viernes, 31 de marzo de 2017

Honra a tu padre y a tu madre… ¿Debo honrar al padre que me abandonó?

Actualmente un gran número de familias sufre la ausencia de uno de los padres. Conflictos, separaciones, abandono total o parcial de responsabilidades,... en fin, características todas que determinan este verdadero síndrome de nuestros días. Hasta la familia cristiana, hoy por hoy, no es ajena a esta realidad.
Sin considerar si tuviste que pasar por esto o no, sabemos a ciencia cierta, que si no es tu caso seguramente es el de alguien que conoces o que al menos tiene unas cuantas cosas en común. Las palabras que vienen a continuación, de mano del Señor, pueden marcar un antes y un después en tu vida y en la de ellos.
La siguiente historia está basada en el caso real de una bebé que estando aún en el vientre de su mamá, sufrió el abandono por parte de su padre. Muchos años más tarde, en su adultez, el padre reaparece nuevamente en su escena familiar, y como cristiana, ella se encuentra ante la tremenda encrucijada: “¿Debo honrar al padre que me abandonó?”
“Honra a tu padre y a tu madre…” eran las palabras de Dios, que continuamente taladraban su sufrido corazón. Su padre abandonó a su madre cuando ella estaba a una semana de nacer. Años de lucha, necesidades e infelicidad quedaron en ese hogar destruido.
No obstante ello, esta mujer, ya en su edad adulta, quiso conocerlo y emprendió su búsqueda. Dios le allanó el camino y finalmente, un día el encuentro se produjo. Su pregunta no podía esperar: “-Por qué nos abandonaste?”
Le explicó que no tenía un trabajo fijo ni con qué mantenerlas. Un día salió, no halló trabajo y se sintió tan avergonzado que no tuvo valor para volver.
Tal vez verdad… tal vez no. Mucho es lo que se podrá decir e inclusive cuestionar sobre la actitud de este padre… Pero no es su historia la que nos importa en este mensaje. El asunto principal, es qué hizo su hija años después cuando, ya adulta, se encuentra frente a frente con él. Tenía que perdonarlo, era una necesidad imperiosa de su corazón, eso sí, mezclada con un intenso sentimiento de amargura e indignación.
Ella conocía bien lo que significaba perdonar. Creció en una época y en un lugar en donde ser hija de una mujer abandonada y sola significaba una verdadera humillación. Años de discriminación, necesidades y un sutil maltrato en la escuela, en la comunidad, e incluso en la iglesia, habían golpeado duro su quebrantado corazón. Entretanto, las cosas se fueron mejorando para él. Él lo tuvo todo, ella nada.
¿Cómo orar un Padrenuestro, y decir “perdónanos como nosotros perdonamos…”? Sólo había un camino: la puerta del dolor.

Gratitud

«Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús». I Tesalonicenses 5: 18

Resultado de imagen de gratitud a diosLa primera idea de este texto es "dad gracias". La gratitud, en la vida del cristiano, no necesita una causa. Debe ser una manera de encarar la vida.
La segunda, «voluntad de Dios para nosotros», es que vivamos siempre agradecidos. Una actitud agradecida es el camino divino para llevarte a una vida realizada y feliz.
Finalmente, solo puede vivir en actitud permanente de agradecimiento la persona que está «en Cristo Jesús». De acuerdo con este consejo divino, debemos agradecer no solo por las cosas buenas que nos suceden, sino, incluso, por las cosas tristes y desagradables que se presentan en el camino. ¿Por qué? «Porque esta es la voluntad de Dios». En esta vida tal vez nunca logres entenderlo, pero la verdad es que Dios jamás se equivoca. Aun cuando el dolor toque tu vida, Dios tiene un propósito educativo para ti.

La Oración...

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Pedid, y se os dará;
buscad, y hallaréis;
llamad, y se os abrirá.
Porque todo aquel que pide,
recibe; y el que busca, halla;
y al que llama, se le abrirá.
Mateo 7:7-8

Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros,
pedid todo lo que queréis, y os será hecho.
Juan 15:7

Todo lo que pidiereis orando,
creed que lo recibiréis, y os vendrá.
Marcos 11:24

Si algo pidiereis en mi nombre,
yo lo haré.
Juan 14:14

Me buscaréis y me hallaréis,
porque me buscaréis de todo
vuestro corazón.
Jeremías 29:13

Si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la Tierra
acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho
por mi Padre que está en los Cielos.
Porque donde están dos o tres congregados
en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
Mateo 18:19-20

Cualquier cosa que pidiéremos la recibiremos de Él,
porque guardamos sus mandamientos,
y hacemos las cosas que son agradables delante de Él.
1 Juan 3:22

Orad sin cesar.
1 Tesalonicenses 5:17

Acerquémonos, pues, confiadamente al trono
de la gracia, para alcanzar misericordia y
hallar gracia para el oportuno socorro.
Hebreos 4:16

Antes que clamen, responderé yo;
mientras aún hablan,
yo habré oído.
Isaías 65:24

