sábado, 29 de julio de 2017

¡Perdonado!

Yo anduve errante como una oveja extraviada;¡busca a tu siervo, porque no me he olvidado de tus mandamientos! (Salmo 119:176).
Cuando regresaba a casa del trabajo, a veces, mi amigo Norm gritaba: «¡Están perdonados!». No era que sus familiares le hubieran hecho daño y necesitaran su perdón. Simplemente, les recordaba que, aunque habían pecado durante el día, la gracia de Dios les garantizaba su perdón.
El apóstol Juan señaló lo siguiente respecto a la gracia: «pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado (inclinación a pecar), nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad» (1 Juan 1:7-9).
La frase «andamos en luz» es una metáfora de seguir a Jesús. Juan insiste en que imitar al Señor con la ayuda del Espíritu, es señal de que nos hemos unido a los apóstoles en la comunión de la fe; de que somos cristianos auténticos. Sin embargo, no debemos engañarnos. A veces, tomaremos malas decisiones. No obstante, recibimos abundante gracia y todo el perdón que necesitemos.
No somos perfectos, ¡pero sí perdonados por Jesús! Esta es la buena noticia para hoy. 
Señor, sé que estoy lejos de ser perfecto. Por eso, te necesito y preciso que me limpies. Sin ti, estoy perdido.
Examina tu corazón diariamente para mantenerte cerca de la sabiduría de Dios.

Mi alma tiene sed de Dios

Necesitamos tener sed por la presencia de Dios. Hay muchas ocasiones en nuestras vidas en que empezamos a ceder, en las que nos empezamos a desanimar, en que la llama de la pasión que ardía en nosotros parece apagarse más y más; ya no oramos con frecuencia, alegamos constantemente como excusa “es que no tengo tiempo”, dejamos relegado el servicio a Dios y nos ocupamos de cosas vanas, olvidando quién es el que nos ha salvado y nos ha guiado por el camino de bendición y de vida.
Resultado de imagen de Mi alma tiene sed de DiosSomos muy dados a juzgar a los israelitas por su ingratitud frente a Dios, pero no nos damos cuenta que no somos tan diferentes a ellos. Se dice que aquél que no conozca la historia está condenado a repetirla; no repitamos la historia de un pueblo que, teniendo la maravillosa oportunidad de tener la palabra de Dios por profetas que pudieron ver la grandeza de Dios, que eran escuchados por Dios cuando necesitaban libertad y salvación, decidieron olvidarse de Él y sufrieron consecuencias nefastas por su decisión.
La gratitud hace referencia a recordar. En el Salmo 42 se ven referencias a esto en los versículos 4 y 6. Es necesario recordar y tener presente en nuestras mentes las obras que Dios ha hecho en nosotros, para alabarlo y tener fortaleza y seguridad en todo momento; el día que lo olvidemos, estaremos renunciando a vivir.
No podemos olvidar todas las cosas maravillosas que hemos visto, que hemos oído, que hemos vivido; no podemos olvidar la magnífica salvación que tenemos ni la esperanza que nos da aliento para levantarnos cada mañana.
No puedes desanimarte, no puedes darte por vencido, no cuando hay algo tan grande adelante. De acuerdo, hay muchas cosas que nos quieren alejar de la verdad: los pensamientos, palabras hirientes de alguna persona, percatarse de que una persona no es quien dice ser, etc. Ten presente que nuestra lucha no es contra personas sino contra entes espirituales que buscan desanimarnos y apagar el fuego que hay en nosotros.
En el Antiguo Testamento se explica que era una orden de Dios que la lámpara del Templo no se podía apagar y que tenía que ser avivada por el sacerdote constantemente. Nosotros somos el templo de Dios y no podemos dejar que la lámpara del Espíritu Santo se apague. En Apocalipsis Jesús le dice a una de las iglesias “He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.” Apocalipsis 3:11. Retengamos la fe, retengamos el primer amor, retengamos la esperanza a la cual fuimos llamados, que NADIE robe nuestra corona.

