domingo, 10 de abril de 2016

Evangelizando al mundo sin Cristo

Jerusalén era un hervidero de personas. El sol quemaba los rostros de los transeúntes que sin pedir permiso se abrían paso. El río humano iba y venía, no tenía una dirección determinada. A los costados, en las casas de barro y madera, se amontonaban los vendedores. Ofrecían una variada gama de productos. Generalmente, eran comidas para el viaje. Decenas de parroquianos regresarían esa misma tarde, después de los servicios de adoración a Dios, a sus respectivas provincias.
El hombre abordó el carruaje. No prestó atención a un comerciante que le ofrecía telas a muy buen precio. “Estoy afanado”, se limitó a decirle mientras le apartaba con cortesía. “Vamos”, ordenó a quienes guiaban el ostentoso vehículo de tracción animal. Le quedaba un largo viaje, de varios días, hasta llegar a su destino final: Etiopía, en África. Allí servía a la reina de Candace.

Vivir

Vivir, es vibrar cada instante, ante la emoción de percibir la maravilla de la creación de Dios que nos rodea.
Vivir, es entender que cada minuto que transcurre no volverá.
Vivir, es saber dar lo mejor de nosotros, es vibrar con la bondad y llevar a su máxima expresión nuestra capacidad de ser.
Vivir, es aprender más cada día, es gozar los momentos bellos y desafiarse a sí mismo ante las adversidades.
Vivir, es amar intensamente a través de una caricia, es escuchar en silencio la palabra del ser amado, es perdonar una ofensa, es sentir la presencia del otro, es besar con amor a quien nos ama.
Vivir, es contemplar apaciblemente la alegría de un niño, escuchar al adolescente aceptando sus inquietudes sin protestar, acompañar con gratitud la ancianidad en su soledad.
Vivir, es comprender al amigo ante la adversidad y tener la capacidad de regocijarse ante sus triunfos y realización.
Vivir es sentir que nuestro existir no fue vano, y en la medida en que nos atrevamos a dar lo mejor de nosotros en cada momento, logremos manifestar la grandeza de nuestra alma para amar.
Vivir es vibrar y sentir, es amar y gozar, es observar y superar, es dar y aceptar, es comprender que nuestro tiempo es lo único que poseemos para realizar plenamente nuestro ser.
Vivir es aprender a convivir con el otro respetando su persona como obra de Dios. Vivir es mirar a Dios con el corazón abierto reconociéndolo como Señor y Rey.
Tened sumo cuidado, por vuestra vida, de amar al SEÑOR vuestro Dios. Josué 23:11
Por lo cual yo también lo he dedicado al SEÑOR; todos los días de su vida estará dedicado al SEÑOR. Y adoró allí al SEÑOR. 1 Samuel 1:28
 

¿Los Bienes Espirituales o los Bienes Materiales?

La gente siempre va a tener el deseo de prosperar, y la voluntad de Dios es que sus hijos no pasen penurias, no he visto justo desamparado, ni a su descendencia que mendigue pan”, dijo el salmista David. Salmos 37.25
question231456Es lícito tener como propósito en la vida, el prodigarse de bienes que permitan a la familia una mayor comodidad. Lo que no es lícito es tener el corazón puesto en esos bienes, al extremo de envidiar a los que los tienen.
Se cuenta la historia de un rey de la India, que era religioso y muy rico, y que sin embargo demostraba un absoluto desinterés por los bienes materiales, a pesar de tenerlos en abundancia. Cierto día, uno de sus súbditos quiso preguntarle al soberano el secreto de su gran fortuna. 
- Majestad, ¿Cómo puede mantener su vida espiritual en medio de tanta riqueza?
- Te lo revelaré si recorres todo el palacio para que comprendas la magnitud de mi riqueza, pero llevarás una vela encendida; si se apaga serás decapitado. Al término del paseo, el monarca preguntó:  
- ¿Qué piensas de mis riquezas?
- Prácticamente no observé nada, todo el tiempo me preocupé de que la vela no se apagara.
- Ese es mi secreto. Vivo tan preocupado de mi vida interior, que las riquezas no son mi prioridad.

¿Los bienes espirituales o los bienes materiales?

Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; no me des pobreza ni riqueza; susténtame del pan necesario. Proverbios 30:8
No confiéis en la violencia, ni en la rapiña os envanezcáis; si se aumentan las riquezas, no pongáis el corazón en ellas. Salmos 62:10
A los ricos de este mundo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. 1a de Timoteo 6:17.
Uno de los grandes problemas del hijo e hija de Dios, es vivir sufriendo carencias materiales. A muchos les cuesta creer en la provisión del Señor en esta área de sus vidas, y se enfrascan en una contienda consigo mismos, entre la revelación de la Palabra que les señala confiar en las dádivas de Dios, y aquella que los presiona para dedicar más horas al trabajo para ganar más dinero. 
Recuerde que la Biblia enseña claramente y sin discusión que el que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. Efesios 4:28. La voluntad del Señor siempre ha sido que sus hijos no pasen necesidades materiales, y para ello se ha provisto de hijos e hijas que trabajan, para que una parte de sus ganancias sean destinadas a los hermanos que no tienen suficiente; esto se logra mediante el amor al prójimo. 
El monarca de la historia, acertadamente, enseñó a su súbdito que los bienes materiales no deben ser la razón para vivir. Dios tiene suficientes riquezas para compartir con aquellos que de corazón lo buscan. 


Un comentario no va a acabar conmigo

Un comentario no va a acabar conmigo, es una afirmación para aquel desanimado que ha escuchado que no es bueno en cierta área, para quien ha sufrido las duras críticas de personas que no han visto el esfuerzo y entusiasmo que pone en las cosas, o para todos los que han vivido escuchando a gente negativa que no aporta ningún tipo de crecimiento hacia ellos.
comentariosComentarios positivos y negativos siempre vamos a escuchar, y aunque queramos evitar algunos, la mayoría de las veces es imposible. Sin embargo, somos nosotros y nadie más que nosotros quienes decidimos si los creemos o no, y si permitimos que nos causen daño, vengan de quien vengan.
Puede que los comentarios que en los últimos días hayas recibido ante lo que haces, sean todos negativos. Tu esfuerzo puede haber sido mucho, pero poco el valor que le dieron a lo que hiciste, y puede que las personas más cercanas a ti sean las que los hayan dicho; pero a pesar de todo lo que escuchaste, eres tú quien toma la decisión de creerlos o no, de hacerlos parte de lo que piensas de ti mismo, o simplemente ignorarlos y tomarlos solo como una crítica constructiva.
Algunas personas suelen ser duras en el momento de dar una opinión sobre ciertas cosas, y puede que no se den cuenta de que lastiman con sus comentarios; hay otras que conscientemente critican y lanzan comentarios dolorosos. Estos son dos tipos de personas que actúan como piedrecitas en el camino, o quizá hasta lleguen a ser motivos de tropiezo, pero nunca serán causa real de tu caída siempre y cuando tengas claros tus propósitos y los de Dios, tus motivos y los motivos que Dios tuvo para colocarte en el lugar en que te encuentras o en la actividad que desarrollas.