestad para concedernos lo que nosotros le pedimos. Y además de eso, Él sabe si nos conviene que nos conceda lo que le pedimos. 
Jesús tenía todo el poder de sanar, y aún más de dar vida. Aquí damos por sentado que el Señor amaba a los tres, como también nos ama a todos los que estamos en Su iglesia en este momento, y nos podría conceder todo lo que le pedimos, pero Él sabe por qué no nos responde. 

La verdadera paz

Por nada estéis angustiados, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Filipenses 4: 6-7
Resultado de imagen de la verdadera paz viene de diosLa felicidad derivada de fuentes mundanas es tan inconstante como la variabilidad de las circunstancias; pero la paz de Cristo es constante, permanente. No depende de los avatares de la vida, ni de la cantidad de bienes materiales ni del número de amigos que se tenga en este mundo. Cristo es la fuente de agua viva, y la felicidad que proviene de Él no puede agotarse jamás.
Cuando recibimos a Cristo como huésped permanente en el alma, la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará nuestro espíritu y nuestro corazón en Cristo Jesús. La vida terrenal del Salvador, aunque transcurrió en medio de conflictos, estaba llena de paz. Aunque lo acosaban constantemente enemigos airados, dijo: «El que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada» (Juan 8: 29). Ninguna tempestad de la ira humana o satánica podía, ni puede, perturbar la calma de aquella completa comunión con Dios. Y Él nos dice: «La paz os dejo; mi paz os doy». «Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended
 de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas» (Juan 14: 27; Mateo 11: 29, RVC). 
La vida de los seres humanos testifica acerca de la verdad de las Escrituras: «Los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto. iNo hay paz para los impíos! , ha dicho mi Dios» (Isaías 57: 20-21). Pero el que calmó las olas de Galilea, pronunció la palabra que puede impartir paz a cada alma. Su gracia calma las tempestuosas pasiones humanas.