De lo profundo de las aguas

Envió desde lo alto y me tomó; me sacó de las caudalosas aguas. 2 Samuel 17
Examiné el agua con atención en busca de señales de alarma. Durante mis turnos como salvavidas, observaba junto a la piscina para garantizar la seguridad de los que nadaban. Abandonar mi puesto o no prestar atención podía tener consecuencias graves para los que estaban en el agua. Si un nadador se encontraba en peligro de ahogarse debido a una herida o impericia, mi responsabilidad era sacarlo del agua y ponerlo a salvo en el borde de la piscina.
Después de experimentar la ayuda de Dios en su batalla contra los filisteos (2 Samuel 21:15-22), David compara su rescate con haber sido sacado «de las muchas aguas» (22:17). Las vidas de David y sus hombres estaban en peligro a causa de sus enemigos, pero Dios mantuvo a flote a David cuando este se ahogaba en el desastre. Mientras que a los salvavidas les pagan para garantizar la seguridad de los nadadores, Dios salvó a David porque se deleitaba en él (v. 20). Mi corazón salta de gozo al entender que Dios no me cuida y me protege porque esté obligado a hacerlo, sino porque quiere.
Cuando los problemas de la vida parecen superarnos, podemos descansar al saber que Dios, nuestro Salvavidas, ve lo que nos sucede y, porque se deleita en nosotros, nos cuida y nos protege.
Gracias, Señor, por ver mis luchas y estar siempre listo para salvarme.
Dios se deleita en salvar a sus hijos.

miércoles, 26 de julio de 2017

¿Qué dice la Biblia acerca de los demonios?

Resultado de imagen de ¿Qué dice la Biblia acerca de los demonios?Los demonios son ángeles caídos, como indica Apocalipsis 12:9: "Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él." La caída de Satanás del cielo es descrita simbólicamente en Isaías 14:12-14 y Ezequiel 28:12–15. Cuando él cayó, Satanás tomó algunos de los ángeles con él — un tercio de ellos, según Apocalipsis 12:4. Judas 6 menciona también a los ángeles que pecaron. Entonces, bíblicamente, los demonios son ángeles caídos que, junto con Satanás, escogieron rebelarse contra Dios.
Algunos de los demonios ya están encerrados por su pecado "bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día" (Judas 1:6). Otros están libres para vagar y se denominan "los gobernadores de las tinieblas de este siglo…huestes espirituales de maldad en las regiones celestes", en Efesios 6:12 (Colosenses 2:15). Los demonios aún siguen a Satanás como su líder y batallan con los ángeles santos, en un intento para frustrar el plan de Dios e impedir al pueblo de Dios (Daniel 10:13).

Los demonios, como seres espirituales, tienen la capacidad de tomar posesión de un cuerpo físico. La posesión demoníaca se produce cuando el cuerpo de una persona es totalmente controlado por un demonio. Esto no le puede pasar a un hijo de Dios, puesto que el Espíritu Santo reside en el corazón del creyente en Jesucristo (1ª Juan 4:4).

Lo que traemos del viaje

Joven fui y he envejecido, y no he visto justo desamparado ni su descendencia que mendigue pan. Salmo 37; 25
John F. Burns pasó 40 años cubriendo acontecimientos mundiales para el New York Times. En un artículo que escribió después de jubilarse, recordó las palabras de un amigo periodista que estaba muriendo de cáncer: «Nunca olvides que no se trata de cuán lejos viajaste, sino de lo que trajiste a tu regreso».
El Salmo 37 podría considerarse una lista de David de lo que «trajo» de su viaje por la vida, de pastor a soldado, y luego a rey. El salmo es una serie de contrastes entre los malos y los justos, y reconoce a los que confían en el Señor.

«No te impacientes a causa de los malignos ni tengas envidia de los que hacen iniquidad, porque como hierba serán pronto cortados, y como la hierba verde se secarán» (versos 1-2).
«Por el Señor son ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su camino. Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, porque el Señor sostiene su mano» (versos 23-24).
«Joven fui y he envejecido, y no he visto justo desamparado ni su descendencia que mendigue pan» (verso 25).