De cierto os digo que todo lo que
atéis en la Tierra, será atado en el Cielo;
y todo lo que desatéis en la Tierra,
será desatado en el Cielo.
Mateo 18:18

Esta es la confianza que tenemos en Él, que si pedimos
alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos oye.
Y si sabemos que Él nos oye en cualquier cosa
que pidamos, sabemos que tenemos las
peticiones que le hayamos hecho.
1 Juan 5:14-15

Preguntadme de las cosas por venir;
mandadme acerca de mis hijos,
y acerca de la obra de mis manos.
Isaías 45:11b

Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad,
el Señor no me habría escuchado.
Mas ciertamente me escuchó Dios;
atendió a la voz de mi súplica.
Salmo 66:18-19

El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad;
pues qué hemos de pedir como conviene,
no lo sabemos, pero el Espíritu mismo
intercede por nosotros con gemidos indecibles.
Romanos 8:26

Cuenta con tus dedos tus bendiciones…

A la edad de treinta y dos años a Doug McKnight se le diagnosticó esclerosis múltiple. Los dieciséis años siguientes le costaron su carrera, su movilidad y finalmente la vida.
Debido a la esclerosis múltiple no podía comer por sí mismo ni caminar, y como consecuencia, luchó contra la depresión y el temor.
Resultado de imagen de Cuenta con tus dedos tus bendiciones…Pero a pesar de todo, nunca perdió el sentido de la gratitud. La evidencia es su lista de oración. Los amigos de su congregación le pidieron que compilara una lista de sus peticiones para interceder por él. Su respuesta incluía dieciocho bendiciones por las que estaba agradecido, y seis preocupaciones por las cuales orar. Sus bendiciones superaban a sus necesidades por tres a una.
Doug McKnight había aprendido a estar contento.
Lo mismo ocurrió con una leprosa en la isla de Tobago. Un misionero de corto plazo la conoció en un viaje misionero.
En el día final, él conducía la adoración en la colonia de leprosos. Preguntó si alguien tenía una canción favorita.
Cuando hizo la pregunta, una mujer se volvió y dejó ver el rostro más desfigurado que se haya visto. No tenía ni orejas ni nariz, y los labios habían desaparecido, pero levantó una mano sin dedos y preguntó: «¿Podemos cantar “Cuenta las riquezas que el Señor te da”?»
El misionero comenzó a cantar, pero no pudo terminar. Después alguien comentó: «Supongo que nunca podrá volver a cantar esa canción». «No», respondió, «la cantaré nuevamente, pero nunca de la forma como lo hacía antes».

jueves, 30 de marzo de 2017

Historia de un vagabundo

“Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. De hecho, esto es la ley y los profetas”.
(Mateo 7:12 NVI)
La integridad moral es la cualidad que define al ser humano en sí mismo; su comportamiento, sus creencias y su forma de actuar.
Jesús nos dio las pautas para convivir en un mundo en el que en la actualidad hay más de siete mil millones de personas; nos enseñó que debemos orar por quienes nos persiguen, nos enseñó a ayudar al necesitado, amar a nuestros enemigos, dar en vez de recibir, y lo más importante, respetar y tratar a los demás como queremos ser tratados (Mateo 7:12 NVI)
Hace unos meses, me encontré con una noticia en internet que me consternó. Un joven de 19 años de origen chino, para lograr una mayor audiencia en su canal de YouTube, decidió ofrecerle a un indigente en la ciudad de Barcelona, una "galleta oreo" que en vez de dulce crema en el centro estaba rellena de pasta de dientes. Esta acción causó algunos problemas de salud a esa persona, que solo expresó tener hambre y vio en las supuestas buenas intenciones de aquel muchacho, una oportunidad para saciar su necesidad de comer. Luego, el joven tuvo problemas con la justicia, fue criticado, señalado, identificado y denunciado por el trato humillante que había dado al indigente días antes, y además, se enfrenta a una compleja situación legal por la denuncia penal instaurada en su contra.

Un mundo mejor

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«Al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo» (Efesios 4: 15).
Cuando estaba en los últimos años de primaria, escuchaba algunas cosas en mi salón de clases que me ponían triste. Aunque lo más triste de todo es que yo misma oía a mis compañeros decírselas a otros compañeros. Vayan aquí como ejemplo de lo que no debes decir jamás. Aunque te puedan parecer graciosas, son en realidad muy tristes. Quien las dice demuestra no tener amor, compasión ni respeto por nadie. Así que no las repitas ni en broma. Frases como éstas:
«Te voy a dar dos medallas, una por tonto y otra por si la pierdes». «Para lo gordita que estás y el calor que hace en este salón, hay que ver lo poco que sudas». «¿Eres tú quien estaba tocando la guitarra? Pues tiene más ritmo un aguacero». «Para ser rubia, no eres tan tonta». «Todos jugamos un papel en la vida, el tuyo debe ser el de papel higiénico». «No eres un inútil total, por lo menos sirves de ejemplo de lo que no hay que hacer». «Eres tan fea que solo te guiñan el ojo los francotiradores». «Una vez tuve un perro más listo que tú»... En fin, todas son igual de crueles.

