martes, 4 de abril de 2017

La invitación más importante

¡Venid, todos los sedientos, venid a las aguas! Aunque no tengáis dinero, venid, comprad y comed! ¡Venid, comprad sin dinero y sin pagar, vino y leche! Isaías 55:1
Hace un tiempo, en una misma semana, recibí varias invitaciones por email. Deseché de inmediato los correos en los que me invitaban a asistir a seminarios «gratis» sobre retiro laboral, propiedades y seguros de vida. Pero la invitación a una reunión en honor a un amigo de años, hizo que contestara al instante: «¡Sí! ¡Acepto!». Invitación + Deseo = Aceptación
Isaías 55:1 es una de las grandes invitaciones de la Biblia. El Señor le dijo a su pueblo en dificultades: «A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche». Esta es la oferta más maravillosa de Dios de alimento para el alma, profunda satisfacción espiritual y vida eterna (versos 2-3).
La invitación de Jesús se repite en el último capítulo de la Biblia: «Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente» (Apocalipsis 22:17).
A menudo pensamos que la vida eterna empieza cuando uno muere. Pero en realidad, comienza cuando recibimos a Jesucristo como nuestro Salvador y Señor.
¡La invitación de Dios a encontrar vida eterna en Él es la más importante de todas! Invitación + Deseo = Aceptación.

Jesús, reconozco mis pecados y te acepto como mi Salvador.
Cuando aceptamos la invitación de Jesús a seguirlo, toda nuestra vida cambia de dirección.

Mío eres tú

Dios nos creó, nos formó con deleite a cada uno de nosotros; se inspiró a tal grado que fuimos su mayor obra, a imagen y semejanza de Él.
                         Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
 (Génesis 1:27 RV)
mio eres tuPiensa en este un momento, imagina el instante en el que Dios nos creó y las emocionantes palabras que pudo decir cuando nos formó con sus maravillosas manos, como un pintor con un pincel:
Esta carita le haré, le daré estos lindos ojos para que contemple lo maravilloso de las grandezas que creé, le pondré una boca para que sus labios proclamen y exalten mi nombre, y le daré dos oídos para que se deleiten y escuchen mi hermosa palabra, una nariz para que huela el aroma de mi presencia. Ahora le formaré dos estructuradas manos que se alcen en rendición y adoración a mí, y también dos pies para que me sigan y caminen conmigo todos los segundos de su vida. 
Entonces nos damos cuenta que nuestro Dios fue más que un pintor, más que un artista, nos damos cuenta que sus maravillosas manos nos crearon tal como somos y quiso que fuéramos.
Tus manos me hicieron y me formaron;
 (Salmos 119:73 RV)
Amados hermanos, sabemos y no dejamos de obviar que hay personas que no poseen algunas de las cosas que una persona normal tiene, quizá pies o piernas, tal vez brazos, quizá sus ojos no pueden ver, de su boca no fluyen palabras, sus oídos no oyen... Pero, ¿sabes en qué se inspiró más Dios?, ¿sabes lo más hermoso, maravilloso que creó en nosotros?  FUE NUESTRO CORAZÓN, y como es lógico, no puede haber vida si no hay corazón; y ¿por qué es lo más importante?, porque es donde habita el ser más esplendoroso que existe; la maravillosa presencia de Jesús. Es por eso uno de los motivos por lo cual la palabra de Dios dice: Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él emana la vida. (Proverbios 4:23)
Porque Jesús es vida, y lo que entrega es vida y vida en abundancia, debes guardar y valorar lo que está en tu corazón que es su preciosa presencia, porque es Él quien le da color a tu vida, colores con alegría, sin importar las circunstancias de tu vida o lo que tienes o no tienes. Él le entrega un valor único a tu vida y propósitos sobrenaturales, maravillosos; recuerda siempre que los designios y la voluntad de Dios es perfecta: No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. (Romanos 12:2 NVI) Y lo que no entendemos hoy lo entenderemos mañana: Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después. (San Juan 13:7 RV)
Solo debemos comprender que Él lo suple todo, lo llena todo, y si aun no lo tienes por no haberlo aceptado en tu corazón, aún estás a tiempo de aceptarlo como Salvador de tu vida por medio de su cruz, gracia y amor. Él hace todas las cosas nuevas y ten por seguro que si Él está, tu vida cambiará y tu realidad se tornará de colores hermosos, colores de esperanza.