De nuestra experiencia en la vida, ¿qué nos ha enseñado Dios? ¿Cómo hemos experimentado su fidelidad y amor? ¿De qué maneras el amor del Señor ha formado nuestras vidas?
Lo importante no es lo lejos que llegamos, sino lo que traemos de nuestro viaje. 
Señor, gracias por caminar conmigo por la vida.
A medida que los años se suman, la fidelidad de Dios se multiplica.

La Salud del Alma

Isaías 1:2-6  Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí. El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento. ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás. ¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana,  sino herida,  hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas ni suavizadas con aceite.
Aquí hay una comparación tomada de un cuerpo doliente y enfermo. La enfermedad amenaza ser mortal. Desde la planta de los pies a la cabeza; desde el campesino más bajo al mayor de los nobles, no hay salud, ni buen principio, ni religión, porque esta es la salud del alma. Nada sino culpa y corrupción; los tristes efectos de la caída de Adán. Este pasaje declara la depravación total de la naturaleza humana. Mientras el pecado persista sin arrepentimiento, nada se hace para sanar tales heridas y evitar sus efectos fatales.
alma, salud, dios, cristo
Jerusalén estaba expuesta y desprotegida, como las chozas o refugios edificados para guardar fruta madura. Esto aun se ve en el Oriente, donde la fruta constituye gran parte de la comida estival de la gente.
Pero el Señor tenía un pequeño remanente de siervos piadosos en Jerusalén. Por la misericordia de Jehová nosotros no somos consumidos. La naturaleza mala está en cada uno de nosotros; solo Jesús y su Espíritu santificador pueden restaurarnos a la salud espiritual.
Qué tristeza. Jehová está diciendo por medio de su gran profeta Isaías (alrededor del 700 al 690 a.C.), que su pueblo ha pecado, dice: “Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento”; dice que mejor los animales entienden, y pone como ejemplo al buey y al asno. Qué tristeza para Dios, después de haber “criado hijos y engrandecerlos se rebelaron contra su Criador”
Este pasaje es muy importante de analizarlo, porque todos estamos en igual condición en nuestro tiempo. Todos nos hemos desviado, todos estamos enfermos, todos buscamos continuamente el mal, y no hay nada bueno en nosotros, “sino herida, hinchazón y podrida llaga”.

domingo, 23 de julio de 2017

¿Qué ocurre cuando recibimos a Cristo o nos hacemos Cristianos?

 Es frecuente que el cristiano pase por tiempos dificultosos, pero confiando en la Palabra de Dios para su dirección llega a su destino seguro.
insensato, bosquejo La experiencia de ciertos pescadores ilustra esta verdad. Se habían alejado unas cinco millas de la costa en un pequeño bote en busca de su lugar preferido para pescar. Pasaron el día bien y no tuvieron ningún problema hasta última hora de la tarde, cuando, de repente, se formó una densa niebla. Cuando se dieron cuenta de lo que ocurría y pusieron en marcha el motor para regresar, ya estaban inmersos en la niebla y la visibilidad era apenas de unos pocos metros. Con los corazones encogidos trataban de ver dónde se encontraría la costa. En ese momento, uno de ellos recordó que tenía una brújula en el bolsillo, y aunque la diminuta aguja contradecía su propio sentido de la orientación, acordaron seguirla. Estos hombres confesaron más tarde que se habían dicho unos a otros, gritando, para ahogar el ruido del motor: “Yo no creo que la brújula funcione. Seguramente estamos yendo en otra dirección”. Sin embargo, permitieron que la aguja les guiara. Después de un tiempo que les pareció enormemente largo, divisaron, por fin, la silueta de la tierra firme. Con precisión exacta habían salido de la niebla y se hallaban solo a unos metros de donde habían partido.
Gálatas 3:1-5  “¡Oh gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado? Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? ¿Tantas cosas habéis padecido en vano? Si es que realmente fue en vano. Aquel, pues, que os suministra el Espíritu y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?”

¿Por qué los gálatas habían dudado, quién los había fascinado y quién nos fascina a nosotros?

