domingo, 13 de noviembre de 2016

Inclina tu oído

“Hijo mío, está atento a mis palabras; Inclina tu oído a mis razones” Proverbios 4:20

Generalmente, cuando nos dirigimos a Dios en oración expresamos frases de la biblia, como “inclina Señor tu oído a nuestra oración” o “inclina tu oído a mi clamor”, queriendo mostrar así la grandeza de Dios en los cielos y nuestra pequeñez aquí en la tierra, pero leyendo la palabra podemos ver que también El Señor nos dice “inclina tu oído a mis razones”. 

¿Has pensado alguna vez que Dios puede decirnos a nosotros, que somos humanos, que no tenemos grandeza o poder, que inclinemos nuestro oído? Si hay que inclinarlo, ¿es porque está en alto? Seguramente la respuesta es porque en muchos de nosotros, cuando no estamos pasando por tiempos de tribulación o de quebrantamiento, rápidamente nos enorgullecemos, levantamos la vista y nuestra frente se vuelve altiva, a veces ante Dios, otras ante personas que amamos y queremos. Nos sentimos bien, cómodos, invulnerables, independientes, autosuficientes y poco a poco escuchamos menos la voz de Dios,... y nos vamos alejando de Él. Es entonces cuando Dios nos dice INCLINA TU OÍDO A MIS RAZONES, como queriéndonos decir: no te enorgullezcas tanto, humíllate. 

Feliz en la adversidad

Miriam  miró la lista de estudiantes y sintió ganas de llorar cuando no encontró su nombre en la relación de aprobados. Raúl resbaló del andamio; mientras caía siete pisos por el aire solo pensó en su familia y en el bebé que estaba por nacer. Britany leyó el informe médico y tuvo deseos de huir: cáncer es una palabra que no debería estar en el diccionario. Fátima inclinó su cabeza, miró hacia fuera por un breve instante y le preguntó al psicólogo si la discapacidad intelectual de su hijo le permitiría aprender como los demás niños.
adversidadAlgo estalla dentro de ti, y tu alma no está lista para escuchar determinadas noticias: un diagnóstico, el aviso de la hipoteca, la mirada del juez en la corte incrustándose en los ojos de tu hijo adolescente, las mentiras de tu esposo, el anuncio del corte de suministro de agua… Grandes o pequeñas, las tragedias cotidianas tienen el mal gusto de romper tu armonía.
Cuando algo quiebra la voz de la armonía, los miedos más ocultos parecen asomarse y gritar desde el fondo: “¡Peligro! ¡Ten cuidado! ¡Estás en un campo minado!” Lo cierto es que una vida armoniosa requiere ser vista en su totalidad: no puedes pretender vivir en una eterna primavera. Sin el invierno dejarías de vivir el encanto del fuego acogedor, o tus manos no correrían a arropar a tus hijos en esos días helados. Al final, la adversidad es una parte esencial de esta vida.
Piensa un rato, después del aldabonazo del desempleo, empezaste ese curso que venías postergando y hoy es tu fuente de ingresos. Después del diagnóstico empezaste a valorar las cosas más importantes de la vida. Por ello, considera los siguientes puntos:

Buenas obras

La luz encuentra en las buenas obras su resplandor más pleno.
Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee.
Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. 
Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa. 
Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo. 
»No piensen que he venido a anular la ley o los profetas; no he venido a anularlos sino a darles cumplimiento. 
Les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, ni una letra ni una tilde de la ley desaparecerán hasta que todo se haya cumplido. 
Todo el que infrinja uno solo de estos mandamientos, por pequeño que sea, y enseñe a otros a hacer lo mismo, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos; pero el que los practique y enseñe será considerado grande en el reino de los cielos. 

Porque les digo a ustedes, que no van a entrar en el reino de los cielos a menos que su justicia supere a la de los fariseos y de los *maestros de la ley.  Mateo 5:13-20
Resultado de imagen de buenas obras bibliaSobre la identidad del cristiano, Cristo nos enseña: «Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.» La frase nos da una interesante pista acerca de la forma en que podemos dejar que esta luz brille delante de los hombres. Una parte esencial de nuestro llamado es el dedicarnos a las buenas obras. Los mensajes de las Escrituras con respecto a este tema son abrumadores.
Considere algunos de los siguientes pasajes: «Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.» (Efesios 2.10), «presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras.» (Tito 2.7), «quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.» (Tito 2.14) , «Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras.» (Tito 3.8). 
El discípulo debe estar ocupado en las buenas obras que Dios ha preparado para él.
«Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras» (Hebreos 10.24) «manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.» (1 Pedro
 2.12)
La totalidad de estos pasajes, y muchos otros, señalan que el discípulo debe estar ocupado en las buenas obras que Dios ha preparado para él. Estas buenas obras tendrán la misma diversidad que tuvo el ministerio de Jesucristo en la tierra. Lo importante no es la manera específica en que se llevan a cabo estas obras, sino entender que son la manifestación de un deseo profundo de bendecir a los que están a nuestro alrededor, de hacerles bien, porque a nosotros se nos ha hecho bien. No existe en esta actitud el deseo de «enganchar» a las personas para nuestro grupo ni de convertirlos a nuestra... religión. Más bien es el anhelo de revelar que seguimos a un Dios cuyo deleite es bendecir.

Ganando en el corazón

“…Dijo Jesús a sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas !ay de aquel por quien vienen!..” Lucas 17:1
El corazón es un campo de batalla en donde el enemigo quiere ganar. Sabe que algunos que no saben su posición real en Cristo, dejan que el enemigo ataque sus corazones por medio de problemas. Éste es un campo crucial en donde debemos obtener la victoria.
Resultado de imagen de Ganando con el corazón1. ¿Qué importancia tiene nuestro corazón?
  • De él mana la vida.
  • Tan importante es que el enemigo lo quiere. Si permitimos que el enemigo lo llene podemos lastimar a la iglesia y a otras personas. Mateo 12:34Santiago 3:5
  • Vivir en la bendición de Dios o en maldición depende de como este nuestro corazón. Proverbios 28:14
2. ¿Cómo gano en el corazón?
  • Tiene que haber un arrepentimiento (Arrepentimiento - cambio de pensar; mente regenerada). No se puede ganar la batalla del corazón si no se ha ganado la batalla de la mente.
  • Cuidar nuestro corazón - (Proverbios 4:23). Si el enemigo gana el corazón, nos gana la vida.
  • Dejar que reine la paz de Cristo - Colosenses 3:15Juan 14:1.
Conclusión:
La Biblia dice que es imposible evitar que vengan los tropiezos, pero debemos tener un corazón blando y no permitir que se endurezca y se enfríe. Debemos conservar nuestro corazón puro para el Señor. Dios quiere que le entreguemos nuestro corazón entero a Él.