sábado, 5 de noviembre de 2016

Amor de Padre

“Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? Mateo 7:11

“Un hijo te cambia la vida”, me dijo una vez una persona muy querida y, ¡cuánta razón tenía!, porque en verdad tener un hijo cambia totalmente la
 manera de ver la vida. 
Siempre he pensado que el convertirse en padre o madre es como entrar a una escuela del cielo en la tierra, donde aprendemos a amar sin esperar nada a cambio, donde sufrimos y lloramos, donde reímos y gozamos las alegrías, y soportamos las penas de una persona como nosotros, pero por quien podríamos dar la vida misma. 
Cuando nos enfadamos con los hijos decimos muchas cosas, tal vez les reñimos y corregimos, les quitamos privilegios y ponemos en orden las cosas, pero el amor sigue constante y continuo, no cambia ni termina por una acción contraria a lo que nosotros esperábamos; sentimos amor y ternura al verlos y nuestro corazón se siente tranquilo si los vemos seguros. 

En el libro de Mateo, Jesús compara el corazón de un padre con el Padre de los cielos diciendo que si nosotros como humanos, con nuestras debilidades, temores y tropiezos tenemos un corazón amoroso, paciente, dadivoso, bondadoso y esforzado hacia nuestros hijos, cuánto más Dios nos dará buenas cosas a los que se lo pidamos… Piensa hoy por un momento cómo son los ojos con los que nos mira Dios que, mira nuestras luchas y temores, mira nuestros corazones abatidos y algunas veces se incomoda o se entristece con nuestras malas actitudes; nos corrige y zarandea, pero sus ojos de amor siempre son los mismos hacia nosotros. No dudemos nunca de Su inmenso amor y de Su corazón de padre amante que lo ha dado todo por nosotros, hasta su único hijo, ¿qué más podemos pedir?... ¡Cuánto nos ama!

Gracias Padre, por tu corazón de padre hacia nosotros, gracias porque en tu inmenso amor nos comprendes y perdonas, nos miras con ternura y crees en nosotros, nos miras como seremos un día transformados por tu gracia y siendo a tu imagen y semejanza; mientras caminamos y crecemos nos aguardas con paciencia día a día y nos llenas de tu fuerza para seguir adelante. Gracias Señor, por tu amor de padre y por tus ojos de amor iluminando nuestras vidas, ayúdanos a ser hijos e hijas dignos de ti, dignos de tu inmenso amor y tu bondad. Te amo… Amén.


Ex-bruja habla de abuso sexual que sufrió en Halloween

Conocida por su fuerte testimonio de transformación de vida, la ex bruja que aparece actualmente como Beth, ha tratado de compartir algunas de las cosas terribles que experimentó mientras estuvo involucrada con la brujería. Con esto pretende animar a los que se sienten perdidos, como ella se sintió un día, de que si se vuelven a Dios, Él llenará sus vidas con esperanza y amor.
En su blog llamado “El otro lado de la Oscuridad”, Beth habló acerca del juego de los horrores del Día de las Brujas o "Halloween", como ya es bien conocido en muchas partes del mundo.
Dijo que solía estar obsesionada con todo lo relacionado con Halloween, incluyendo vestirse con disfraces de terror. Pero desde que se convirtió en una cristiana, decidió abandonar esas prácticas paganas.
Beth dice que Halloween es un día sagrado para las brujas y los satanistas, y que ella fue obligada a participar en diversos rituales. “Todos los rituales satánicos tienen un propósito principal: alinear a las personas con el reino de la oscuridad, de modo que puedan ser llenados con el mal y se vean inclinados a llevar a cabo las obras del diablo”, dijo.
“El diablo tiene que hacer eso, porque ¿de qué otra manera se puede adquirir poder? Nadie se alinearía abiertamente con el diablo en la oscuridad, si realmente conociese la verdad sobre la bondad de Dios”.

Nadie puede hacerse cristiano

Es Dios quien nos hace cristianos. ¿Pensó usted alguna vez en esto? Cuando meditamos en nosotros mismos, a la luz de las Sagradas Escrituras, llegamos a una conclusión muy profunda:

Podríamos hacernos budistas, hindúes o islámicos. Podríamos convertirnos al judaísmo o al  espiritismo, y hasta algunos podrían optar por hacerse santeros; pero el ser humano nunca podrá por su propia decisión y sus esfuerzos hacerse cristiano.

Porque el hombre no tiene, por sí mismo, ni iniciativa ni modo alguno de hacerse un seguidor auténtico de Dios. Esta iniciativa viene del trono de la gracia y procede del Creador. Es la gracia bendita de Dios, quien en su soberana voluntad, decide alcanzar al infiel corazón del pecador. 

Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. (Juan 3:19).

El hombre muerto en delitos y pecados, (Efesios 2:1-5) está totalmente incapacitado para amar a Dios antes que a las tinieblas. Dios, y solo Dios, es quien puede generar en el corazón del pecador una inclinación hacia Él.
Ser cristiano no es seguir una serie de rituales, asistir a la iglesia, hacer ciertas cosas y abstenerse de otras. Convertirse en cristiano es tener una relación personal con Jesucristo. Dicha relación es dada a través de la fe, y en este misterio de relación con Dios y de fe, hay dos verdades eternas:

1) Amamos a Dios, porque él nos amó primero. (1 Juan 4:19).

2) Tenemos salvación porque Él nos la dio, a través de la fe en Él. (Efesios 2:8).

¿Quién es el Espíritu Santo?

Resultado de imagen de ¿Quién es el Espíritu Santo?Hay muchos conceptos erróneos sobre la identidad del Espíritu Santo. Algunos ven al Espíritu Santo como una fuerza mística. Otros entienden al Espíritu Santo como el poder impersonal que Dios pone a disposición de los seguidores de Cristo. Pero, ¿qué dice la Biblia de la identidad del Espíritu Santo? Dicho de una manera sencilla, la Biblia dice que el Espíritu Santo es Dios. La Biblia también nos dice que el Espíritu Santo es una Persona, un Ser con una mente, emociones y una voluntad.

El hecho de que el Espíritu Santo es Dios, está reflejado claramente en muchas partes de las Escrituras, incluyendo Hechos 5:3-4. En este versículo, Pedro confronta a Ananías por haber mentido al Espíritu Santo, y le dice que él “no había mentido a los hombres sino a Dios”. Es una clara declaración de que mentir al Espíritu Santo es mentir a Dios. También podemos saber que el Espíritu Santo es Dios porque posee los atributos o características de Dios. Por ejemplo, el hecho de que el Espíritu Santo es omnipresente, lo vemos en Salmos 139:7-8 “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás”. Luego, en 1ª Corintios 2:10-11 vemos la característica de la omnisciencia del Espíritu Santo. “Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aún lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.”

Reconocemos que el Espíritu Santo es en verdad una Persona, porque posee una mente, emociones y una voluntad. El Espíritu Santo piensa y sabe (1ª Corintios 2:10). El Espíritu Santo puede ser afligido (Efesios 4:30). El Espíritu intercede por nosotros (Romanos 8:26-27). El Espíritu Santo toma decisiones de acuerdo con Su voluntad (1ª Corintios 12:7-11). El Espíritu Santo es Dios, la tercera “Persona” de la Trinidad. Como Dios, el Espíritu Santo puede funcionar verdaderamente como Consejero y Consolador, tal como lo prometió Jesús. (Juan 14:162615:26).