Texto: 1 “¡Oh gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado?” 
Pablo usa el término insensatos; significa que no tiene sus sentidos en orden, pero la palabra quizá que más se apega al griego seria gálatas "tontos", y sigue diciendo quién los fascinó; en otra versión dice: quién los ha embrujado, quien los ha embrutecido para desobedecer alejándose o dudando del Cristo que Pablo les había presentado, crucificado, y que ellos ya habían aceptado. Ustedes ya habían comprendido lo que significaba la muerte de Cristo en la cruz, tal como yo se los había dibujado de la imagen de Cristo muriendo en la cruz.
Pablo los confronta para hacer recapacitar a los que se alejan de Cristo. 
Respuestas:
A)   Los gálatas dudaban por los judaizantes, los que les hablaban de la circuncisión.
B)  No es que hubiesen sido fascinados. Pablo usa una palabra retórica para dar a entender que se habían entusiasmado con otras cosas.
C)  A nosotros nos fascina, o mejor dicho nos atrae o nos aparta el pecado, el dinero, la carne, la comodidad de la casa, un partido de fútbol, en fin, muchas cosas.

El Bautismo

El bautismo es una de las dos ordenanzas que Jesús dio para su Iglesia. La Cena del Señor es la otra.
bautismo, bosquejo, jesus, espiritu santo

1.           LA OBLIGACIÓN.

A.         El bautismo es un acto de obediencia, y todos los creyentes deben someterse con alegría a esta ordenanza. Deben seguir el ejemplo del propio Jesucristo. Fue Él quien dio esta orden a su Iglesia en Mateo 28:18-20.
B.           Jesús fue bautizado al iniciar su ministerio público, dando un ejemplo para todos los cristianos (Mateo 3:13-17). Verso 15 “Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia.”
C.           El bautismo es una manera de asociarse con Jesús y su iglesia. Jesús dio apoyo al ministerio de Juan Bautista asociándose a él con su bautismo. El bautismo es una manera de confesar a Jesús públicamente (Mateo 10:32-33). Pablo confesó su fe sometiéndose al bautismo (Hechos 9:17-18). Lidia también (Hechos 16:13-15) y muchas otras personas en la Biblia.

2.           EL SIGNIFICADO.

A.          El bautismo en agua es la señal externa de la transformación interior del corazón. Es la confesión de nuestra salvación y fe en el Señor Jesucristo, como nuestro único y suficiente Salvador. (Hechos 2:38-41,  8:35-39).
B.        El bautismo es una muestra, un dibujo de la vieja naturaleza del hombre y el nuevo nacimiento espiritual. Cristo murió y resucitó, venciendo a la muerte. Cuando aceptamos a Jesús como nuestro Salvador, sepultamos el viejo hombre con sus malos hábitos y vicios. Con la fe debemos mostrar al mundo, por el bautismo, nuestro deseo de seguir a Jesús, ser transformados y andar en una vida nueva  (Romanos 6:1-8,  Gálatas 2:20).

3.           LA MANERA.

A.          La única manera conocida en la Biblia es la manera como Jesús fue bautizado, por la inmersión en agua (Mateo 3:13-17). Jesús entró en la agua del río Jordán y fue bautizado, y después salió del agua.
B.           El ejemplo de Felipe y el eunuco – Hechos 8:26-40
Después de conocer el Evangelio y ser salvo, el eunuco deseaba ser bautizado (Versos 26-27). Los dos descendieron del carro y entraron en el agua, y Felipe bautizó al eunuco.  Después los dos salieron del agua.
C.    El único bautismo conocido en la Biblia es el bautismo con arrepentimiento del pecado (Hechos 2:38) por la inmersión en agua. El bautismo de bebés o rociamiento de agua en la cabeza es desconocido en la Biblia.
Señor Jesús yo te recibo hoy como mi único y suficiente Salvador personal; creo que eres Dios, que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día  Me arrepiento, soy pecador. Perdóname Señor. Gracias doy al Padre por enviar al Hijo a morir en mi lugar. Gracias Jesús por salvar mi alma hoy. En Cristo Jesús mi Salvador, amén.
 

