domingo, 11 de junio de 2017

Tiempo libre

En el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española encontramos las siguientes definiciones de la palabra tiempo: Dícese de la duración de las cosas sujetas a variación, o dícese también de la magnitud física que permite ordenar la secuencia de los sucesos estableciendo un pasado, un presente y un futuro.
En la teología cristina encontramos el vocablo Kairós, término griego que significa momento adecuado u oportuno. Lo que es conocido como Tiempo de Dios. Es muy bueno contar con tiempo libre y cada uno lo emplea a su conveniencia, necesidad y voluntad en distintas áreas, como deporte, lectura, baile, conversación, descanso, paseos, mascotas...
Imagen relacionadaPero nosotros ya no debemos andar demasiado en las cosas del mundo, sino que, debemos andar en las cosas de nuestro Padre. Por ello Proverbios 12:11 dice: El que labra su tierra se saciará de pan; mas el que sigue a los vagabundos es falto de entendimiento.
Hacer las cosas cotidianas de forma diligente nos proveerá pan en nuestras mesas, y realizarlas además con eficacia, genera un tiempo libre para nuestro esparcimiento, y sobre todo y muy fundamentalmente, para nuestra edificación en Cristo Jesús. Por el contrario, rodearse de vagabundos es andar en vanidad, tonterías. Esto solo provocaría hambre en nuestra mesa y un exceso de tiempo en desocupación, lo que no sería saludable para nuestro cuerpo ni para nuestra alma.
Lucas 21:33-36 – El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.
Todo lo que vemos está sujeto a cambio, y un día las cosas pasarán pero la palabra de Dios prevalecerá. Es importante estar velando constantemente cada uno por sí mismo. Nuestra salvación depende de dos fundamentos, uno de ellos inamovible, y es la gracia y misericordia de nuestro Señor.
El otro es personal y está sujeto a variación; es nuestra Fe, que es fortalecida y sustentada por el Padre, aunque siempre nuestro Señor nos permite tomar decisiones al respecto. Y es de ahí de donde salen las flaquezas, las indecisiones y el pecado; todo ello nace de nuestro corazón contaminado de pecado, pero con la confortación que nos brinda Jehová seremos salvos y nos determinaremos por la verdad, la fortaleza y la fe.
Velad hermanos porque la hora y el día se acercan. ¿Quien podrá escapar de ese lazo que vendrá sobre la tierra?, ¿en dónde podremos escondernos del rostro de Jesucristo?
Cuando pasen el cielo y la tierra todos seremos expuestos al juicio en el Trono Blanco, con la Fe todavía fuerte en nuestros corazones de que nuestro nombre se halle en el libro de la vida; en ese momento nuestra Fe nos sustentará en nuestro Señor.
Pero si velamos por estas cosas desde aquí, si estamos en constante oración al Padre, si guardamos nuestra alma de las cosas del mundo, tendremos el gran galardón, el gran premio en vida que consiste en ser tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas y estar de pie delante del Hijo del hombre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario