“El mejor regalo que uno puede dar es el perdón.”
Perdonar es muy importante si se quiere vivir una vida extraordinaria. Hay muchas personas atrapadas en sus culpas, pesares y en sus rencores; muchos de ellos queriendo poder perdonar pero “no pueden”, luchan consigo mismos, y pasa porque sus expectativas están equivocadas acerca del perdón.
Es cierto que la vida no es justa, que hay gente que lastima, que te han hecho daño y que no merecen tú perdón. Pero, ¿será eso lo que Dios quiere para tu vida? ¿Será que Él quiere que vivas amargado?
El rencor no es un sentimiento agradable. Cada vez que piensas en la persona o en la circunstancia que lo provocó, vuelves a experimentar todas esas sensaciones desagradables como: ira, impotencia, frustración, dolor, ansiedad… todo eso es basura tóxica que te causa estragos físicos en tu salud y emocional en tu mente.
Pero si Dios no quiere que viva amargado, ¿qué hago con esas heridas? ¿Cómo saco este rencor? ¿Cómo perdono?