Oriente y Occidente se encuentran

¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio Señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerlo estar firme. Romanos 14:4
Un maestro norteamericano aprendió una lección cuando unos alumnos del Sudeste de Asia lo conocieron. Después de hacer a la clase un examen con sistema de elección múltiple, se sorprendió al ver que no habían contestado a muchas preguntas. Mientras les devolvía las hojas corregidas, sugirió que, la próxima vez, en lugar de dejar el espacio en blanco, eligieran una respuesta al azar. Sorprendido, uno de los alumnos levantó la mano y preguntó: «¿Y si, por casualidad, elijo la respuesta correcta? Implicaría que la sé, pero no es cierto». El alumno y el maestro tenían perspectivas y prácticas diferentes.
En la época del Nuevo Testamento, los judíos y los gentiles convertidos a Cristo llegaban con perspectivas tan diferentes como las de Oriente y Occidente. Poco después, no coincidían en temas como en qué días adorar o qué podía comer y beber un seguidor de Cristo. El apóstol Pablo los instó a recordar algo importante: nadie está en condiciones de conocer ni juzgar el corazón de otra persona.
Para mantener la armonía entre los creyentes, Dios nos exhorta a entender que todos somos responsables ante Él, y a actuar conforme a su Palabra y nuestra conciencia. Solo Él está en condiciones de juzgar las actitudes de nuestro corazón (Romanos 14:4-7).

Señor, que no juzguemos a quienes ven las cosas de manera diferente.
Sé lento para juzgar a los demás, pero rápido para juzgarte a ti mismo.

No hay amor más grande

Quizá el amor más intenso y el instinto de protección más grande para la humanidad, sean los de los padres hacia sus hijos.
Es poco lo que la mayoría de las madres o los padres dejarían de hacer por su bebé. Si un camión estuviera a punto de arrollarlo, no sería sorpresivo que saltaran frente al vehículo en movimiento sin pensarlo dos veces.
¿No le gustaría a usted ser amado con la misma intensidad? Pues de hecho, el amor del Señor para usted es mucho más profundo y más seguro incluso que el de los padres por sus hijos. La prueba es lo que Dios hizo por nosotros. Romanos 5.8 dice que, aunque vivíamos en desobediencia, Él envió a su único Hijo a morir en la cruz por nosotros.
Piense en un padre que da a su hijo por unas personas que decidieron rebelarse contra él. ¡Qué sacrificio y qué coste tan asombrosos! La muerte de Cristo tomó el lugar del castigo que nosotros merecíamos. Si aceptamos este regalo y decidimos obedecer a Dios, Él ya no nos ve como culpables. Más bien, nos justifica, nos hace justos y cambia nuestro destino final: en vez de enfrentar una separación eterna de Él, disfrutaremos de su presencia toda la eternidad. Es más, el Dios todopoderoso nos adopta como hijos suyos para siempre. Nuestro Padre celestial nos guía, protege y aconseja a lo largo de la vida, y nos promete que estaremos seguros en Él toda la eternidad.

miércoles, 29 de marzo de 2017

La Oración Modelo

Jesús nos dejó El Padre Nuestro como un modelo de oración. Estás invitado a que ores esta oración en un momento de quietud, pensando en lo que realmente significa, y viéndolo ahora de otra forma.
Mateo 6:9-13.
Padre nuestro que estás en los cielos…Que tu nombre sea santificado en mis labores hoy, así como tu nombre es santificado en el cielo.
Venga tu reino:  En mi vida sobre la tierra, así como tu reino funciona en el cielo.
Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. En mis estudios, mis trabajos, mis compromisos, mis viajes, mis decisiones, así como tu voluntad es hecha perfectamente en el cielo.
El pan nuestro de cada día dánoslo hoy. Para nuestra fortaleza física, para todas nuestras necesidades.
Y perdona nuestras deudas o pecados y las consecuencias que incluyen mis acciones e intenciones, en la medida en que perdono a mis deudores así como tú me has perdonado.
No nos metas en tentación. No permitas que el pecado me sobrecargue, pero dame la victoria hoy.
Líbrame del mal. Protégeme del daño físico y espiritual.
Porque tuyo es el reino. Reconozco tu Soberano control sobre mi vida.
Tuyo es el poder. Reconozco tu habilidad para hacer estas cosas.
Tuya es la Gloria. Yo doy crédito por cada respuesta.
En el nombre de Jesús, amén.

