jueves, 7 de abril de 2016

Montaña Rusa

La montaña rusa es una de las mayores atracciones mecánicas de los parques de atracciones, la cual proporciona adrenalina y diferentes emociones. Está conformada por unos rieles que constituyen una vía por donde van los vagones, como una travesía por una montaña donde se viven altos y bajos.
montaña rusaLa vida es como una montaña rusa de emociones, en la que hay momentos de felicidad y euforia, momentos de angustia y desasosiego, momentos de risas y llantos, y también hay valentía y miedo. Hay instantes en los que estamos en la cima, y en otros nos encontramos en el abismo, etapas de máxima velocidad y etapas de calma. También podemos notar que las montañas rusas siempre tienen el mismo recorrido, es como un círculo vicioso que no nos lleva a ningún lugar específico.
Hay que tener claro que la vida debemos vivirla al máximo y se debe pasar por cada una de las circunstancias negativas, de las cuales aprendemos mucho pues traen experiencias a nuestra vida, y éstas nos ayudan a no cometer los mismos errores.
Lo que no se debe es buscar emociones y experiencias en el lugar equivocado, y más si se trata de momentos fugaces que no nos llevarán a ningún lado. Se trata de no repetir lo mismo, sin entender realmente que nos estamos jugando nuestra vida y nuestro futuro. Empero, buscamos la luz de la felicidad personal en vicios, en cosas materiales y pasajeras que nos dejan igual o peor de lo que estábamos antes.

El propósito de nuestra vida

Pensemos en el siguiente relato comparativo: Alejandro (el Grande) y Jesús (el Hijo del Carpintero). Ambos murieron a la edad de 33 años. Alejandro vivió y murió para sí mismo, Jesús vivió y murió por ti y por mí. Alejandro, un griego, murió en un trono, Jesús, un judío, murió en una cruz. La vida de Alejandro consistía en dirigir numerosos ejércitos, conquistó 10 ciudades para sí mismo. Jesús en cambio, tenía solo 12 discípulos y a veces andaba solo. Alejandro ensangrentó el mundo con sus conquistas, Jesús dio su propia sangre. Alejandro murió en Babilonia, Jesús en el Calvario. Alejandro ganó todo para sí, Jesús se dio a sí mismo. Alejandro esclavizó a muchos hombres, Jesús los liberó.
¿Verdad que el propósito de la vida de Alejandro y el propósito de la vida de Jesús fueron diferentes? ¿Tiene usted algún propósito definido en su vida? Es alarmante saber que la mayoría de los seres humanos no conocen cuál es el propósito principal de su vida, pero hagamos un rápido análisis del porqué.
Después de ser creados el hombre y la mujer, Dios les dio a escoger si comer del árbol de la vida o si comer del árbol de la ciencia del bien y del mal, pero para esto se llevó a cabo una tentación. Observamos en Génesis 3:1 que el tentador era muy astuto, nos muestra su astucia cuando pregunta, ¿Conque Dios os ha dicho que no comáis de ningún árbol del huerto? Más tarde, aquella astucia va tomando fuerza, y se nos muestra en los versículos 4 y 5, cuando el tentador afirma a Eva que no morirá, sus palabras fueron: “Sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal”.

El amor NO es…

“El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso” (1 Corintios 13:4, NVI).
La envida pone fin a las relaciones. La jactancia crea distancia. El orgullo hiere. Todas estas cosas son atributos que no describen al amor pero que lamentablemente, muchas veces caracterizan las relaciones humanas.
el amor es sencilloSe le atribuye a Shakespeare haber hecho célebre la frase que une a la envidia con un monstruo. De cualquier manera, con algo sí estaremos siempre de acuerdo: la envidia es un monstruo que destruye y carcome, que acaba las relaciones y enferma a sus víctimas.
La palabra original en griego, que al español se tradujo como envidioso en ese pasaje, es zeloo y puede significar varias cosas, entre ellas: Hervir de envidia, odio, ira; envidiar; rivalidad polémica y envidiosa; celos.
Por eso algunas versiones dicen en lugar de “el amor no es envidioso”, “el amor no es celoso”. En realidad, las dos cosas pueden manifestarse en una relación: la envidia y los celos. La envidia separa a los esposos que anhelan los triunfos del otro, crea rivalidad. Lo que muchas veces nos presenta el cine con la villana y el villano que aparentemente se aman, pero en realidad aman más aquello que persiguen obtener; no es pura película, sucede. Y sí, pueden existir relaciones de ese tipo, pero no es amor.

La galería de Dios

Porque el Señor es bueno; para siempre es su misericordia… Salmo 100;5.
El Salmo 100 es como una obra de arte que nos ayuda a honrar a nuestro Dios invisible. Aunque el objeto de la adoración no puede verse, su pueblo lo da a conocer.
Inline image 1Imagina al artista, con paleta y pinceles, plasmando las coloridas palabras de este salmo sobre su tela. Lo que se devela ante nuestro ojos es un mundo en el que, "habitantes de toda la tierra", cantan gozosos al Señor (verso 1). Gozosos porque Dios se deleita en redimirnos de la muerte. Por eso, Jesús soportó la cruz: por el gozo puesto delante de él (Hebreos 12:2).
Mientras nuestros ojos recorren la tela, podemos ver un coro mundial innumerable que canta con alegría y regocijo (Salmo 100:2). El corazón de nuestro Padre celestial se siente complacido cuando su pueblo lo alaba y adora por lo que Él es y lo que ha hecho.
Luego, nos vemos nosotros, su pueblo, como polvo en las manos de nuestro Creador y ovejas en pastos verdes (verso 3). Tenemos un Pastor que nos ama.
Por último, vemos la maravillosa morada del Señor y las puertas a través de las cuales entran en su presencia los redimidos, mientras le dan gracias y lo alaban (verso 4).
¡Qué gran cuadro inspirado por un Dios bueno, amoroso y fiel! ¡Es lógico que lleve una eternidad disfrutar de su grandeza!
Dios del cielo, ayúdanos a vivir pensando siempre en tu grandeza.