¿Qué le sucede a la gente que nunca tienen oportunidad de oír acerca de Jesús?

Imagen relacionadaTodos somos responsables ante Dios, hayamos escuchado o no  acerca de Él.” De hecho, la Biblia nos dice que Dios se ha revelado claramente a Sí mismo en la naturaleza, "Lo invisible de él, su eterno poder y su deidad, se hace claramente visible desde la creación del mundo y se puede discernir por medio de las cosas hechas. Por lo tanto, no tienen excusa", (Romanos 1:20) y también en el corazón de la gente (Eclesiastés 3:11). El problema es que la raza humana es pecadora; y como tal, rechazamos este conocimiento de Dios y nos rebelamos contra Él, "ya que, habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias. Al contrario, se envanecieron en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. Pretendiendo ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por imágenes de hombres corruptibles, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles" (Romanos 1:21-23). Aparte de la gracia de Dios, Dios nos concedió pese a los pecaminosos deseos de nuestro corazón, la visión de descubrir lo inútil y miserable que es nuestra vida apartados de Él. Esto lo hace para aquellos que lo rechazan (Romanos 1:24,32).

Realmente, veamos el problema desde el punto de vista de 
que algunas personas no es que no hayan escuchado acerca de Dios. Más bien, el problema es que ellos han rechazado lo que han oído y lo que es fácilmente apreciado de Su obra en la naturaleza. Deuteronomio 4:29 proclama: “Mas si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma.” Este texto enseña un importante principio: quien realmente busque a Dios, lo hallará. Si una persona desea conocer verdaderamente a Dios, Dios mismo se dará a conocer.

Lo espiritual y lo natural

En Filipenses 2:25-30 encontramos a un hombre llamado Epafrodito que estuvo enfermo debido al exceso de trabajo en el ministerio. Estaba afligido y nostálgico. Probablemente, estuvo lejos de su hogar durante mucho tiempo y puede que solo. Enfermó tanto que casi murió. Pero el apóstol Pablo nos dice que Dios tuvo compasión de él y misericordia de su vida. En este pasaje, Pablo escribe a los filipenses para decirles que les envía a Epafrodito para descansar y recuperarse.
Aunque Dios sanó a este hombre, todavía necesitaba tiempo de descanso.
El mismo principio es evidente en el relato en que Jesús resucita a una niña. En el capítulo ocho de Lucas, vemos que un líder religioso judío llamado Jairo se acercó a Jesús y le pidió que viniera a su casa y sanara a su hija de doce años que se estaba muriendo. Cuando llegó a casa de Jairo la niña ya había muerto; pero Jesús la resucitó. Tan pronto como se levantó de su cama, lo primero que Jesús dijo a sus padres fue que le dieran algo de comer (Lucas 8:55).
De estos dos relatos podemos extraer que existe un lado espiritual de la vida y también un lado natural, y ambos deben estar en equilibrio. Jesús se hizo cargo del lado espiritual de la vida de esta niña, pero luego les indicó a sus padres ocuparse del lado natural.
Dios espera que usemos el sentido común junto a nuestra espiritualidad. Vivamos una vida equilibrada, obedeciendo tanto los principios espirituales como las leyes naturales. Aunque Epafrodito trabajaba para el Señor, enfermó por no cuidar de sí mismo. No podemos quebrantar las leyes de Dios para la salud y no esperar consecuencias adversas. Recuerde conservar el equilibrio, porque eso le ayudará a mantener al diablo fuera de su vida.