Los mejores socios

¿No puedes dormir porque te preocupa tu situación profesional y financiera?
Ése era el caso de David, un hombre de negocios de mediana edad que siempre le decía a la gente que haría esto o aquello en su negocio de relaciones públicas; siempre era algo que seguro que le daría más dinero. Día tras día, sin embargo, las cosas nunca pasaban según su predicción y se sentía un fracasado. Al final, su negocio fue a la bancarrota.
En aquel entonces, estaba devastado, pensando que nunca lograría recuperarme en las finanzas, dijo David. Me sentía desesperado.
No obstante, recuperó la independencia financiera. A decir verdad, David llegó a tener un enorme éxito en el mundo de los negocios. Acreditó su nuevo éxito tener a Dios como su socio comercial.
Me encanta la gente, dijo. Pero antes, trataba de cubrir mi presupuesto con las matemáticas, que nunca me gustaron mucho en la escuela. No sorprende que tuviera que luchar tanto en mi trabajo.
Al mirar atrás, David dice que quedarse en la quiebra fue lo mejor que le sucedió porque le hizo cambiar de actitud. Comenzó a confiar en Dios.
Antes, temía correr riesgos… probar nuevas cosas, explicó. Ahora, si algo no da resultado en mi negocio, no lo miro como un fracaso. Lo veo como una oportunidad de probar otra cosa.
Si tenemos muchas dificultades en cubrir nuestro presupuesto, podemos revisar nuestra situación y pensar en formas de cambiar, como lo hizo David. Podemos encontrar un trabajo que nos guste. Al hacer todo lo que podamos en nuestro trabajo, siendo lo mejor posible, podemos disfrutar la vida que Dios designó de forma especial para nosotros.
Santiago 4:15-16
Más bien, debieran decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. Pero ahora se jactan en sus soberbias. Toda esta jactancia es mala.

El poder de la voluntad

«Pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer, para que se cumpla su buena voluntad». Filipenses 2: 13, NVI

El redentor del mundo acepta a los seres humanos tal como son, con todas sus necesidades, imperfecciones y debilidades, y no solamente los limpiará de pecado y les concederá redención por su sangre, sino que satisfará el anhelo de todos los que consientan en llevar su yugo y su carga. Es su designio dar paz y descanso a quienes acudan a Él en busca del pan de vida. Solo nos pide que cumplamos los deberes que guiarán nuestros pasos a las alturas de una dicha inefable, que los desobedientes jamás podrán alcanzar. Para disfrutar de una vida abundante y dichosa «el secreto es: Cristo vive en ustedes. Eso les da la seguridad de que participarán de su gloria» (Colosenses 1: 27, NTV).
Resultado de imagen de El poder de la voluntad entreegada a DiosMuchos se preguntan: ¿Cómo me entregaré a Dios? Tú deseas hacer su voluntad, pero eres moralmente débil, esclavo de la duda y dominado por los hábitos de tu vida pecaminosa. Las promesas y resoluciones que haces son tan frágiles como telarañas. No puedes gobernar tus pensamientos, impulsos y afectos, y el recuerdo de tus promesas no cumplidas y de tus votos quebrantados debilita la confianza que tenías en tu propia sinceridad, y te induce a sentir que Dios no puede aceptarte; pero no tienes por qué desesperarte. Lo que necesitas es tomar conciencia del verdadero poder de la voluntad. Este es el poder gobernante en la naturaleza del ser humano, o sea, la facultad de decidir o elegir. Todo depende de la correcta acción de la voluntad. Dios nos dio a los seres humanos la capacidad de elegir; así que nos toca ejercerla. Tú no puedes cambiar tu corazón, ni entregar por ti mismo tus afectos a Dios, pero sí puedes elegir servirle. Puedes entregarle tu voluntad para que Él produzca en ti tanto «el querer como el hacer, por su buena voluntad» (Filipenses 2: 13). De ese modo tu naturaleza estará bajo el dominio del Espíritu de Cristo, tus afectos se concentrarán en Él y tus pensamientos se pondrán en armonía con los suyos.
La intención de ser bondadoso y santo es loable, pero si no pasas de ahí de nada te servirá. Muchos, esperando y deseando ser cristianos, se perderán. No llegan al punto de someter su voluntad a Dios. Nunca toman la decisión de ser cristianos.
Por medio del debido ejercicio de la voluntad puede obrarse un cambio completo en tu vida. Al entregar tu voluntad a Cristo, te unes con el poder que «es la cabeza de todo principado y potestad» (Colosenses 2: 10) y recibirás poder de lo alto para permanecer firme. Si te entregas a Dios todos los días, estarás capacitado para vivir una vida nueva, la vida de la fe.

Controlando los pensamientos negativos

¡Qué astuto es el enemigo!, porque se necesita mucha astucia para hacernos creer tantas cosas que no son ciertas.
Hay algo que debemos tener muy claro, y es que todos pecamos, y que cada día nuestra naturaleza pecaminosa nos orienta hacia el pecado. La diferencia desde el día que le entregamos nuestra vida a Cristo, es que ya no vivimos para satisfacer nuestros deseos carnales de pecado, sino para negarnos a nosotros mismos y vivir para Dios.
pensandoTeniendo en cuenta esto, y que todos somos fácilmente seducidos por el pecado, debemos tener cuidado cuando nos detenemos y escuchamos la voz del enemigo de nuestras almas, quien es un experto en acusarnos y culparnos de cada cosa por mínima que parezca.
Es muy común saber de personas que no pueden alcanzar la felicidad, ni siquiera estando en los caminos de Dios, porque el enemigo los hace sentir culpables de tener deseos pecaminosos en su mente.
Pensamientos negativos todos tenemos, incluso muchos los tenemos diariamente, pero la Biblia nos da las claves para vencer esta situación. Dios no nos va a juzgar por pensar mal, es parte de nuestra naturaleza pecaminosa, por eso el Apóstol Pablo nos da un consejo para ayudarnos a revertir esta situación: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” Filipenses 4:8 (Reina-Valera 1960).
¿Qué pensamientos son los que están debilitando tu vida espiritual? ¿Qué es lo que el enemigo usa para hacerte sentir culpable y no perdonado?

