lunes, 19 de junio de 2017

Período vacacional

Pero tú eres el mismo, y tus años no se acabarán. Salmo 102:27
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Mateo 24:35

Él sí, mas nosotros precisamos unos días de descanso.
Por este motivo, este blog permanecerá 30 días en período vacacional. Rogamos disculpen las molestias.

viernes, 16 de junio de 2017

¿Qué dura para siempre?

Pero tú eres el mismo, y tus años no se acabarán. Salmo 102:27
Mi amiga, que había tenido muchas dificultades, escribió: «En los últimos semestres de la vida estudiantil, muchas cosas han cambiado… es aterrador. Nada permanece para siempre».
Inline image 1Por cierto, mucho puede suceder en solo dos años: un cambio de carrera, nuevas amistades, enfermedades, muertes... Para bien o para mal, ¡una experiencia transformadora puede estar a punto de lanzarse en tu camino! Entonces, qué gran consuelo es saber que nuestro amoroso Padre celestial no cambia.
El salmista declara: «Pero tú eres el mismo, y tus años no se acabarán» (Salmo 102:27). La repercusión de esta verdad es inmensa: Dios es amoroso, justo y sabio para siempre. Como afirma Arthur W. Pink: «Cualquiera que fueran los atributos de Dios antes de crear el universo con su Palabra, son exactamente los mismos ahora, y permanecerán inmutables para siempre».
En el Nuevo Testamento, Santiago escribe: «Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación» (1:17). En nuestro mundo cambiante, podemos saber que nuestro buen Dios siempre será coherente con su carácter.
Quizá parezca que nada dura para siempre, pero Dios sigue siendo bueno con su pueblo.
Señor, gracias porque eres el único que nunca cambia, y eres bueno con nosotros.
Aquel que sustenta el universo no te dejará.

¿Quiénes son los dos testigos de Apocalipsis 11?

Apocalipsis 11:1,14

Y te daré a mis dos testigos, y ellos profetizarán por mil doscientos y sesenta días, vestidos de cilicio (Versículo 3).
Estos dos testigos son los profetas de Dios, llenos del espíritu santo (Efesios 5:18), que serán enviados en la gran tribulación para proclamar el mensaje del arrepentimiento a los moradores de la tierra. Ellos vendrán a alertar a los pueblos sobre los juicios que se aproximan a causa del pecado.
10482127_817890318244806_5715523017059911869_nHa habido muchos debates sobre la identidad de los dos testigos. Muchos dicen que creen que estos dos testigos serán 2 de estos 3 hombres: Moisés, Elías y Enoc.
Primeramente, Elías no murió, fue llevado al cielo en un torbellino y un carro de fuego (ver 2 Reyes 2:9-11). Del mismo modo, Enoc fue llevado al cielo sin experimentar la muerte (ver Génesis 5:24 y Hebreos 11:05). Él también profetizó la venida del día del juicio de Dios y el regreso de Cristo con su Iglesia (ver Judas 14, 15). Elías y Enoc no tuvieron una muerte natural, sino que fueron arrebatados por Dios. Por esta razón muchos creen que los dos testigos sean Elías y Enoc.
Parece que Elías es un candidato seguro. Por otra parte, puede que Moisés será el otro testigo porque se apareció con Elías en el Monte de la Transfiguración (Mateo 17:1-8). Ésta podría representar un anticipo de la gloria que ha de venir en el día del Señor Jesucristo. También hay que tener en cuenta que el cuerpo de Moisés fue preservado por Dios. Judas 9. 
Estos testigos, vestidos de cilicio, proclamadores del mensaje del juicio, serán odiados. Terroristas de los Últimos Días intentarán destruirlos. Sin embargo, Dios lo prohíbe y ofrece protección soberana.

Las 7 Pruebas de Job: Una pérdida inesperada

“Lo que más temía, me sobrevino; lo que más me asustaba, me sucedió”
(Job 3:25 NVI)
Mi familia entera casi desaparece en este accidente, era la expresión agobiante de un alma golpeada por la desgracia. Sus padres, su tía y su abuela, se habían estrellado en la carretera; su abuela, mujer virtuosa y llena de alegría, se despidió de él la noche anterior con su sonrisa cargada de luz; es el recuerdo que se esfuerza por conservar, su dulce figura diciendo adiós en la distancia.
Solemos creer que tenemos todo seguro en la vida, que somos lo suficientemente buenos como para no sufrir, pero hasta el hombre más recto e intachable tiene que ser probado para poder evolucionar como persona. Dios da abuelos, padres, hermanos, hijos, nietos, amigos etc, no para que formen parte de un árbol genealógico, sino para hacer de ti alguien dispuesto a servir y dar lo mejor de sí por el bienestar del otro.
Temí que el día en que “mami Chelita” partiera, no pudiera ser de bendición para mi esposo; las veces que habíamos conversado acerca de ese asunto, su enfado salía a relucir, negándose a sí mismo la condición humana de nacer para morir en Cristo a la que todos estamos destinados. Es en ese preciso instante en el que recibes la trágica noticia, en la que el tiempo parece ir en cámara lenta, en un ambiente hostil en donde la bruma amenaza con dominarnos y cubrir el poco entendimiento que nos queda, en una inmensa tristeza e impotencia, cuando tomamos decisiones; caemos, o nos levantamos y avanzamos, para finalmente dar un parte de victoria.
Podemos culpar a Dios, gritar de desesperación, apretarnos el pecho para poder contener el dolor que agita nuestra existencia, al saber que lo que más amamos y que nos fue concedido por la gracia y amor del Todopoderoso puede que ya no esté… Si aún tienes la oportunidad de disfrutar de los tuyos, es hora de entender que la paz, el sosiego y el reposo en el hogar se hallan cuando estás dispuesto a soltar tu orgullo y egoísmo, dejando de pensar en ti, para hacer felices a quienes te rodean.
Los tiempos de agitación son constantes cuando de manera egoísta quieres cumplir tus metas y ser la persona que quieres ser, sin darle cabida a la mano del Señor en tu carácter y forma de ver la vida; pero cuando te rindes y abandonas esa actitud, logras que el poder sobrenatural de Dios haga en medio de la más dura tragedia, que las relaciones perdidas renazcan de las cenizas como el ave Fénix, y sean restauradas y restablecidas en el orden divino para el cual fueron creadas.