Detalles íntimos

Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos. Salmo 139.2
El universo es increíblemente grandioso. La luna gira a nuestro alrededor a casi 3.700 kilómetros por hora. La Tierra gira alrededor del sol a 106.000 kilómetros por hora. El sol es una de las 200.000 millones de estrellas y billones de planetas que hay en nuestra galaxia, la cual es apenas una de entre 100.000 millones en el espacio. ¡Asombroso!
En comparación, nuestra pequeña Tierra es apenas una piedrecita; y nuestra vida, un grano de arena. Sin embargo, según la Escritura, el Dios de las galaxias está pendiente de cada uno de nosotros, por microscópicos que seamos. Nos vio antes de que existiéramos (Salmo 139:13-16); nos observa y escucha lo que pensamos (versos 1-6).
A veces, esto puede ser difícil de creer. Esta «piedrecita» tiene grandes problemas, como la guerra y el hambre, y podemos dudar del cuidado de Dios cuando sufrimos. Pero cuando el rey David escribió el Salmo 139, estaba en medio de una crisis (versos 19-20). Y cuando Jesús dijo que Dios cuenta nuestros cabellos (Mateo 10:30), se vivía una época de crucifixiones. Las palabras de la Biblia sobre el cuidado amoroso de Dios son verdades prácticas, no deseos de ingenuos.
Aquel que mantiene las galaxias girando nos conoce íntimamente. Eso puede ayudarnos a superar los peores momentos.

Padre, gracias por tu amor, tu cuidado y tu atención.
El Dios del cosmos se interesa íntimamente por nosotros.

viernes, 21 de julio de 2017

¿Cómo distribuye Dios los dones espirituales? ¿Me dará Dios el don espiritual que le pida?

Resultado de imagen de ¿Cómo distribuye Dios los dones espirituales? ¿Me dará Dios el don espiritual que le pida? Romanos 12:3-8 y 1 Corintios 12, exponen muy claramente que a cada cristiano le son otorgados dones espirituales de acuerdo a la elección del Señor. Los dones espirituales son impartidos con el propósito de edificar al cuerpo de Cristo (1 Corintios 12:714:12). Aunque no se menciona específicamente el momento exacto en que estos dones son asignados, la mayoría asume que los dones espirituales son recibidos en el momento del nacimiento espiritual (el momento de la salvación). Sin embargo, hay algunos versos que indican, que a veces Dios también otorga los dones espirituales posteriormente. 1 Timoteo 4:14 y 2 Timoteo 1:6 hacen referencia ambos a un “don” que había recibido Timoteo al momento de su ordenación “mediante profecía.” Esto parece indicar que durante la ordenación de Timoteo, uno de los ancianos habló, bajo la influencia de Dios, de un don espiritual que Timoteo recibiría como un instrumento para su futuro ministerio.

También se nos dice en 1 Corintios 12:28-31 y en 1 Corintios 14:12-14 que es Dios (no nosotros) quien elige esos dones. Estos pasajes también indican que no todos tendrán un don en particular. Pablo les dice a los creyentes corintios, que si ellos van a codiciar o anhelar los dones espirituales, deben dejar de lado su fascinación por los dones “espectaculares” o “llamativos”, y en su lugar procurar los dones más edificantes, tales como el de profecía (hablar la Palabra de Dios para la edificación de otros). Ahora bien, ¿por qué Pablo les habría de decir que se esforzaran por desear los dones “mejores,” si ya se les había dado todo lo que recibirían, y no habría más oportunidad para ganar estos dones “mejores”? Se puede deducir, que así como Salomón pidió sabiduría a Dios para poder gobernar sobre Su pueblo, así Dios nos otorgará aquellos dones que necesitemos para ser de beneficio a Su iglesia. 

Habiendo dicho esto, queda claro que estos dones son distribuidos de acuerdo a la elección de Dios, no a la nuestra. Si cada corintio deseara grandemente un don en particular, como el de profecía, Dios no les daría a todos ese don solo porque lo anhelaran fervientemente. ¿Por qué? Porque ¿dónde estarían aquellos que son necesarios para servir en todas las otras funciones del cuerpo de Cristo? 