martes, 28 de marzo de 2017

¿Cómo poder creer en la salvación solo por la fe, cuando el único caso de "solamente por la fe" en la Biblia (Santiago 2:24), dice que la salvación no es solo por fe?"

Resultado de imagen de "¿Cómo poder creer en la salvación solo por la fe?Es totalmente cierto que el versículo de la Biblia que contiene la frase exacta "solamente por la fe", parece argumentar en contra de que la salvación es solamente por fe. Santiago 2:24 dice, "Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe". Sin embargo, rechazar la doctrina de la salvación solamente por la fe basándose solo en este versículo, tiene dos problemas. En primer lugar, el contexto de Santiago 2:24 no es argumentar en contra de la doctrina de la salvación que es únicamente por fe. En segundo lugar, la Biblia no requiere contener la frase exacta "solamente por la fe", a fin de enseñar claramente que la salvación es solo por ella.

Santiago 2:14-26, y especialmente el versículo 24, ha sido tema de algunas confusas interpretaciones. El pasaje pareciera definitivamente estar en contra respecto al concepto de la "salvación solamente por la fe". Pero en primer lugar, hay que aclarar un malentendido, es decir, Santiago quiere decir lo mismo con la palabra "justificado" en Santiago 2:24, al igual que Pablo en Romanos 3:28 "
Concluimos, pues, que el hombre es justificado por la fe sin las obras de la Ley". Pablo está usando la palabra justificado para querer decir "declarado justo por Dios". Pablo está hablando de la declaración legal, de Dios  a nosotros, siendo tan justos como la justicia de Cristo que se aplica a nuestra cuenta. Mientras, Santiago está usando la palabra justificado para querer decir "ser demostrados y probados (probar algo con razones convincentes, sus obras).

Santiago 2:24 se puede interpretar de la siguiente manera: "Ustedes ven que una persona es considerada justa por lo que hace y no solamente por la fe" (énfasis añadido). O, "Por lo que ven, hemos demostrado estar bien con Dios por lo que hacemos, y no solo por la fe" (énfasis añadido). Todo el pasaje de Santiago 2:14-26 es acerca de demostrar la autenticidad de su fe por lo que se hace. Una verdadera experiencia de salvación por fe en Jesucristo, redundará inevitablemente en buenas obras (Efesios 2:10). Las obras son la consecuencia, la demostración y la prueba de nuestra fe (Santiago 2:18). Una fe sin obras es inútil (Santiago 2:20) y muerta (Santiago 2:17); en otras palabras, no es fe verdadera en absoluto. La salvación es solamente por la fe, pero la fe nunca estará sola.

¿Por qué no alcanzo lo prometido?

“Gran parte del conocimiento de las cosas divinas se nos escapa por falta de fe”. Heráclito
Un capítulo verdaderamente sobresaliente de la Biblia es Hebreos 11; es el capitulo de la fe y lo que llama poderosamente la atención es que por la fe muchas personas conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido…
Y ¿por qué no tengo éxito? ¿Por qué no estoy alcanzando mis sueños?
Imagen relacionadaUna de las razones puede ser por nuestra incredulidad, por la duda, por el miedo, por nuestra poca fe en las cosas que emprendemos. 
Nuestros sueños no podemos alcanzarlos cuando en nuestro corazón no hay fe. Si tú no crees en tus sueños nadie más va a creer en ellos. Si dejas que los temores crezcan en tu vida, tú mismo estarás impidiendo lograr tus sueños.
El verdadero éxito viene de adentro, de lo interno, y se manifiesta en lo externo. La batalla comienza desde adentro, todo lo ganas desde el corazón. Debes estar convencido de que ese sueño que Dios puso en tu corazón es real. La fe es saber que lo que esperas ya está hecho, es una convicción, no una exageración. No se trata de convencer a los demás, es estar convencido de que puedes lograrlo. Es anticiparse a la acción, anticiparse a lo que esperas que suceda.
¿Qué cosas esperas que sucedan en tu vida? ¿Qué pasos vas a dar para que sucedan?
Es tiempo de que dejes de pensar con mentalidad de langosta y comiences a pensar con una mentalidad de gigante, de que puedes alcanzar la tierra prometida. Somos más grandes de lo que pensamos, Dios nos diseñó para ganar, para hacer grandes cosas.
Si hay cosas que no estás logrando en tu vida, en tu matrimonio o en tu trabajo o negocio, probablemente es por falta de fe, porque la duda te asalta y no puedes avanzar. La fe auténtica debe ser definida y libre de toda duda. En el momento que dudes deja de ser fe.