jueves, 15 de junio de 2017

Inocente treinta años después

“Él ha sido asesino desde el principio y siempre ha odiado la verdad, porque en él no hay verdad” (Juan 8:44 NTV),
El 12 de junio de 2012, la jueza dictaminaba que un dingo (perro salvaje, subespecie de lobo y autóctono de Australia) había causado la muerte de Azaría Chamberlain. Lindy Chamberlain y su esposo, el pastor Michael Chamberlain, acampaban con sus tres hijos en Uluru, en el desierto australiano, en agosto de 1980. De noche, Lindy colocó a Azaría, de nueve semanas de edad, en una cuna en la tienda de campaña, y regresó con los demás para cocinar al aire libre.
Resultado de imagen de un grito en la oscuridad peliculaPoco después, unos testigos escucharon gruñidos y a un bebé llorando, y Lindy corrió a la tienda y vio cómo su hijita era tomada por un dingo. Desde la muerte de Azaría en 1980, hubo 27 ataques de dingos a humanos en Australia, tres de ellos fatales. Antes de este episodio, esto era desconocido.
Este hecho dividió a Australia: algunos estuvieron en contra de Lindy, acusándola de asesinar a su bebé, otros incluso como sacrificio en un ritual religioso. Así, en 1982, Lindy fue sentenciada a cadena perpetua por asesinato, y su esposo fue acusado posteriormente de complicidad, con sentencia suspendida.
Cuatro años después, se encontraron prendas de vestir de la pequeña en terreno de dingos. Lindy Chamberlain fue absuelta de cargos, dado que su culpabilidad no podía demostrarse más allá de toda duda razonable. Después de esto, los Chamberlain siguieron insistiendo en la justicia para lograr una resolución definitiva. Finalmente, después de treinta años, un juez dictaminó oficialmente que la bebé había sido matada por un dingo, reforzando la versión de la madre y pidiendo disculpas en nombre de la justicia australiana por no haber hecho justicia.
El caso fue tan famoso que se escribieron libros al respecto y, en 1988, se filmó una película titulada “A Cry in the Dark” (Un grito en la oscuridad), en la que Meryl Streep interpretó a Lindy Chamberlain, y fue nominada al Oscar por esa actuación.
Más allá de la curiosidad macabra de algunos, la cuestión importante fue la condena injusta de alguien inocente. Es inimaginable Io que debió ser para una madre que todos creyeran que ella misma había asesinado a su hijita de nueve semanas. Pero Dios puede comprenderlo muy bien: él mismo es acusado por Satanás de no desear la felicidad de sus criaturas. Es presentado ante el universo como un ser despótico y antojadizo, que juega con la felicidad de sus criaturas. Muy pronto, empero, el verdadero carácter de Dios quedará totalmente esclarecido ante el universo. Satanás se mostrará tal como es, y todos absolutamente reconocerán que Dios es amor. 

Perdonar y Liberar

“El perdón es algo curioso; calienta el corazón y enfría la picadura”.
Todos hemos leído un millón de artículos sobre el perdón y escuchado miles de charlas sobre el tema. Pero, de todas maneras, es muy difícil de practicar. El perdón no es nada fácil para la mayoría de nosotros.
Siempre que alguien nos lastima, quedamos con un sentimiento de herida, ira y venganza. Nos es muy difícil pasar por alto la herida que alguien nos ha infligido. Pero el perdón no es olvidar, es simplemente soltar la herida. No es algo que damos a otros sino a nosotros mismos.
La herida y dolor que alguien nos causa, pueden ser siempre parte de nuestra vida, pero el perdón nos ayuda a soltar su agarre para que podamos seguir adelante.
Y en cuanto a quién perdonar, comencemos con un amigo que nos ha lastimado mucho, o el extraño que nos pisó el callo en un autobús, y luego a aquellos entre esos dos extremos.
Perdonarnos a nosotros mismos es también importante. Y perdonemos rápido ya que entre más tiempo tomemos y más lo pensemos, podríamos no estar listos nunca para hacerlo. Así que hagámoslo tan pronto como podamos porque aunque no cambie el pasado, definitivamente cambiará el futuro.
Y recordemos: “No perdonar es como ingerir raticida y esperar que la rata muera”.
Hoy día, algunos sectores del cristianismo han mistificado al perdón, convirtiéndolo en “atadura” para quienes nos han ofendido y a quienes no hemos perdonado. Sin embargo, la razón por la que el Señor nos llama a perdonar es precisamente porque, al no hacerlo, somos nosotros mismos los más perjudicados. Y en esto, aún la ciencia confirma el impacto sobre nuestros cuerpos de la amargura resultante del no perdonar.
Así que, vivamos la vida abundante que Dios nos ofrece dando el indispensable primer paso: perdonando a quienes nos ofenden.

