lunes, 23 de mayo de 2016

La Parábola Del Lego

La vida sería menos complicada si cada uno de nosotros recibiera su juego de Lego al nacer. Sí, me doy cuenta de que habría un riesgo de asfixia para los niños menores de tres años, pero podemos aprender mucho de los Legos. He aprendido que:
Hay fortaleza en los números; cuando los ladrillos se juntan se pueden lograr grandes cosas. El desastre puede ocurrir, pero las piezas pueden ser juntadas de nuevo.
Cada ladrillo tiene un propósito; algunos son hechos para un lugar específico. La mayoría encaja en casi cualquier lugar, pero todos tienen un sitio específico.
El tiempo de juego es importante; a veces no importa qué construimos mientras nos divirtamos.
No importa el color; un ladrillo azul encaja en el mismo lugar que uno rojo.
El tamaño no importa; cuando los pisamos en la oscuridad, un ladrillo de 2 x 2 causa el mismo dolor que uno de 2 x 8.
Ninguno es indispensable; si un ladrillo no está disponible, otro puede tomar su lugar.
Todos los hombres Lego son creados igual (1,5625 pulgadas de alto); lo que llegan a ser está limitado únicamente a la imaginación.
Aunque no siempre se obtiene lo planeado; bueno, a veces se saca algo mejor. Y si no fuese así, podemos intentarlo de nuevo.

Haz tuyo tu verdadero nombre

Pero ahora, así dice el Señor, el que te creó, Jacob, el que te formó, Israel: No temas, que yo te he redimido; te he llamado por tu nombre; tú eres mío.”
Isaías 43:1 (Nueva Versión Internacional)

En esta profecía el SEÑOR llama a volver a Israel. Después de haber estado en el exilio, Su Creador y Redentor pronunció su verdadero nombre, Israel. No le llamó pueblo cautivo, vergüenza o remanente, sino por su verdadero nombre. Dios no miró el pecado que había cometido este pueblo, sino que miró a Su preciada posesión, a Israel.
De igual manera, cuando Dios llama a uno de Sus hijos para que vuelva a Su lado, Él le llama por su verdadero nombre. A aquel que el mundo llamaba pandillero Dios le llama misionero. El que era conocido por ladrón Dios le llama justo. La mujer que antes vendía su cuerpo es llamada por Dios "niña de mis ojos".
Cuando Jacob peleó con el ángel, el mundo veía a un engañador como el significado de ese nombre, pero Dios vio a Israel el patriarca. Cuando Jesús llamó a Saulo de Tarso, la gente veía al perseguidor de cristianos, pero Jesús vio a Pablo, el mayor escritor del Nuevo Testamento. De igual manera, Simón era a los ojos de los hombres alguien que echaba redes, pero Jesús vio en él a Pedro el pescador de hombres.

Por el valle de sombra

Nuestro caminar por este mundo está caracterizado por lo temporal y pasajero. Si las fuerzas nos ayudan podemos vivir setenta años, incluso llegar a los ochenta; pero no tiene sentido que vivamos tanto tiempo: esta vida de angustias y problemas pasa pronto, lo mismo que nosotros. Salmo 90:10 (TLA)
Algunas veces sentimos que vamos cuesta arriba y otras hacia abajo. Si nos dieran a escoger, tomaríamos ir hacia abajo pues nos costaría menos esfuerzo poder avanzar. Sin embargo, las cosas no siempre suceden como uno desea, y tendremos que bregar cuesta arriba muchas veces en el camino de la vida.
En ocasiones nuestros días son placenteros, metafóricamente hablando, soleados y hermosos, todo lo que nos proponemos se logra, no hay enfermedades, y si las hay no son graves. Nuestra economía está estable, las relaciones familiares casi son festivas y agradables. Nuestros hijos son buenos y brillantes en la escuela, tienen buenas amistades, casi todo suena a melodía hermosa con violines y cuerdas, aroma a flores, pájaros cantando con su trinar, etc.
Pero de repente, ese día claro y soleado se convierte en un día nublado y frío, otras veces en desértico y seco, o con fuertes vientos que azotan nuestra vida. Es cuando sin esperarlo, nos quedamos sin empleo, comenzamos a carecer de cosas que antes teníamos, hay enfermedades graves con personas queridas en el hospital, incluso llega la muerte a rondar a nuestro alrededor, nos llueve sobre mojado, en fin, parece que nunca pasará la tormenta.

¿Qué significa que Jesús es el Hijo del Hombre?

Jesús es llamado el “Hijo del Hombre” 88 veces en el Nuevo Testamento. ¿Qué significa eso? ¿Acaso no dice la Biblia que Jesús era Hijo de Dios? ¿Cómo puede ser Jesús también Hijo del Hombre? El primer significado de la frase “El Hijo del Hombre”, es en referencia a la profecía de Daniel 7:13-14 “Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un Hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de Él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; Su dominio es dominio eterno, que nunca pasará y Su reino uno que no será destruido.” La descripción “Hijo de Hombre” era un título Mesiánico. Jesús es Aquel a quien le fue dado dominio, gloria, y reino. Cuando Jesús usaba esta frase en relación a Sí mismo, Él se estaba adjudicando la profecía del “Hijo del Hombre” a Él mismo. Los judíos de esa época, debieron haber estado íntimamente familiarizados con la frase y a quién se hacía referencia. Él estaba proclamándose como el Mesías.