Hay una cosa que está totalmente clara: el mandato de Dios conlleva la capacitación de Dios. Si Dios nos ordena hacer algo (cosas como testificar, amar a los no amados, discipular a las naciones, etc.), Él nos equipará para hacerlo. Algunos pueden no estar tan “dotados” para evangelizar como otros, pero Dios ordena a todos los cristianos que testifiquen y discipulen (Mateo 28:18-20Hechos 1:8). Todos estamos llamados a evangelizar, ya sea que tengamos o no el don espiritual de evangelismo. Un determinado cristiano que se esfuerza por aprender la Palabra y desarrollar sus habilidades de enseñanza, será un mejor maestro que uno que pueda tener el don espiritual de enseñanza pero que lo haya descuidado. 

¿Dios es tan bueno?

“Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, y su fidelidad por todas las generaciones.” (Salmo 100:5)
Hace mucho tiempo, en un reino distante vivía un rey que no creía en la bondad de Dios. Tenía, sin embargo, un súbdito que siempre le recordaba esa verdad, y en todas las situaciones decía:
roboam, Dios es bueno, bueno-¡Rey mío, no se desanime, porque todo lo que Dios hace es perfecto, Él nunca se equivoca!
Un día el rey salió a cazar con su súbdito, y una fiera de la jungla lo atacó. El súbdito consiguió matar al animal, pero no pudo evitar que su majestad perdiese el dedo meñique de la mano derecha. El rey, furioso por lo que había ocurrido y sin mostrar agradecimiento por los esfuerzos de su siervo por salvarle la vida, le preguntó:
-Y ahora, ¿qué me dices? ¿Dios es bueno? Si no hubiera sido atacado no hubiera perdido mi dedo.
El siervo respondió:
-Rey mío, a pesar de todo, solamente puedo decirle que Dios es bueno y que quizá perder un dedo sea para su bien; todo lo que Dios hace es perfecto, Él nunca se equivoca.
El rey, indignado con la respuesta del súbdito, mandó que fuese preso en la celda más oscura y más fétida del calabozo.
Después de algún tiempo, el rey salió nuevamente a cazar, y fue atacado esta vez por una tribu de indios que vivían en la selva. Estos indios eran temidos por todos, pues se sabía que hacían sacrificios humanos para sus dioses.
Inmediatamente después que capturaron al rey, comenzaron a preparar llenos de júbilo el ritual del sacrificio. Cuando ya tenían todo listo, y el rey estaba delante del altar, el sacerdote indígena, al examinar a la víctima, observó furioso:
¡Este hombre no puede ser sacrificado porque es defectuoso! Le falta un dedo. El rey, pues, fue liberado.
Al volver al palacio, muy alegre y aliviado, liberó a su súbdito y pidió que fuera a su presencia.
Al ver a su siervo, lo abrazó afectuosamente diciendo: Dios fue realmente bueno conmigo. Tú debes haberte enterado que escapé precisamente porque no tenía uno de mis dedos. Ahora tengo una gran deuda en mi corazón. Pero me queda una duda: si Dios es tan bueno, ¿por qué permitió que estuvieras preso, tú que tanto lo defendiste?
El siervo sonrió y dijo:
-Rey mío, si yo hubiera estado junto a usted en esa caza, seguramente habría sido sacrificado en su lugar, ya que no me falta ningún dedo. Por lo tanto, acuérdese siempre, que todo lo que Dios hace es perfecto, Él nunca se equivoca.
Gustad, y ved que es bueno Jehová; Dichoso el hombre que confía en él. (Salmo 34:8)
Dios te cuidará siempre.

