miércoles, 28 de septiembre de 2016

El impacto de la fe

No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Isaías 43:1
Habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo. Efesios 1:13

"Me crié en una familia cristiana hasta los 18 años, y luego viví como me parecía con un aparente éxito. Pero nada podía colmar el vacío que había en lo profundo de mi corazón… 
Un día, en el año 1995, sola en mi habitación en un país africano, estaba leyendo la parábola del evangelio en donde Cristo explica que varios siervos recibieron una cantidad de dinero (los talentos), que debían hacer producir para su maestro (Mateo 25:14-30). Uno de ellos escondió su talento en la tierra, y más tarde tuvo que reconocer que no había producido nada. De repente, una voz interior me dijo: ¿Qué has hecho con ese único talento? Ese tesoro que tienes en tus manos, que tus padres te enseñaron, ¿qué hiciste con él? Entonces el miedo me embargó, pensé que yo también, como el siervo de la parábola, ¡iba a ser echada fuera, en la noche, lejos de Dios!

Desalentada, buscaba una respuesta… ¡Me sentía perdida!
Entonces tuve la impresión de que alguien me ponía un sello en el corazón, similar al que antiguamente se utilizaba para estampillar una carta con un sello de cera. Me había sucedido algo nuevo, ya no me pertenecía a mí misma, pues alguien me había sellado. Sentía dolor, pero al mismo tiempo experimentaba un gozo inexplicable. Caí de rodillas, llorando, y al fin pude decir: «¡Señor Jesús!». Todo mi triste pasado desfilaba ante mí, pero glorificaba a Dios por haberme liberado y aceptado tal como era. Sentí que se me quitaba un peso inmenso y me sentí libre como un pájaro. ¡Desde ese día vivo con el Señor!"

El arco iris

En la tierra de Génesis, capítulo 2, no había llovido aún. No obstante, el exceso de lluvia de los días de Noé (Génesis cap. 6) sirvió para destruir hombres, bestias y aves de los cielos sobre la faz de la tierra. Cuando hubo terminado el diluvio (Génesis 9:13-15), el Señor puso en los cielos su señal para Noé y las generaciones venideras, el arco iris.
Una gran parte de mi vida he vivido en la ciudad o cerca de ella, de manera que ver un arco iris se hace más difícil que en el campo. Sin embargo, recuerdo con alegría y entusiasmo, esos célebres momentos de mi niñez en los que en plena ciudad se podía divisar un gigantesco y nítido arco iris en el cielo.
el-arcoiris“Todos quieren felicidad sin dolor, pero no se puede tener un arco iris sin un poco de lluvia.” (Mario Benedetti)
Pero invariablemente, el bello espectáculo del arco iris pintado en el cielo por el Gran Maestro, es precedido por un tiempo de lluvia. ¡Cómo odiaba la lluvia! Había que permanecer en casa, "resguardadito”, hasta que pasara para poder salir a jugar.
Cuando crecí, aprendí que esos tiempos de lluvia eran tan necesarios para la salud, la tierra, plantas y animales, como lo es un día soleado.
“La lluvia es también dádiva de Dios; nada llovió hasta que Dios hizo llover. Aunque Dios obra usando medios, cuando le agrada puede, no obstante, hacer su obra sin valerse de ellos; y nosotros no hemos de tentar a Dios descuidando los medios, debemos confiar en Él tanto en el uso como en la falta de medios. De una u otra manera Dios regará las plantas de su plantío.” (Matthew Henry)

Palabras para el cansado

Dios el Señor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado. Isaías 50;4
Resultado de imagen de Palabras para el cansadoPocos días después de la muerte de su madre, C.S. Lewis, que tenía 30 años de edad, recibió una carta de una mujer que había cuidado a su madre durante su enfermedad, hacía más de dos décadas. La mujer ofreció sus condolencias por la pérdida, y se preguntaba si él se acordaba de ella. "Mi querida enfermera Davison, contestó Lewis. ¿Recordarla? ¡Cómo no hacerlo!"
Lewis recordó lo mucho que su presencia en su casa había significado para él, así como para su hermano y su padre en un momento difícil. Le dio las gracias por sus palabras de pésame, y agregó: "Es verdaderamente reconfortante evocar esos días del pasado. El tiempo que usted estuvo con mi madre me parecía muy largo, como a un niño, pero usted se convirtió en parte del hogar".
Cuando luchamos con las circunstancias de la vida, una palabra de aliento de los demás puede levantar nuestro espíritu y nuestros ojos al Señor. Isaías, el profeta del Antiguo Testamento, escribió: Dios el Señor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado (50:4). Cuando miramos al Señor, Él ofrece palabras de esperanza y luz en la oscuridad.

Padre Celestial, ayúdame a escuchar tus palabras de esperanza hoy. Y ayúdame a expresarlas a los demás para que las guíen a ti.
Las palabras compasivas pueden alentar a un corazón triste.

Llamados a cambiar la historia

Juan 1:9-13
La vida verdadera está personificada en Cristo. Su vida es la luz de todo el mundo; la verdad, el propósito y el poder de Dios están a disposición de los hombres por medio de Cristo.
Esta maravillosa luz de Cristo resplandece en un mundo malvado y pecador, dominado por Satanás. Y hemos sido alumbrados con esa luz al haber oído el evangelio, y al haberlo aceptado podemos ver la verdad claramente.
Resultado de imagen de Llamados a cambiar la historiaI. A LO SUYO VINO… (verso 11)
a) El Dios eterno se hizo hombre. (Filipenses 2:5-9)
La humanidad y lo divino se unieron en Cristo. Humildemente, Jesús entró en la vida y el ambiente humano con todas las limitaciones del género humano.
b) Salvos por su vida. (Romanos 5:6,8,10)
Nuestra salvación depende de la sangre y resurrección de Cristo, por medio de las cuales hemos recibido perdón y la reconciliación con Dios.
II. DEBEMOS TENER ESE MISMO SENTIR. (Filipenses 2:5-7)
a) La humildad de Cristo. (Filipenses 2;6)
Esta humildad es la que debemos tener aquellos que nos llamamos “sus seguidores”. Él nos llama a vivir con sacrificio y abnegación (renuncia-desinterés), preocupados por los demás y a velar por sus intereses.
b) Tomar la forma de siervos. (Filipenses 2;7)
Despojarnos de nosotros mismos, aceptar todo por la causa de Cristo: sufrimientos, incomprensión, humillaciones, maltratos, odio, y hasta la muerte.