Andar tomados de la mano del Señor

PROVERBIOS 3:33 “El Señor maldice la casa del malvado, pero bendice el hogar del hombre justo”.
La Palabra de Dios (la Biblia), es la verdad de Dios revelada. Verdad que es directa y sin adornos. Por eso muchas veces nos duele, pues llega hasta lo profundo del corazón, y denuncia nuestras malas ideas e intenciones que tenemos alojadas por vivir en el pecado.
El versículo anterior es determinante y directo al decir que la bendición de Dios mora en la casa de los justos, pero que la maldición está en la casa del impío. Solemos pensar que un impío es un ladrón, un asesino o un violador, pero si analizamos el significado de la palabra “impío”, ésta quiere decir “alguien falto de piedad”. En nuestro lenguaje popular alguien falto de piedad es aquel que no tiene en cuenta en su vida las cosas de Dios.
Muchos que se dicen cristianos, viven piadosamente un rato los domingos al ir a una iglesia, pero al salir de allí se quitan su máscara religiosa y viven vidas totalmente impías. Mas como cristianos, debemos aprender a vivir y saber mantener la bendición del Señor en nuestros hogares. Debemos aprender a ser padres, madres, esposos, esposas, hijos e hijas que vivan diariamente en la presencia de Dios. Cuando eso sucede, en ese hogar hay bendición y ninguna maldición toma sitio.

Su rostro maravilloso

Buscad al Señor y su poder; buscad su rostro continuamente. 1 Crónicas 16;11
Mi hijo de cuatro años está repleto de preguntas que hacer, y habla todo el tiempo. Me encanta charlar con él, pero ha desarrollado el feo hábito de hablarme dándome la espalda. De hecho, muchas veces acabo diciendo: «No te escucho. Por favor, mírame cuando me hablas».
A veces pienso que Dios quiere decirnos lo mismo; no porque no pueda oírnos, sino porque tendemos a hablar con Él sin «mirarlo». Oramos, pero seguimos envueltos en nuestras preguntas y enfocados en nosotros mismos, olvidándonos de quién es Aquel al que elevamos nuestra oración. Como mi hijo, hacemos preguntas sin prestar atención a la persona a quien le hablamos.
Muchas de nuestras preocupaciones se resolverían mejor si recordáramos quién es Dios y lo que Él ha hecho. Si dirigimos nuevamente nuestra mirada hacia Él, encontraremos consuelo en lo que ya sabemos de su carácter: el Señor es amoroso, perdonador, soberano y bondadoso.
El salmista estaba convencido de que debíamos buscar constantemente el rostro de Dios (Salmo 105:4). Cuando David designó líderes para la adoración y la oración, alentó al pueblo a alabar al Señor por sus atributos y su fidelidad en el pasado (1 Crónicas 16:8-27).
Al volver nuestra mirada hacia el rostro precioso de Dios, hallamos fortaleza y consuelo aun en la incertidumbre.

Señor, que la luz de tu rostro brille sobre nosotros.
Buscar el rostro de Dios fortalece nuestra fe.

lunes, 27 de marzo de 2017

Preciados Tesoros

Nuestra vida puede verse ahogada por las trivialidades; cuando sobre todo nos ocupamos de ver y resentirnos por lo pequeño que acontece, hacemos de nuestra vida y de la de los demás un enredo emocional.
Resultado de imagen de Preciados TesorosHay relaciones familiares que se rompen por trivialidades, matrimonios separados por detalles poco importantes y negocios hundidos por ocuparse de cosas que no son transcendentales.
Por eso es preciso que triunfes sobre toda trivialidad que esté afectando tu vida; hazlo desde tu perspectiva y no desde la de los demás, porque esperar a que los demás cambien o actúen de una determinada manera no solucionará nada.


¿Qué pasaría si consideráramos a nuestros familiares y a cada amistad como si fueran preciados tesoros en nuestra vida?
Es obvio que, cuando consideramos que lo que tenemos es “un tesoro” lo cuidamos, lo colocamos en lugares seguros, nos ocupamos de que dicho tesoro permanezca en buen estado y que se preserve.
Igualmente debemos hacer con los demás; esto es, tener con en ellos ese cuidado como el del más preciado tesoro, dejando de lado lo que no sirve ni edifica.