¿Quién tirará la primera piedra?

La critica es un arma benigna o maligna dependiendo del que la esgrime, y se usa para señalar lo que hemos hecho incorrecto; pero si se nos presentan las debidas correcciones y las vías para solucionar lo incorrecto, podemos decir que la crítica es constructiva y por lo tanto benigna. En estos casos, generalmente proviene de personas que saben que no son perfectos, que también cometen errores y han sabido solucionarlos, y que ahora, modestamente, están dispuestos a ayudar a los demás. 
Resultado de imagen de ¿Quién tirará la primera piedra?Por el contrario, cuando se hace con alevosía y resentimiento, en cuyos verdaderos propósitos se encubre el deseo de molestar, herir o perjudicar; entonces la critica es maligna; preferiblemente que no se haga aun cuando lo que se dice sea la verdad.
En una ocasión, José Martí (político republicano-democrático cubano) fue invitado, por los dueños de un restaurante de Nueva York, a un almuerzo para que él les hablara al resto de los invitados sobre la libertad de Cuba. Para el evento se usó una gran vajilla, de ésas que incluso tienen un pequeño recipiente para enjuagarse las puntas de los dedos cuando se cubren de grasa.
Uno de los participantes, no sabiendo lo que es un enjuagatorio y al ver que dentro tenia un pedacito de limón, que es para ayudar a diluir la grasa, pensó que se trataba de una limonada, y sin tardar bebió de ella cuando sintió sed.
Algunos de los que estaban próximos a este hombre, disimuladamente se burlaron. Martí al verlos riéndose, se apropió de su enjuagatorio y bebió con gran gusto. Entonces, uno de los burladores al verlo, sorprendido, le preguntó: -¿por qué lo haces, si tú sabes que es un enjuagatorio?-. A lo que Martí respondió: -¿por qué reírnos de este hombre si su desgracia es no saber para lo que sirve?
Sin dudas Martí no fue un hombre perfecto, porque nadie lo es; pero está claro que tuvo que ser alguien que creyó mucho en Jesucristo; dicho sin querer comparar el primero con el segundo, porque el segundo no ha tenido ni tendrá quien se le compare. Martí en sus salidas extraordinarias a los problemas, seguramente pensó en cómo Jesucristo lo hubiera hecho.

miércoles, 14 de junio de 2017

El verdadero peso

Hay decisiones en la vida que, sea por elección u omisión, traen un peso sobre nuestras vidas casi imposible de sobrellevar. Y la mayoría de las veces no las compartimos con nadie porque nos da vergüenza, o simplemente no queremos que nadie se entrometa en lo que ha sido un desacierto. Con el paso del tiempo se convierten en una carga tan pesada que se nota en nuestro andar diario, en nuestro rostro, y ya no lo podemos ocultar. Pareciera que forma parte de nuestra vida y que, como le pasa a todas las personas, es normal.
El peso en el alma es imposible de ocultar.
La biblia dice: “Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.” Isaías 53:6 (VRV)
Nosotros tenemos la oportunidad de mirar al pasado para ver y conocer la identidad del Mesías prometido, quien vino y murió por nuestros pecados. Pero si vemos todo lo que Jesús hizo y lo seguimos rechazando, lo que estamos diciendo es que Jesucristo no tiene poder para liberarnos y quitar el peso de nuestras culpas.
Después de ser azotado, escarnecido y golpeado, el Señor Jesucristo, sale por las calles de Jerusalén, llevando la cruz donde sería clavado. ¿Cuánto pesaría esa cruz de madera? Seguramente era lo suficientemente pesada, para que cualquier hombre que pudiera cargarla por un largo trecho, desmayara bajo su peso. Y mucho más se sentiría su peso, ante la debilidad causada por los latigazos, y los golpes impartidos por los soldados romanos en el cuerpo de Cristo. Aquel que dijo un día al paralítico: levántate y anda ¿no podía hacer que sus piernas tuvieran la fortaleza de soportar el peso de la cruz? Aquel que sanó a tantos ¿no tenía ahora poder para sanar sus heridas? ¿Se había terminado el sueño utópico de liberar a su pueblo? ¿Debían sus seguidores seguir soportando el “eterno” peso de sus malas decisiones? Sin embargo, Jesús el Hijo de Dios, creador de este mundo, se somete a la debilidad por amor a nosotros. No se valió de su poder para evitar sus propios sufrimientos aunque podía hacerlo. Pero la carga mayor que tenía que realizar no consistía en una cruz de madera. Sus peores sufrimientos no eran los clavos y la corona de espinas.