Los que esperan a Jehová

Isaías 40:31 pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
"Levantarán las alas". Más bien: “Echarán nuevo plumaje como águilas”; lo mismo que "se renovarán a sí mismos". La cláusula paralela “tendrán nuevas fuerzas” confirma este sentido. Se creía que el águila cambiaba su plumaje en la vejez, y con ello renovaba su fuerza. Sin embargo, la “Versión Reina-Valera está respaldada por gradación descendente: levantarán, correrán, caminarán. El hijo de Dios que en todas las situaciones ora y espera “es fuerte en el Señor”.
Isaías describe el poder de Dios para crear, su provisión y su presencia para ayudar. Dios es omnipotente y todopoderoso, pero aun así, cuida de cada uno de nosotros de forma personal. Ninguna persona ni cosa puede compararse a Dios (Isaías 40.25). Definimos a Dios lo mejor que podemos con nuestro conocimiento y lenguaje escasos, pero solo limitamos nuestro entendimiento de Él y su poder cuando lo comparamos con lo que experimentamos en la tierra. ¿Cuál es su concepto de Dios, y sobre todo, cómo se reveló en su Hijo, Jesucristo? No limite la obra de Dios en su vida al subestimarlo.
Aun la gente más fuerte tiene momentos en que se cansa, pero el poder y la fuerza de Dios nunca disminuyen. Nunca está demasiado cansado ni ocupado para ayudarnos o escucharnos. Su fuerza es nuestra fuente de fortaleza. Cuando sienta que todo en la vida lo aplasta y no pueda dar un paso más, recuerde que puede clamar a Dios para que renueve su fuerza.
Esperar en Jehová es saber que su fuerza prometida nos ayuda a levantarnos por encima de las confusiones y dificultades de la vida. Significa también confiar en Dios. Esto nos ayuda a estar preparados para cuando Él nos hable. Entonces seremos pacientes cuando nos pida que esperemos el cumplimiento de las promesas que se encuentran en su Palabra.
Esperar consume, esperar irrita, esperar desgasta, esperar desespera, esperar angustia nuestra vida. Pero, esperando es la manera en que Dios nos dará sus promesas. Personalmente, en esa etapa de mi vida esperé nuevas fuerzas; en esos momentos me sentía frágil, y parecía que la fortaleza que Dios había prometido no llegaría a mi vida. En esos momentos, que eran además, el comienzo del ministerio en otro país como misionero y becario, mi fortaleza había sido mermada. Aquello que me impulsaba ya no lo tenía conmigo. Pero fue en ese momento cuando encontré mi verdadera fortaleza pues no sabía que era capaz. Decidí esperar en Él de manera activa.

miércoles, 19 de julio de 2017

Una Oración Efectiva

Nuestro Señor Jesucristo nos enseñó el modelo de oración para que nosotros lo pudiéramos hacer de una manera efectiva. Él no quería que estuviéramos haciendo vanas repeticiones, como hacían los fariseos. Tampoco quería que fuéramos ostentosos a la hora de hacerlo. Quería que tuviéramos una comunicación con el Padre, así como Él la había tenido. Él nos dio su ejemplo. De forma que ahora veremos cómo orar, y las partes de que está compuesta la oración.
Mateo 6:8  “No os hagáis, pues, semejantes a ellos, porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.”
 El Padre Nuestro Mateo 6:9-13 
oracion, pasos, biblia, adoracion
Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. No nos metas en tentación, sino líbranos del mal, porque tuyo es el reino, el poder y la gloria, por todos los siglos. Amén.
No puede haber mejor ilustración que la que nos dio nuestro Señor Jesucristo.

Punto 1 ¿Qué debe tener una oración?

Mateo 6:9-13. La oración debe de tener 3 elementos claves que nos enseña el mismo Señor Jesús.
1º Debe tener Adoración:
Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre… porque tuyo es el reino, el poder y la gloria, por todos los siglos. Amén.”
Como vemos, el Señor Jesús le está dando el poder, la gloria, el honor y la honra al Padre celestial. Pues lo mismo tenemos que hacer nosotros, ya que Dios es el Todopoderoso, el Eterno, Elohin, El Shadai, Jehová Rafá, etc. Tenemos que adorarlo en espíritu y en verdad. Lo vemos en Juan 4:24 “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que lo adoren”.
2º Confesión:
Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores”
Como vemos en esta parte estamos confesando que somos pecadores, y que estamos dispuestos a perdonar también a los que nos han ofendido, para que el Señor pueda ver nuestra oración con olor fragante y pueda escuchar nuestras peticiones.
3º Petición:
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”
Dios sabe de qué cosas tenemos necesidad, no es necesario pedirle mucho. Él no nos concederá lo que no nos conviene; pero como ya sabe lo que necesitamos, eso nos dará.

4ª Acción de Gracias: dando gracias en cualquier circunstancia. 1 Tesalonicenses 5:18

Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.

¿Serviría más el celibato?