El crítico de arte

Un hombre, que se jactaba de su habilidad para evaluar obras de arte, fue a visitar junto a su esposa y amigos, una exposición. Cuando llegaron se dio cuenta que había olvidado sus lentes, ópticos que le ayudaban por su seria miopía. De todos modos decidió hacer alarde de lo mucho que sabía. 
Nada más entrar en el salón comenzó a criticar las obras. Después se detuvo ante lo que creía un retrato de cuerpo entero, y dijo: el marco no tiene ninguna relación con la obra, el hombre luce una ropa totalmente inadecuada y andrajosa. El artista cometió un error imperdonable al usar a ese hombre como modeloes una falta de respeto
Cuando iba a continuar con su crítica, su mujer se le acercó tímidamente y le dijo al oído: Querido, estás frente a un espejo.
Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. Romanos 12:3.
Se debe pensar de sí con cordura. El crítico de arte no era riguroso consigo mismo pero sí con los demás, y es generalmente una situación que a muchos hijos e hijas de Dios Creador les afecta. En la congregación se corre el riesgo de que el que se autoestima se vaya hasta las nubes, especialmente cuando se asume una situación de liderazgo. El alto concepto se alimenta a diario, tiene un apetito voraz. Lo pueden alimentar las personas, con sus opiniones exageradas sobre los méritos de alguien elevándolo de sitial, o una opinión favorable de sí mismo alejada de la humildad.

¿Por qué en Hechos 8.1 todos los cristianos fueron perseguidos salvo los apóstoles?

Hechos 8;1 dice: “Y Saulo consentía en su muerte. En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles”. 
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¿Por qué no huyeron los apóstoles?

Este episodio viene precedido por la lapidación de Esteban, considerado el primer mártir Cristiano, hecho que encendió la mecha de una feroz persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén.

Los asesinos, llenos de odio y enardecidos en contra de los cristianos, todavía con sus manos sucias del polvo de las piedras con las que mataron al siervo de Dios, decidieron “en aquel día” la persecución antedicha. Lucas (escritor del libro de Hechos) no dijo en aquel tiempo, sino aquel día, el día que mataron a Esteban.

... A partir de ese momento, los cristianos se vieron obligados a abandonar la ciudad de Jerusalén para buscar refugio en diversos lugares de Judea y Samaria. Lucas dice que todos fueron esparcidos, aunque algunos quieren decir que él no se refería a todos literalmente, sino que usó una hipérbole; sin embargo, dice que todos a excepción de los Apóstoles. Y no se trata de un error de interpretación, pues revisando todas las versiones de la Biblia, incluso en otros idiomas, dice “todos”. ¿Por qué se quedaron los doce en la ciudad santa?

El perezoso Gabriel

El perezoso desea y no consigue; el que trabaja, prospera. Proverbios 13:4.

Resultado de imagen de El perezoso GabrielGabriel era un niño muy perezoso. Todos los días, su mamá lo llamaba varias veces hasta que lograba levantarse. Ya en la escuela, era el último en terminar los ejercicios. ¡Parecía que siempre estaba cansado! ¡Hasta para bañarse sentía flojera!
Un día los visitaron unos parientes para que fueran en familia al zoológico. A la mañana siguiente, todos se levantaron muy temprano para prepararse y salir a buena hora.
—¡Levántate, Gabriel, es hora de irnos!, llamó la mamá. Pero como de costumbre, Gabriel no hizo caso y se confió.
Todos se distribuyeron en los diferentes coches y se fueron. Veinte minutos después, Gabriel despertó, y al levantarse, se dio cuenta de que nadie más estaba en casa. ¡Se habían ido! ¡Lo habían dejado solo!
Su mamá estaba muy preocupada, pero el papá señaló:
—¡Déjalo! Se ha perdido la diversión. Tiene que aprender la lección.
A partir de ese día, ¿quién crees que era el que se levantaba primero en casa de Gabriel? ¡Pues sí, él mismo!
¿Tú también tienes problemas para madrugar y hacer las cosas a su hora? Pues es recomendable que uses una alarma (véase el reloj o el dispositivo que tenga la alarma), para que te recuerde la hora exacta de levantarte o hacer tus deberes.


HABLA CON JESÚS:

Querido Jesús, deseo ser responsable. Ayúdame a cumplir con lo que me toca, amén.

domingo, 26 de marzo de 2017

Por el valle de sombra

Nuestro caminar por este mundo es temporal y pasajero. Si las fuerzas nos ayudan, podemos vivir setenta años, incluso llegar a los ochenta; pero no tiene sentido que vivamos tanto tiempo: esta vida de angustias y problemas pasa pronto, lo mismo que nosotros. Salmo 90:10 (TLA)
Algunas veces sentimos que vamos cuesta arriba y otras hacia abajo. Si nos dieran a escoger, elegiríamos el ir hacia abajo pues nos costaría menos esfuerzo el poder avanzar. Sin embargo, no siempre las cosas suceden como uno desea y tendremos que bregar cuesta arriba muchas veces en el camino de la vida.
valle de sombrasA veces nuestros días son placenteros, soleados y hermosos; todo lo que nos proponemos se logra, no hay enfermedades, y si las hay no son graves; nuestra economía es estable, las relaciones familiares son casi sonrisa y fiesta; nuestros hijos son buenos, y brillantes en la escuela, tienen buenas amistades, casi todo suena a melodía hermosa con violines y cuerdas, aroma a flores, pájaros cantando su trinar, ...
Pero de repente, ese día claro y soleado se convierte en un día nublado y frío, otras veces desértico y seco, o con fuertes vientos que azotan nuestra vida; sin esperarlo nos quedamos sin empleo, comenzamos a carecer de cosas que antes teníamos, hay enfermedades graves con personas queridas en el hospital, incluso llega la muerte a rondar a nuestro alrededor, nos llueve sobre mojado, y parece que nunca pasará la tormenta.
En la Biblia hay un episodio en el que unos pescadores experimentados estaban cruzando ya de noche el mar, y de repente les llegó la tormenta. Aunque su barca ya comenzaba a inundarse, era de esperar que ellos, con tanta pericia que tenían, pudieran sacar adelante la situación controlando el bote, pues toda su vida habían lidiado con ello; sabían coger el timón y esquivar las olas, manejar las amarras, izar las velas y cosas de esas; bueno, el caso es que junto a ellos en la misma barca iba el Maestro dormido.
Llega un momento en el que ellos, en su desesperación, solo se atreven a gritarle a Jesús….. ¿No te importa que nos ahoguemos? ¡Sálvanos, que perecemos! Entonces Jesús toma su autoridad y manda calmar la tormenta, y ellos se quedaron atónitos. —¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?