Mi Vida se Acabó

“El único lugar donde tu sueño se vuelve imposible es en tu pensamiento.”
Robert H. Shuller
Hace poco tuve una conversación con alguien que me dijo: “mi vida se acabó, no la encuentro sentido, soy un fracasado en todo, perdí la ilusión…” Cada una de sus palabras estaban marcadas por la frustración, y así como esta persona, hay muchas que piensan que sus vidas no están yendo a ninguna parte.
Personas que han perdido o están a punto de perder su matrimonio, su familia. Personas que han perdido su trabajo o negocios. Personas que han perdido su ministerio.
Para ellos la vida se ha acabado, piensan que no pueden volver a tener una relación, que nadie los va a contratar, que no tendrán la oportunidad de servir. Sus pensamientos los hace volverse más temerosos, desconfiados, pesimistas y deprimidos.
Estas personas que han perdido sus sueños, lo que en realidad han perdido es la falta de propósito. Necesitan descubrir su propósito para no pasar el resto de sus vidas cometiendo errores, sintiéndose con sentimientos de fracaso. Necesitan entender que su propósito debe ser mayor a los desafíos que se les presentan en la vida.
El propósito tiene que ver con la misión especifica en mi vida que exige cumplimiento por mi parte. Nadie más puede hacerlo. Cada uno de nosotros ha sido creado con un propósito.
“Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.” Efesios 2:10 (NVI)

Posturas del corazón

Allí, sobre la plataforma, Salomón se arrodilló y, extendiendo las manos al cielo, oró… 2 Crónicas 6:13 NVI.
Cuando mi esposo toca la armónica en la iglesia, a veces, cierra los ojos. Dice que lo ayuda a concentrarse y aislarse de las distracciones para alabar a Dios; solo están su armónica, la música y él.
Algunos se preguntan si debemos cerrar los ojos al orar. Sin embargo, dado que podemos orar en cualquier momento y lugar, puede ser difícil cerrar los ojos siempre; ¡en especial, si estamos caminando, desbrozando o conduciendo un vehículo!
Además, no hay reglas sobre qué posición debemos adoptar al hablar con Dios. Cuando el rey Salomón oró para dedicar el templo que había edificado, se arrodilló y «extendió sus manos al cielo» (2 Crónicas 6:13-14). Arrodillarse (Efesios 3:14), quedarse de pie (Lucas 18:10-13) e incluso postrarse con el rostro al suelo (Mateo 26:39) son todas posturas de oración mencionadas en la Biblia.
Ya sea que nos arrodillemos o nos pongamos de pie ante Dios, que levantemos las manos o cerremos los ojos, lo importante no es la postura, sino el corazón. Todo lo que hacemos «mana» de nuestro corazón (Proverbios 4:23).  Eso sí, cuando oramos, que nuestro corazón siempre esté inclinado en adoración, gratitud y humildad frente a nuestro Dios, porque sabemos que están «abiertos sus ojos y atentos sus oídos a la oración» de su pueblo (2 Crónicas 6:40). 
Señor, que siempre pueda concentrarme en ti.
La forma más elevada de oración surge de lo profundo de un corazón humilde.

martes, 13 de junio de 2017

La Visión de Juan: “Llegar a casa”

Y yo, Juan, vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de parte de Dios, ataviada como una esposa hermoseada para su esposo. 5 El que estaba sentado en el trono dijo: «Yo hago nuevas todas las cosas.» Me dijo: «Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas.» (Apocalipsis 21:2,5)
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El Libro de Apocalipsis es como si fuera el Libro de Dios acerca de “llegar a casa”. En él, Juan describe un cuadro detallado de cómo será el Cielo. Dice:
“…vi la santa ciudad…, ataviada como una esposa hermoseada para su esposo… no habrá más muerte…, llanto…, clamor…, dolor, porque las primeras cosas ya pasaron… El que estaba sentado en el trono dijo: ‘Yo hago nuevas todas las cosas'” (Apocalipsis 21:2, 4b, 5).

Los pastores de las iglesias que efectúan bodas te dirán que rara vez, si hay alguna, han visto una novia fea (aunque a veces los novios necesitan una ayudita). La novia representa la belleza más pura que el mundo pueda ofrecer; ella personifica amor, fidelidad y esperanza para un nuevo comienzo.
El mundo en el que vivimos está muy lejos de eso. Diariamente somos “bombardeados” con noticias de estafas empresariales, tragedias, terrorismo, abuso, y miedo. Por eso encontramos algunas de las palabras más esperanzadoras de las Escrituras en la promesa de Dios: “Yo hago nuevas todas las cosas” (Apocalipsis 21:5). Dios no camufla lo viejo, lo rehace. Él no solo reforma, renueva. Él rompe los diseños y reconstruye “la casa” siguiendo las especificaciones originales.
¿A qué renunciarías para tener “una casa” como ésa? ¿No merece la pena sacrificar todas las cosas más pequeñas que tanto valoras y a las que estás tan apegado?
Hoy puedes asegurarte una casa en el Cielo cuando aceptes a Cristo como tu Salvador, y que tu nombre aparezca “…en el libro de la vida del Cordero” (Apocalipsis 21:27b). 
¿Qué te parece? ¿Estás dispuesto a “ir a casa”? Si no lo estás, ¡hoy mismo puedes!

