lunes, 21 de noviembre de 2016

¿Falto de amor?

Hay personas a las cuales amarlos resulta fácil; siempre hay personas con las que congeniamos y que incluso si nos llevan la contraria en algo o nos lo debaten, es sencillo llegar a un acuerdo con ellas. Pero también hay otras que solo con verlas nuestro cuerpo empieza a tratar de salir a flote.
Como si dijera:
"Mira allí está ése, el que te engañó la otra vez, allí está. Dile en voz alta esas palabras que piensas. Ése es el que te quitó el puesto. Ésa fue la que tentó a tu esposo y te lo quitó, págale mal por mal. Y un largo y casi infinito etcétera."
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Ahora bien, ¿tú entregarías a la justicia a tu hijo o a quien más amas para que pague por lo que alguien te robó? O a alguien que mató a un familiar, ¿tú darías la vida de tu hijo para que en vez de ser ejecutado él, fuera tu hijo? 
No, nunca lo haría, pero entonces nos damos cuenta de cuánto nos amó Dios, que para que Él pudiera escuchar con sus oídos tus oraciones y las mías, envío a su amado Hijo a que recibiera en la cruz todo el peso del pecado. Él, voluntariamente y por amor, decidió recibir toda la ira de Dios, para que tú y yo pudiésemos tener esa relación preciosa con Dios. (Juan 3:16, 1 Juan 2:2). Él nos amó tanto, que no solo se entregó por nosotros sino que incluso nos vio restaurados.
Si estás pasando un momento en el cual no sientes el amor de Dios, un tiempo de sequía,  esos momentos difíciles de soledad en los que parece que el piloto automático está encendido....
... en los cuales todo se reduce a despertarse, orar, trabajar, comer, orar, dormir, pero y ¿el amor?
Posiblemente ya llegaste al punto en el cual solo te quejas e incluso le estás dando el quinto repaso a las quejas. Un tiempo que se volvió un "¡ah, tengo que orar!, o un ¡tengo que ir a la iglesia!" Entonces debes saber algo muy importante para tu vida.

La Buena cosecha

No es preciso ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere una buena semilla, buen abono y riego constante.
También es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada, tirando de ella hacia sí con el riesgo de echarla a perder, y gritándole con todas sus fuerzas: ¡Crece, maldita seas!
Ahora bien, hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes:
Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, al extremo que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas estériles.
Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de solo seis semanas la planta de bambú crece más de 30 metros.
¿Tardó solo seis semanas en crecer?
No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas para desarrollarse.
Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.

¿Puede Dios usarme a mi?

Mucho antes de que usted naciera, Dios diseñó y preparó específicamente buenas obras para que usted las realizara. Esto concuerda con los planes de Él para su vida, y ahora su responsabilidad es descubrirlos y llevarlos a cabo. Ningún cristiano debe sentarse a disfrutar de los beneficios del regalo de la salvación del Señor, y no mover nunca un dedo para servirlo. Usted ha sido comprado con la sangre de Cristo, y ahora le pertenece a Él (1 Pedro 1.17-19).
¿Puede Dios usarme a mi?A pesar de ello, muchos cristianos piensan que servir al Señor es opcional. Pero la Biblia dice: Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2.10). Nuestras características físicas personales, habilidades y caracteres fueron creados con este propósito en mente. Estamos hechos perfectamente para las tareas que el Señor ha querido para nosotros.
Si alguien le ha dicho a usted que no vale nada y que nunca llegará a ser alguien en la vida, debe saber que, a los ojos de Dios, eso no puede estar más lejos de la verdad. Dios lo creó con aptitudes y capacidades para que lo glorifique con lo que hace, y hay una razón para mantener viva la esperanza. No se dé por vencido, no importa cómo haya sido su pasado; con Dios hay siempre un futuro.
Cuando el Señor asigna una tarea, da también su poder para cumplirla (1 Pedro 4.11). Por eso Jesús prometió enviar al Espíritu Santo a sus discípulos (Juan 14.16). El mismo Consolador o Ayudador que les dio el poder para esparcir el evangelio, vive dentro de cada creyente, incluyéndolo a usted. Su deseo es seguir guiándolo en todo momento, dándole la fuerza para que realice cualquier tarea a la cual Dios lo haya llamado. Una vez que usted acepte la dirección del Señor, sus propósitos se harán cada vez más evidentes. Lo único que usted tiene que hacer es obedecerlo y dejar las consecuencias en sus manos.

Nosotros sembramos la semilla y Dios produce la cosecha

Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano. -1 Corintios 15:58
Inline image 1Comúnmente, cuando oímos proverbios chinos (muy dados a ellos), estos suelen provenir de alguna historia. Por ejemplo: «estirar las plantas para que crezcan más rápido» alude a un hombre impaciente de la dinastía Song, que estaba ansioso por ver que sus plantas de arroz crecieran más rápido. Este hombre pensó: voy a estirar cada planta algunos centímetros hacia arriba. Después de un día de trabajo tedioso, recorrió el arrozal para ver qué había pasado. Estaba contento porque parecía que «estaban más altas»… pero la alegría le duró poco. Al día siguiente, las plantas habían empezado a marchitarse porque sus raíces ya no tenían suficiente profundidad.