El diccionario de la Real Academia Española llama continencia a la facultad que le permite al hombre moderar y refrenar las pasiones y afectos del ánimo, y que hace que viva con sobriedad y templanza.
Consiste en poder (y saber) abstenerse de los deleites carnales, sean estos impropios como glotonería, alcoholismo, fornicación, adulterio, etc. o propios de las relaciones sexuales entre esposos, por solo poner un ejemplo.
Resultado de imagen de ¿Serviría más el celibato?La incontinencia, como es de suponer, es todo lo contrario y está presente en la inmensa mayoría de los seres humanos, haciéndoles infelices en ese particular aunque se ignore o se quiera ignorar, y es precisamente esto último lo que más conspira contra el hombre en su concupiscencia.
La fe, combinada con el deseo de agradar a Dios, es un buen camino para apartarse de lo incorrecto e inmoral; pero cuando se trata de apartarse de algo, que aunque esté bien, se quiere dejar de hacer por alguna razón especial o por entrega y servicio a Dios, entonces se requiere de mucha fe y convicción.
En estos días, la iglesia católica ha sido objeto de múltiples comentarios, al conocerse las acciones deplorables de algunas autoridades de esta religión en diversos países. Sacerdotes católicos involucrados en relaciones sexuales -heterosexuales y homosexuales-, algunas catalogadas como violaciones.
Aunque es bien cierto que las acciones de un individuo o de un grupo de individuos, a su arbitrio y rompiendo con la disciplina y estatutos de una institución o religión, no deben ser tomadas y esgrimidas para atacar arremetiendo contra ellas, la posición correcta sería tratar de ser todo lo justo posible en los comentarios, sin dejar de reprender el nefasto acto. Por lo tanto, la iglesia católica no se la debe hacer responsable de tales barbaridades, ya que a fin de cuentas, estos individuos hubieran hecho lo mismo en cualquier lugar en que se encontrasen.
Ahora bien, lejos de criticar a la iglesia del Vaticano, tratemos sobre el celibato. Como decíamos al principio, la voluntad de abstenerse de las relaciones sexuales normales, que no constituyen un adulterio, debe ser resultado de una firme convicción o entrega total a Dios. En este caso el celibato funciona dando fortaleza y tiempo a la persona entregada a este estado de vida.

¿Cómo Escuchar la voz de Dios?

La palabra de Dios llega de modos muy variados hasta el hombre: en la Creación o la Revelación, en los acontecimientos de la historia o en la voz de la conciencia.
escuchar, Dios, voz, oracion, estudio biblicoNo pensemos que la voz de Dios es un sonido misterioso, como si se oyera en una película de espanto, no es un murmullo extraño que pueda darse en una casa abandonada o en un túnel oscuro. Es la voz del Padre que de múltiples maneras nos llama a la conversión, a la madurez y al compromiso.
Y a veces para escuchar esa voz, hay que sumergirse en el silencio teniendo atentos los sentidos del alma, a se­mejanza de los indígenas que pegan su oído al suelo para conocer si alguien se acerca. A veces habrá que orar y su­plicar a Dios, pidiéndole una palabra, diciéndole como Samuel, cuando era niño:
“Habla, Señor, que tu siervo escucha” (1 Samuel 3:10).
En otras ocasiones habrá que mirar a Cristo, en nuestras pruebas y en nuestras alegrías, y descubrir su amor aún en los momentos más difíciles, como el ladrón casi agonizante que comprendió todo al mirar los ojos de Jesús. En otras ocasiones habrá que prestar atención a quien nos habla del Señor, y decirle como Cornelio a Pedro: “estamos aquí, en la presencia de Dios, para oír todo lo que el Señor te ha mandado” (Hechos 10:33). O quizá sea necesario abrir la Biblia y leer atentamente lo que en ella dice; o sencillamente analizar, a la luz de la fe, los acontecimientos del mundo o las circunstancias de nuestra vida. Escuchar la Palabra de Dios es captarla más con el corazón y con el espíritu que con los oídos del cuerpo, más con la intuición y con el amor, que con la frialdad de un discurrir racional.
Acoger así la Palabra del Señor ha de volverse una fuente de alegría para los creyentes, por algo el evangelio nos recuerda las palabras de Jesús, que son una verdadera bienaventuranza:
Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan. Lucas 11:28