¿Qué significa tomar el nombre del señor en vano?

Resultado de imagen de ¿Qué significa tomar el nombre del señor en vano?Aunque muchas personas creen que tomar el nombre del señor en vano se refiere al uso del nombre del señor con una/s palabra/s grosera/s, es algo mucho más que un uso en vano del nombre de Dios. Para comprender la gravedad de tomar el nombre del señor en vano, primero tenemos que ver el nombre del señor desde su perspectiva, como se describe en las escrituras. El Dios de Israel es conocido por muchos nombres y títulos, pero el concepto encarnado en el nombre de Dios, desempeña un papel importante y único en la biblia. La naturaleza y los atributos de Dios, la totalidad de su ser, y especialmente su gloria, se reflejan en su nombre (Salmo 8:1). El Salmo 111:9 nos dice que su nombre es “santo y temible", y la oración del señor comienza dirigiéndose a Dios con la frase "santificado sea tu nombre" (Mateo 6:9), siendo esta una indicación de que en nuestra oración la reverencia hacia Dios y a su nombre, debe ser lo más importante. Con frecuencia entramos en la presencia de Dios con presuntuosas "listas de responsabilidades" para él, sin ser conscientes de su santidad, su grandeza, y el enorme abismo que separa nuestra naturaleza de la suya. El que se nos permita incluso venir delante de su trono, es por causa únicamente de su gracia y de su amor misericordioso para con su pueblo (Hebreos 4:16). Nunca debemos subestimar esa gracia.

A causa de la grandeza del nombre de Dios, cualquier uso del mismo que lo deshonre o deshonre su carácter, es porque se está tomando su nombre en vano. El tercero de los diez mandamientos prohíbe tomar o usar el nombre del señor en una forma irreverente porque eso indicaría una falta de respeto a Dios mismo. Una persona que usa incorrectamente el nombre de Dios, el señor no lo dará por "inocente" (Éxodo 20:7). En el antiguo testamento, se deshonraba el nombre de Dios cuando no se cumplía con un juramento o una promesa hecha en su nombre (Levítico 19:12). El hombre que usaba el nombre de Dios para legitimar su juramento y luego rompía su promesa, daba a entender su falta de reverencia hacia Dios, así como una falta de temor de su santo castigo. Era esencialmente lo mismo que negar la existencia de Dios. Sin embargo, para los creyentes no hay necesidad de usar el nombre de Dios para legitimar un juramento, ya que en primer lugar no estamos llamados para hacer juramentos; que nuestro hablar sea "sí" y nuestro no sea "no" (Mateo 5:33-37).

¿Cuál es tu prioridad?

No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas ellas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidasMateo 6:31-33
En éste pasaje Dios nos enseña cuál debe ser nuestra prioridad. Vemos a muchas personas corriendo desesperadas por conseguir lo que quieren esperando así ser felices, y al final terminan frustradas al darse cuenta que lo que querían no les dio felicidad. Pero en este mensaje aprenderemos cuál debe ser la prioridad y qué es lo que en realidad nos da la felicidad.
1. ¿Tu prioridad es la familia?
Resultado de imagen de ¡El reino de Dios debe ser tu prioridad!Muchos solo viven para la familia, pensando que es lo más importante; gastan su vida queriendo hacer feliz a su familia, pero con el tiempo se dan cuenta que no fue posible. Su cónyuge se encuentra decepcionado, sus hijos lo han abandonado, y acabará preguntándose si realmente valió la pena haberlo invertido todo.
2. ¿Tu prioridad es el estudio?
Después de haber estudiado, muchos terminan siendo arrogantes, prepotentes, e ignorantes negando la existencia de Dios, y otros protestando contra el gobierno para que les mejore el salario que a duras penas les alcanza. Y nace la misma pregunta ¿valió la pena haberlo invertido todo en el estudio?
3. ¿Tu prioridad es el trabajo?
Trabajo que siendo tan apasionante para muchos, por más que se resistan, un día les dirán que ya no hay más trabajo, o sus fuerzas ya no les permitirán continuar, y entonces todo se habrá derrumbado y sentirán que no valió la pena haber descuidado el hogar, como muchas otras cosas, por el trabajo.

lunes, 12 de junio de 2017

Mi Tesoro Especial

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No trates de huir de mí. A donde vayas ahí estaré. Mi presencia y mi espíritu está en todo lo que te rodea. Yo nunca te dejaré, porque eres mi especial tesoro.
Salmo 139: 7-14
¿A dónde podría alejarme de tu Espíritu?
¿A dónde podría huir de tu presencia?
Si subiera al cielo,
allí estás tú;
si tendiera mi lecho en el fondo del abismo,
también estás allí.
Si me elevara sobre las alas del alba,
o me estableciera en los extremos del mar,
aun allí tu mano me guiaría,
¡me sostendría tu mano derecha!
Y si dijera: «Que me oculten las tinieblas;
que la luz se haga noche en torno mío»,
ni las tinieblas serían oscuras para ti,
y aun la noche sería clara como el día.
¡Lo mismo son para ti las tinieblas que la luz!
Tú creaste mis entrañas;
me formaste en el vientre de mi madre.
¡Te alabo porque soy una creación admirable!
¡Tus obras son maravillosas,
y esto lo sé muy bien!

