miércoles, 1 de marzo de 2017

El niño santo

El ángel Gabriel fue enviado por Dios… a una virgen desposada con un varón que se llamaba José… El ángel le dijo:… darás a luz un hijo… El Espíritu Santo vendrá sobre ti… por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. Lucas 1:26-27, 30-35
Cuando María recibió la maravillosa noticia de que sería la madre del Salvador, no dudó, sino que hizo una pregunta racional: “¿Cómo será esto? pues no conozco varón” (Lucas 1:34). Lucas precisa que el ángel fue enviado a una virgen desposada. Esos jóvenes, en obediencia a Dios, no tenían relaciones sexuales antes del matrimonio.
Inline image 1Mateo también testifica la virginidad de la madre de Jesucristo:Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo” (Mateo 1:18).
Probablemente José pensaba que había sido engañado. Siendo un hombre justo, quiso romper el compromiso, pero amaba a María y no quería difamarla, por eso decidió “dejarla secretamente”. No actuó precipitadamente: “Pensando él en esto… un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José… no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es” (Mateo 1:19-20).
El texto precisa que, incluso en esta nueva situación, José respetó a María y a la santa persona dentro de ella: “Recibió a su mujer. Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito” (Mateo 1:24-25).
El Señor Jesús no solo fue concebido en el seno de una virgen, sino que nació de una virgen.He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros” (Mateo 1:23).

La Evangelización del mundo, una obligación

El corazón de la evangelización es hablarle a un mundo perdido acerca de la muerte, sepultura y resurrección de Jesús (1 Corintios 15.1-4). El evangelismo es la labor de la iglesia. El hermano George Bailey dijo una vez, a su propia e inimitable manera, “La evangelización nunca será completa hasta que los evangelizados sean los evangelistas.”
La iglesia es la única organización en el mundo en el negocio de hablar a otros acerca de Cristo. Jesús dio su orden de marchar a la iglesia primitiva, cuando nos dijo: id a todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura (Marcos 16.15). Poco antes de ascender para estar con su Padre y solo unos pocos días antes del Pentecostés, Jesús dijo: “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1.8).
Nuestros primeros hermanos y hermanas en Cristo tomaron en serio esas órdenes de marcha, y así debemos hacerlo nosotros también. Ellos glorificaron el nombre de Cristo a través del Imperio romano. Su obsesión fue hablarles a todos acerca de Jesús todos los días (Hechos 2.46-47). Dijeron: “Porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído” (Hechos 4.20). Estaban enfocados en su misión.
¡No es, entonces, extraño que la iglesia primitiva creciera tan rápidamente! Aprendemos de la historia de la iglesia que ellos tenían conversiones diariamente (Hechos 2.47), y en un corto tiempo su número creció grandemente en Jerusalén. Hechos 6:1,7
Los primeros evangelistas fueron acusados de volver “el mundo al revés” (17.6) y sus bocas no podrían detenerse (5.42; 8.4).
Después de que Pablo dejara de matar a los cristianos y empezara a predicar el evangelio de la vida, él entendió que el nuestro es un “ministerio de la reconciliación” (2 Corintios 5. 18-21).
La iglesia está para ayudar a este mundo perdido a encontrar la manera de volver a Dios. Hermanos, hemos sido ganados para ganar a otros. Hemos sido salvados para ayudar a otros a aprender de la gracia salvadora de Dios. El corazón del cristianismo realmente es “un mendigo que ayuda a otro mendigo a encontrar pan.”

A Él sí le importa

Hay sensaciones en la vida que la mayoría de los seres humanos compartimos. Una de ellas es la de estar enamorado, otra es la de sentirse herido y entre muchas más, está también el sentir que hacemos algo que nadie valora.
Muchos son los relatos relacionados con esta sensación hechos por adultos y adolescentes. Todos tienen una raíz común: el querer hacer algo “bueno” que parece ser poco relevante para el resto. Generalmente se oye que nada es suficiente para mantener satisfechos a los padres y que, aunque se esfuercen por “portarse bien”, parece que tampoco es suficiente. 
Ser joven y cristiano, al mismo tiempo, no es una tarea fácil. En una sociedad en donde se promueve el individualismo, el excesivo respeto a la vida personal con tu pareja, en donde se promueve la experimentación sexual como práctica necesaria para tener un matrimonio feliz y un sinfín de “actividades” como éstas, ser jóvenes y mantener los principios que rigen nuestra vida no es simple. Es muy posible que incluso dentro de la misma familia haya momentos en que tampoco sea valorado el ser honesto, el querer servir a Dios con todas las fuerzas de la juventud y reservar el sexo para el matrimonio, ya que no ha sido una práctica que se fomentase desde el hogar; es más, es probable que si existen hermanos, éstos no practiquen estos principios, y los padres ni se “espantan” ni creen que estos hijos sean “malos” o irresponsables, lo que abunda aún más en la sensación de que “ a nadie le importa que sea diferente”, e incluso, el que “a nadie le importaría si no fuese diferente”.

Es por tu gracia y tu perdón que podemos ser llamados instrumentos de tu amor

"Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo". (1 Corintios 15:10)


Hace unos días un amigo pastor me llamaba por teléfono y me felicitaba por los ensayos. En broma y muy alegre conmigo, me preguntaba si aún tenía neuronas y corazón para subir a la "red" algo bello que pudiera seguir siendo de bendición a otros.
por su gracia y su perdonHay un salmista actual que ha tenido una carrera comercial del evangelio muy grande; pero a pesar de esto hay que reconocer que tiene canciones con una profundidad teológica excelente.
No han faltado las críticas a Jesús Adrián Romero, pero la verdad es que debe tener una relación personal extraordinaria con Dios para poder componer estas alabanzas. No se trata de juzgarlo sino de disfrutar lo que a nuestro corazón llega y hace impacto.

Un estribillo de esta canción, dice: 
"Y es por tu gracia y tu perdón que podemos ser llamados instrumentos de tu amor". 

Gracia de Dios: Lo gratuito, por la elegancia y la belleza de Dios, como un favor inmerecido y don concedido por Dios para ayudar al hombre a salvarse y hacerlo santo. Y esto sucede solo por el esfuerzo, la iniciativa y el poder de Dios. ¡Nada aporta el hombre!
La gracia es el sentimiento más profundo dentro de nuestro corazón, del que Dios ha estado enamorado desde las edades eternas de nuestras almas. 
Hemos recibido una señal extraterrestre, un destello divino que parte el corazón y el alma en dos. Y desde el más allá nos envían una santa revelación que nos dice:
Jehová se me manifestó hace ya mucho tiempo, diciendo:
“Con amor eterno te he amado;
por eso, te prolongué mi misericordia. Jeremías 31:3
Los que recibimos esta gracia sabemos que este verso de Jeremías es para nosotros. Y estas palabras nos llegan hasta los huesos y penetran en lo más hondo de nuestras almas.
Ya nada, nada puede cambiar los sentimientos de parte de Dios hacia nosotros. Somos personas selladas por y para Dios, desde la eternidad y para la eternidad.
Ya no serán más nuestros esfuerzos religiosos, obras de piedad o cualquier otro tipo de aparente religiosidad, las que nos garantizan el favor y la compasión del Señor por nosotros, sino su Inmerecida gracia.
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”. (Efesios 2:8-9)