Nunca dejes de soñar

Una frase popular dice que “quien dejó de soñar renunció a vivir”. En ella hay algo rescatable. Tener esperanza y expectativas de lo que va a pasar con lo que hacemos nos mantiene vivos. Dios nos creó para que, entre otras cosas, seamos creadores. Él nos dio la capacidad creadora, creativa. ¡Así que no hay excusas para no seguir soñando seguir inventando!
Resultado de imagen de Nunca dejes de soñarSabemos que algunos de los proyectos que iniciamos no se alcanzarán a ver terminados en una sola generación, pero es tan importante quien termina un proyecto como quien lo comienza.
La meta que tenemos es trabajar fuertemente por alcanzar aquello que Dios ha sembrado en nuestras vidas, que es finalmente nuestro propósito existencial. Mas hay muchas distracciones que nos pueden impedir que avancemos, pero si tenemos dominio propio y la mente enfocada en nuestro propósito, 
lo vamos a lograr.
Cuando no avanzamos hacia lo que debemos hacer, se acaba la pasión, la vida carece de sentido, es como si se apagara el fuego del espíritu en nuestro interior, y así se deja de ser trascendente para convertirse en una persona infeliz y mediocre.
Aprovechemos el tiempo, seamos sabios y entendidos para no estancarnos.

Tú tienes todo, Dios ya puso la semilla, también te ha mostrado en sueños lo que puedes lograr, la pregunta que surge es ¿Qué vas a hacer?
Pues empieza a caminar, recuerda que lo pequeño tiene la capacidad de hacerse grande en las manos de Dios.
Deja la comodidad, la inactividad y comienza dando el primer paso poniendo toda tu confianza en Jesús. Recuerda que “todo lo puedes en Cristo que te fortalece”.

“Señor, quiero soñar y avanzar hasta el día en que me llames a tu presencia. Quiero ser útil y cumplir el propósito de mi existencia, aquel que has puesto en mí desde antes que yo naciera. Te pido que me des más revelaciones y que me fortalezcas para avanzar, lo creo y declaro en el nombre de Jesús, Amen”.

“Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas del débil”. Isaías 40:29 (NVI)


Seguridad de Salvación

Leamos 1 Juan 5:12 y 13; Romanos 8:15 al 17; y 2 Corintios 5:5. Una vez que hemos aceptado a Cristo como nuestro Señor y Salvador, ¿por qué tenemos la seguridad de la vida eterna? ¿Cuál es la base de esta seguridad?
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El Espíritu Santo es el que guía a los pecadores a Jesús. La muerte sustitutiva de Jesús nos reconcilia con Dios. El perdón de Jesús nos libera para vivir una nueva vida como hijos adoptivos de Dios. Ya no somos enemigos de Dios (Romanos 5:10), sino que caminamos según el Espíritu (Romanos 8:4) y ponemos nuestros pensamientos en las cosas del Espíritu (verso 5). Si no tuviéramos al Espíritu de Cristo, no seríamos sus hijos y no perteneceríamos a Él (verso 9). Pero ahora tenemos el testimonio interno del Espíritu Santo, que mora en nosotros. Él nos testifica que pertenecemos a Jesús, y que somos herederos de Dios y coherederos con Cristo (verso 17). La misma vida poderosa que levantó a Jesús de entre los muertos está ahora activa en nosotros y, aunque antes estábamos muertos espiritualmente, ahora tenemos esa vida (verso 10). Más aún, el Espíritu Santo también sella en nuestro corazón la seguridad de que, verdaderamente, pertenecemos a Dios. Habiendo oído y creído el evangelio de nuestra salvación, fuimos sellados en Jesús con el Espíritu Santo, que es otorgado como “garantía de nuestra herencia” (Efesios 1:13, 14; BA). Cada creyente puede tener esta seguridad (1 Juan 5:12, 13).
En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria. Efesios 1:13 y 14. 
¿Qué significa estar sellados con el Espíritu?