Una razón para cantar

¡Cantad a Dios, cantad!; ¡cantad a nuestro Rey, cantad! (Salmo 47:6).
Cantar transforma el cerebro. Algunos estudios demuestran que, cuando cantamos, nuestro cuerpo libera hormonas que alivian la ansiedad y el estrés. Otros indican que, cuando varias personas cantan juntas, sus latidos cardíacos se sincronizan.
El apóstol Pablo alentó a los creyentes a hablarse unos a otros con salmos, himnos y cánticos espirituales (Efesios 5:19). Y, la Biblia nos anima a cantar salmos y alabanzas.
En 2 Crónicas 20, leemos cómo el pueblo de Dios confió en el Señor. Frente a un inminente ataque, el rey Josafat convocó a la comunidad y la guió en oración intensa. Ayunaron y clamaron: «no sabemos qué hacer, y a ti volvemos nuestros ojos» (verso 12). Al día siguiente, salieron. No los dirigían guerreros feroces, sino un coro. Creyeron la promesa de Dios de que Él los libraría sin tener que pelear (verso 17).
Mientras cantaban y se dirigían al conflicto, ¡sus enemigos se atacaron entre ellos! Cuando el pueblo de Dios llegó al campo de batalla, la pelea había terminado. Dios salvó a su pueblo mientras éste marchaba por fe hacia lo desconocido, cantando alabanzas.
Ya sea que estemos marchando hacia una batalla o no, alabar a Dios tiene el poder de cambiar nuestros pensamientos, nuestro corazón y nuestra vida. 
¡Dios, te alabamos por tu amor y tu fidelidad eternos!
El corazón en sintonía con Dios canta sus alabanzas.

Valora y Ama más a esos seres que lo merecen

Es triste decirlo, pero a veces no valoramos, ni apreciamos lo suficiente a aquellas personas que siempre están cerca de nosotros y nos ayudan. ¿Será porque pensamos que tienen el deber de amarnos o de estar ahí siempre para nosotros? ¿Será que nos acostumbramos tanto a su presencia que no percibimos que si están ahí es porque significamos mucho para ellos?
Hubo un momento en mi adolescencia en que las cosas que sucedían a mi alrededor muchas veces me deprimían. Aunque quería hablar de ello, no sabía cómo hacerlo. Simplemente me encerraba en un cuarto, lloraba, pensaba, escuchaba música y leía. Mientras tanto mi hermanita trataba de traspasar la barrera invisible que, sin yo percatarme, había creado.
Ahora que tengo cierta madurez y que veo las cosas de forma diferente, pienso en lo complicado que debió ser para ella tratar de acercarse y ayudarme, mientras yo sin descubrir nada, me alejaba. Perdí muchos momentos significativos por ignorancia. 
Pero un día cuando abrí los ojos, me propuse que el lugar de mi hermana no lo ocuparía nadie más. Ni amigos, ni extraños, ni problemas, ni circunstancias. Porque la vida me ha demostrado y Dios me ha dejado ver, que hay que establecer prioridades. He podido sentir el amor de ella en tiempos difíciles y frustrantes. Me lo ha demostrado muchas veces.
Ya sean padres, hermanos, familiares y amigos hay que saber valorarlos, y también sopesar el lugar que cada cosa ocupa. Si tus padres han estado contigo desde tu nacimiento, ¿por qué darle el lugar de ellos a otras personas o cosas? Si un amigo te ha acompañado cuando otros te han desamparado, ¿por qué abandonarlo cuando te necesita?
Aprovecha todo el tiempo que puedas con los que te aman y amas porque nunca sabes lo que podrá pasar más adelante. Los cargos de conciencia son como una lenta penitencia. Demuestra y expresa tu cariño.

¡No olvides nunca hacerlo! Valora y cuida cada cosa que Dios te ha dado.

domingo, 11 de junio de 2017

Huesos secos

Me dijo entonces:
—Profetiza sobre estos huesos, y diles: “¡Huesos secos, oíd palabra de Jehová! Ezequiel 37: 4.

¿Te gustan los macarrones? ¡A mí me encantan! Vamos a probarlos. 
-¡Ay, ay, esto no tiene buen sabor! 
-¿Que les falta? 
Resultado de imagen de huesos secos ezequiel-Bueno, estos macarrones no están bien cocinados. Necesitamos cocerlos en agua caliente, después colarlos y prepararlos con alguna salsa. Si los preparamos bien, estos macarrones secos volverán a la vida y tendrán un sabor delicioso.

