lunes, 27 de junio de 2016

El Nilo Azul y el Nilo Blanco

EL Nilo Azul es un río de corriente muy rápida que obtiene mucha de su energía de las montañas por las que desciende. Transporta hacia el lejano delta del Nilo mucha de la riqueza del suelo lodoso por el que atraviesa.
Se junta con el Nilo Blanco, un río mucho más lento que atraviesa las llanuras. El Nilo Blanco es un río claro en comparación con el Azul.
Una vez que se unen en el mismo lecho del río, mantienen sus rangos distintivos por muchísimos kilómetros.
Desde el aire se pueden apreciar las aguas lodosas del Nilo Azul y las aguas claras del Nilo Blanco. Están separados aunque unidos.
No obstante, mientras más tiempo comparten el mismo lecho del río, más se entremezclan sus corrientes hasta que los dos ríos se convierten en un curso de agua potente y lleno de vida.
Cuando los tiempos difíciles golpeen su matrimonio o surjan desacuerdos, tomen la decisión de trabajar juntos antes que permitir que se hagan pedazos, por lo que quizá sean solo situaciones temporales o diferencias con solución.  ¡Decidan fluir juntos!
No todo en el matrimonio es soleado, pero dos personas pueden compartir un paraguas si están bien juntas.
Eclesiastés 4:11
Si dos se acuestan juntos, entrarán en calor; uno solo ¿cómo va a calentarse?

Una hoja en blanco

Hoy, mientras tenía una hoja en blanco en mi ordenador esperando que llegaran las palabras para saber qué escribir, pensaba en que hay muchas cosas sobre las que la gente habla, todo lo que hacen, sueñan, esperan, véase pensamientos, sentimientos y las muchas cosas pendientes por hacer; pero es necesario tener una hoja nueva donde puedan exponerse cada uno de ellos.
hoja en blancoEn una hoja donde hay mucho escrito difícilmente habrá lugar para agregar cosas. Una hoja llena no tiene suficiente espacio para cosas nuevas, porque ya está siendo ocupada por lo que ya ha sucedido, y algo similar pasa con nuestra vida.
Cada mañana tienes una hoja en blanco lista para usar, para llenar de sueños, deseos, vivencias y todo lo que quieras y te sea posible hacer. La hoja de ayer no cuenta porque ya pasó, ella ya se llevó lo mucho o poco que le tocó llevarse, y la hoja de mañana aún no está lista porque no puedes vivir mañana sin haber terminado hoy, sin el “hoy” no hay “mañana”.
Tú estás justo en la hoja del presente, la que está en blanco, en la que puedes cambiar, borrar, agregar y hacer todo lo que desees, puedes verla como una simple hoja vacía o como una gran oportunidad para poder actuar y escribir algo nuevo para tu vida.

El Poder del Espiritu Santo

Sin duda muchos cristianos nos preguntamos: ¿Por qué necesito el conocimiento y el poder del Espíritu Santo en mi vida? Tengamos poco o mucho tiempo de creyentes en Jesús de Nazaret como nuestro Salvador y Señor, todos necesitamos la sabiduría, el poder y la dirección del Espíritu Santo para vivir conforme a la nueva vida que hoy tenemos por Él.
En la palabra de Dios, la Biblia, que es nuestra norma de fe y conducta, encontramos varias razones, entre ellas las siguientes:
1. El Espíritu Santo enseña, guía y capacita a vivir según la verdad espiritual que Jesucristo enseñó.
San Juan cita las palabras de su Maestro: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Juan 14.26; 16.13).

2. 
El Espíritu Santo glorifica a nuestro Salvador; constantemente honra, exalta y celebra lo que Jesucristo ha hecho y hace por nuestra salvación y santificación.
Jesús mismo afirma: “El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber” (Juan 16.14).

3. 
Cumple con la tarea de proclamar la buena noticia de que Jesús de Nazaret es el único Salvador y Señor del universo, comenzando por nuestra familia, amistades, vecindarios, hasta llegar a todo rincón del mundo. Necesitamos el poder y la habilidad que el Espíritu Santo genera.
El Señor dijo a sus discípulos: “…recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1.8).
4. Después de ser adoptados como hijos de Dios por la fe en Jesucristo, Dios envía el Espíritu Santo a nuestro corazón para confirmar que somos sus hijos, herederos y coherederos con Cristo de su reino (Romanos 8.15-17).
Después de esta experiencia personal tenemos la libertad, la seguridad y la plena confianza de dirigirnos a Dios como nuestro querido Padre, igual que su Hijo unigénito, manifestando obediencia a su voluntad (Marcos 14.36).

Éste es el camino

No importa lo que le haya ocurrido en su vida, aunque haya sido abandonado por su cónyuge, abusado por sus padres o herido por sus hijos o por otros, pues si permanece en el camino angosto, como Dios le indica, y deja atrás todo el exceso de equipaje carnal, encontrará la paz, el gozo y la satisfacción que busca. Mientras atraviesa este proceso, puede hallar consuelo y guía en la promesa de Dios de Isaías 30:21. Entonces tus oídos oirán detrás de ti la palabra que diga: Éste es el camino, andad por él y no echéis a la mano derecha, ni tampoco os desviéis a la mano izquierda. 
Jesús es el Camino, y nos ha mostrado el camino en el que debemos andar. El Señor ha enviado sobre nosotros su Espíritu Santo para conducirnos y guiarnos en la senda por la que debemos transitar, el camino angosto que lleva a la vida y no el ancho que conduce a la destrucción. Suceda lo que suceda, debemos seguir caminando en los caminos del Señor. Gálatas 6:9 nos anima: “No nos cansemos de hacer el bien, porque, a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos”. La Biblia no promete que cuando hagamos el bien recibiremos las recompensas de inmediato, pero sí nos asegura que si seguimos haciendo el bien, finalmente seremos recompensados.