sábado, 27 de agosto de 2016

La Palabra es real

300 biblia“Lo mismo sucede con mi palabra. La envío y siempre produce fruto; logrará todo lo que yo quiero, y prosperará en todos los lugares donde yo la envíe.” Isaías 55:11 (NTV)
Para cada ocasión de la vida está la Palabra de DIOS que es real. Y esto no cambia. Cuando conocí a DIOS y la carga de mis pecados me abrumaba, descubrí que la Palabra decía que su Hijo Jesucristo pagó el castigo que yo merecía, para darme un nuevo comienzo sin culpa (Isaías 53:4-5, 1 Pedro 1:3-5, Hebreos 10:22).
Después de ser salvo, mi cuerpo y mi mente aún estaban afectados por mi antigua manera de vivir. Pero el Todopoderoso por medio de Su santo Espíritu y la Palabra me vivificó. A pesar de tener los pronósticos en contra, la Palabra hizo su milagro en mí. Se llevó las llamas que ardían en mi cuerpo y trajo vida a mis huesos secos (Isaías 43:2-5, Ezequiel 37). El SEÑOR me restauró y me ayudó a tener una salud totalmente normal.

El haya y la ardilla

¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. Con todo mi corazón te he buscado; no me dejes desviarme de tus mandamientos. En mi corazón he guardado tus dichos. Salmo 119:9-11
Me regocijo en tu palabra como el que halla muchos despojos. Salmo 119:162
La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros. Colosenses 3:16
ardilla_roja
Mientras estaba sentado bajo un haya de gran tamaño, admiraba ese espléndido árbol entre todos los demás y me decía: la ardilla, pequeño animal muy vivo y ligero, aprecia este árbol aún más que yo. La veo saltar de rama en rama, y seguramente quiere mucho a este viejo árbol porque en alguno de sus huecos tiene su casa, las ramas le sirven de protección y el fruto de alimento. Vive del árbol, él es toda su vida: su despensa, su casa. En cambio yo tengo mi casa y mi comida en otro sitio.
Podríamos imitar a las ardillas con respecto a la Palabra de Dios, permaneciendo y viviendo de ella. Ejercitemos nuestras mentes saltando de una a otra de sus ramas, refugiémonos en ella, y hagamos de ella lo más precioso del mundo para nuestra alma. Sacaremos gran provecho si ella se convierte en nuestra armadura, nuestro reposo y nuestra delicia.
Con esta comparación muy llamativa, el predicador inglés Charles Spurgeon (1834-1892) subrayó la importancia que tiene para el cristiano permanecer en “la Palabra”. Para ello, leámosla más y más, memoricemos sus enseñanzas, sus promesas y sus advertencias para luchar contra la duda, la tentación y el desánimo. Cuanto más almacenemos esta Palabra en el granero de nuestras mentes, tanto más podremos vivirla y hacerla viva para otros.

¿Qué pasó en la cruz del Calvario?

Si creyéramos todo lo que pasó, descansáramos en lo que sucedió y viviéramos lo que allí aconteció, seríamos cristianos totalmente diferentes. Pero en nuestras mentes y corazones no ha sido totalmente cifrado el verdadero significado de la cruz de Cristo.
Ya se predica poco de la cruz y de la historia de la crucifixión; pero realmente el centro de la fe cristiana es la cruz de Jesús ¿Verdaderamente creemos esta verdad? ¿Descansamos en el hecho de la redención y lo vivimos?
En nuestra manera errónea de pensar, nuestros pecados, faltas y culpas están aún a flor de piel. Satanás nos los echa en cara muy a menudo y no sabemos cómo responder al príncipe de las tinieblas.
Cristo es suficienteSe ha predicado tanto el evangelio al revés, que la gente se pregunta: ¿Cuánto debo hacer para ser salvo?, y es triste pensar que la mentalidad de miles de creyentes que asisten a las iglesias evangélicas en el mundo, están centradas en: ¿Cómo debo comportarme para ser salvo? y ¿qué cosas debo hacer para ir al cielo?, porque no han captado el mensaje de la gracia divina: Las Buenas Nuevas de Salvación.
Pero el sacrificio de Cristo Jesús en la cruz es suficiente para limpiarnos totalmente de toda maldad. (Hechos 16:31). Cuando el cristiano solo está haciendo cosas para alcanzar la justicia de Dios, es entonces cuando el cristianismo se hace una carga pesada sobre los hombros de los creyentes.
¡Qué gran blasfemia es ésta!, porque se ocupan de añadir cosas al santo sacrificio del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. (Juan 1:29)
Si comenzáramos de verdad a entender el verdadero mensaje de la Cruz del Calvario, estaríamos vislumbrando el gran misterio de la redención de Dios al hombre. El cristianismo no sería más un cúmulo de cosas para hacer, sino que es la maravillosa noticia celestial de lo que Cristo ha hecho por nosotros.

Cuando Dios habla

Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido. (1 Corintios 2:12).
Hace poco, mi yerno le explicaba a mi nieta que podemos hablar con Dios y que Él se comunica con nosotros. Cuando le dijo que, a veces, Dios nos habla a través de la Biblia, ella respondió sin vacilar: Bueno, a mí nunca me dijo nada, jamás le escuché.
Probablemente casi todos estemos de acuerdo con mi nieta, si pensamos que Dios se comunica con nosotros mediante una voz audible que nos dice: Vende tu casa y vete a cuidar huérfanos en un país lejano. En realidad, decir que Dios "habla" es algo muy diferente; le "oímos" al leer la Escritura.
La Biblia explica que Dios nos ha hablado por el Hijo, Jesús, el cual es el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia (Hebreos 1:2-3). La Escritura nos muestra cómo encontrar la salvación en Jesús y vivir de una manera que le agrade (2 Timoteo 3:14-17). Además, tenemos al Espíritu Santo. En 1 Corintios 2:12, leemos que el Espíritu se nos dio para que sepamos lo que Dios nos ha concedido.
¿Cuánto hace que no escuchas a Dios? Habla con Él y escucha al Espíritu, quien nos revela a Jesús mediante su Palabra. Sintoniza tu oído a las cosas maravillosas que el Señor quiere decirte.
Señor, háblame. Ayúdame a entender el mensaje de la Escritura, las lecciones de Jesús y los impulsos del Espíritu.
Dios habla a través de su Palabra cuando dedicamos tiempo a escuchar.