Dios enseñó al profeta Ezequiel un valle lleno de huesos secos. Estaban esparcidos por todo el lugar y no tenían vida. Dios preguntó a Ezequiel: «¿Pueden vivir estos huesos?».
—Oh señor —dijo—, solo Tú sabes la respuesta a esa pregunta.
Entonces Dios habló a Ezequiel: «Diles a esos huesos secos que volverán a vivir». Ezequiel dio el mensaje a los huesos. Mientras hablaba, vio que los huesos se unieron y formaron esqueletos completos. Se llenaron de carne y finalmente de piel. Luego sopló un viento y les dio aliento.
Los cuerpos comenzaron a moverse. ¡Eran personas vivas nuevamente!

Muchas veces creemos que todo está perdido y que no hay solución para los problemas. Pero así como Dios dio vida a esos huesos secos, también puede mejorar las cosas negativas de nuestra vida. Así sucederá, cuando confiemos en Él. 

Querido Jesús, cuando parezca que no hay esperanza, ayúdame a creer que Tú eres capaz de solucionar cualquier problema. Amén.

Tiempo libre

En el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española encontramos las siguientes definiciones de la palabra tiempo: Dícese de la duración de las cosas sujetas a variación, o dícese también de la magnitud física que permite ordenar la secuencia de los sucesos estableciendo un pasado, un presente y un futuro.
En la teología cristina encontramos el vocablo Kairós, término griego que significa momento adecuado u oportuno. Lo que es conocido como Tiempo de Dios. Es muy bueno contar con tiempo libre y cada uno lo emplea a su conveniencia, necesidad y voluntad en distintas áreas, como deporte, lectura, baile, conversación, descanso, paseos, mascotas...
Imagen relacionadaPero nosotros ya no debemos andar demasiado en las cosas del mundo, sino que, debemos andar en las cosas de nuestro Padre. Por ello Proverbios 12:11 dice: El que labra su tierra se saciará de pan; mas el que sigue a los vagabundos es falto de entendimiento.
Hacer las cosas cotidianas de forma diligente nos proveerá pan en nuestras mesas, y realizarlas además con eficacia, genera un tiempo libre para nuestro esparcimiento, y sobre todo y muy fundamentalmente, para nuestra edificación en Cristo Jesús. Por el contrario, rodearse de vagabundos es andar en vanidad, tonterías. Esto solo provocaría hambre en nuestra mesa y un exceso de tiempo en desocupación, lo que no sería saludable para nuestro cuerpo ni para nuestra alma.
Lucas 21:33-36 – El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.

Anillos y gracia

porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados ni de sus maldades.» Hebreos 8:12
Cuando me miro las manos, recuerdo que perdí mis anillos de compromiso y de boda. Estaba haciendo varias cosas mientras empaquetaba para un viaje, y no tengo ni idea de dónde terminaron.
Me aterraba contarle mi error a mi esposo, porque me preocupaba cómo lo afectaría la noticia. Sin embargo, respondió con más compasión e interés por mí que preocupación por los anillos. No obstante, a veces quiero corresponder, hacer algo para ganarme su favor. Él, por el contrario, no me lo echa en cara.

Muchas veces, al recordar nuestros pecados, sentimos que tenemos que hacer algo para ganarnos el perdón de Dios. Pero el Señor dijo que es por gracia, y no por obras, que somos salvos (Efesios 2:8-9). Al hablar de un nuevo pacto, Dios le prometió a Israel: «Perdonaré sus maldades y nunca más me acordaré de sus pecados» (Jeremías 31:34). Tenemos un Dios que perdona y no recuerda más el mal que hicimos.
Quizá nos entristezca nuestro pasado, pero tenemos que confiar en su promesa y creer que su gracia y su perdón son reales a través de la fe en Jesucristo. Esta noticia debe llevarnos a la gratitud y a la seguridad que trae la fe. Cuando Dios perdona, olvida.
Querido Señor, gracias por tu misericordia y por ofrecer salvación y perdón a través de Cristo. Gracias por este regalo que no depende de nada de lo que yo haga.
La gracia y el perdón son dones inmerecidos.

sábado, 10 de junio de 2017

¿Qué son las bienaventuranzas?

Las bienaventuranzas son ocho declaraciones de bendición dichas por Jesús al comienzo del Sermón del Monte (Mateo 5:3-12). Cada una comienza con la frase “Bienaventurados los. . .” 
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«Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
 Bienaventurados los que lloran, porque recibirán consolación.
 Bienaventurados los mansos, porque recibirán la tierra por heredad.

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, 
porque serán saciados.
 Bienaventurados los misericordiosos, porque alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los de limpio corazón, porque verán a Dios.
Bienaventurados los pacificadores, porque serán llamados hijos de Dios.
10 Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
11 Bienaventurados seréis cuando por mi causa os insulten, os persigan y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.


Está en discusión cuántas bienaventuranzas hay con exactitud. Algunos hablan de siete, nueve o diez bienaventuranzas, pero el número parece ser de ocho. La última se engloba en la anterior.

La ley del amor

«El cumplimiento de la ley es el amor» Romanos 13:10
Fue Dios (a través de  Moisés) quien, en medio de truenos y fuego, proclamó la ley en el monte Sinaí. Como llama consumidora, la gloria de Dios descendió sobre la cumbre y la montaña tembló por la presencia del Señor. El pueblo de Israel, postrado en tierra, había escuchado, presa de pavor, los preceptos sagrados de la ley. ¡Qué contraste con la escena en el monte de las bienaventuranzas! Bajo el cielo estival, cuyo silencio se veía turbado solamente por el gorjear de los pajarillos, presentó Jesús los principios de su reino. Hablando al pueblo ese día con palabras de amor, les explicó los principios de la ley proclamada en el Sinaí. 
Resultado de imagen de la ley del amor de diosLa ley dada en el Sinaí era la expresión del principio del amor, una revelación hecha a la tierra de la Ley de los cielos. Fue decretada por la mano de un Mediador y promulgada por Aquel cuyo poder haría posible que los corazones humanos armonizaran con los principios divinos. El señor había revelado el propósito de la ley al declarar a Israel: «Ustedes serán mi pueblo santo» (Éxodo 22: 31, NVI).
Pero Israel no había comprendido la espiritualidad de la ley, y demasiadas veces su obediencia, en vez de consistir en una entrega del corazón a la soberanía del amor, no era más que una sumisión a ritos y ceremonias externos. Cuando en su carácter y obra, Jesús representó ante la humanidad los atributos santos, benévolos y paternales de Dios, y les hizo ver cuán inútil era la mera obediencia minuciosa a laceremonias, los dirigentes judíos no recibieron ni comprendieron sus palabras. Creyeron que no recalcaba lo suficiente los requerimientos de la ley; y cuando les presentó las mismas verdades que eran la esencia del servicio que Dios les asignaba, ellos, que miraban solamente lo externo, lo acusaron de querer derrocar la ley.
Las palabras de Cristo, aunque pronunciadas sosegadamente, se distinguían por una gravedad y un poder que conmovían los corazones del pueblo. Escuchaban para ver si repetía las tradiciones inertes y las exigencias de los rabinos, pero escuchaban en vano. «Las multitudes se asombraron de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tenía autoridad, y no como los maestros de la ley» (Mateo 7: 28-29, NVI). Los fariseos notaban la gran diferencia entre su propio método de enseñanza y el de Cristo. Percibían que la majestad, la pureza y la belleza de la verdad, con su influencia profunda y suave, echaba hondas raíces en muchas mentes.

El llamado de Dios

En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros: en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por él. (1 Juan 4:9).
Una mañana, mi hija le dio su teléfono móvil un momento a su pequeño de once meses para que se entretuviera. Menos de un minuto después, sonó mi teléfono, y cuando contesté, escuché su vocecita. De algún modo, había apretado el número de marcación rápida para llamarme, y tuvimos una conversación inolvidable. Mi nieto solo dice unas pocas palabras, pero conoce mi voz y responde. Así que hablé con él y le dije cuánto lo amaba.
La alegría que sentí al escuchar la voz de mi nieto me recordó el profundo deseo de Dios de relacionarse con nosotros. Desde el principio, la Biblia muestra cómo Dios nos busca con afán. Cuando Adán y Eva pecaron al desobedecer a Dios y se escondieron de Él en el huerto, «el Señor Dios llamó» a Adán (Génesis 3:9).
Dios siguió buscando a la humanidad a través de Jesús. Como desea relacionarse con nosotros, envió a Jesús a la Tierra para pagar el castigo de nuestro pecado al morir en la cruz. «Dios mostró cuánto nos ama al enviar a su único Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados» (1 Juan 4:9-10 NTV).

Qué bueno es saber que Dios nos ama y que quiere que respondamos a su amor a través de Jesús. Incluso cuando no sabemos bien qué decir, ¡nuestro Padre anhela escucharnos! 

Padre, gracias por amarme y querer relacionarte conmigo.
El amor de Dios por nosotros se revela a través de Jesús.

viernes, 9 de junio de 2017

¿Así que Eres Cristiano?

Muchos decimos que somos cristianos pero aún no hemos comprendido el verdadero significado de serlo. Es un proceso muy duro, y es tarea de nosotros seguir creciendo en santidad.

Punto 1. ¿Qué sucede cuando acepto a Cristo?

1. Ya no hay condenación, somos salvos:
Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús,  los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Romanos 8:1
2. Todo es hecho nuevo:
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 2 Corintios 5:17
eres cristiano, demuestralo, bosquejo, eres3. Ya estamos muertos al pecado:
Romanos 6:1-11“¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Punto 2. Cuando ya somos hijos de Dios, ¿qué nos pasa?

Se supone que hemos sido transformados, ¿pero realmente hemos cambiado? Bueno, la verdad es que le volvemos la espalda a Dios y nos endurecemos luego; tan pronto ha pasado el primer amor, empezamos a vivir en necedad, sin amor a Dios y menos a nuestros semejantes, y el que no ama a su hermano no puede amar a Dios. O el que no ama a su padre o madre, menos puede amar a Dios. Por eso Isaías dice:
Isaías 1:2-5 “Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí. El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento. ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás. ¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. 
Éstas son palabras duras; está hablando del pueblo de Israel, el pueblo más duro sobre la faz de la tierra. No querían enderezar sus pasos, siempre andaban tras otros dioses. Podemos decir que ahora sucede lo mismo.