martes, 15 de marzo de 2016

Jesús, Yo Confío en ti

¿Te puedo quitar tres minutos de tu valioso tiempo?
¿Por qué te confundes y agitas ante los problemas de la vida?
Cuando hayas hecho todo lo que esté en tus manos para tratar de solucionarlos, déjame el resto a mí.
Si te abandonas en mí, todo se resolverá con tranquilidad según mis designios.
No te desesperes, no me dirijas una oración agitada como si quisieras exigirme el cumplimiento de tu deseo. Cierra los ojos del alma y dime con calma... Jesús, yo confío en ti.
Evita las preocupaciones, angustias y los pensamientos sobre lo que pueda suceder.
No estropees mis planes queriéndome imponer tus ideas. Déjame ser Dios y actuar con total libertad.
Abandónate confiadamente en mí. Reposa en mí y deja en mis manos tu futuro.
Dime frecuentemente “Jesús yo confío en ti”, y no seas como el paciente que le pide al médico que lo cure pero le sugiere el modo de hacerlo.
Déjate llevar en mis manos, no tengas miedo. Yo te Amo.
Si crees que las cosas empeoraron o se complicaron a pesar de tu oración, sigue confiando, cierra los ojos del alma y confía.
Continúa diciéndome a todas horas “Jesús yo confío en ti ”
Necesito las manos libres para obrar. No te ates con tus preocupaciones inútiles, Satanás quiere eso, agitarte, angustiarte, quitarte la paz.
Confía solo en mí, abandónate en mí, así que no te preocupes, echa en mí todas las angustias y duerme tranquilamente…
Dime siempre “Jesús yo confío en ti ”, y verás grandes milagros,
Te lo prometo por mi amor.
Recuérdalo siempre, “Confía en mí”.


La sal de este mundo

MATEO 5:13-16 LA SAL DE LA TIERRA. Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres. 
LA LUZ DEL MUNDO. Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de una vasija, sino sobre el candelero para que alumbre a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” (Reina-Valera 1995) 
la-sal-potencial-antimicrobiana-01¿Qué mensaje se está transmitiendo? Cada persona da testimonio de sus convicciones y prioridades según la manera como vive. Pero Jesús dijo que, para un mundo que nos observa, los creyentes debemos ser como la sal y la luz, que simplemente no pueden ser ignoradas. Si añadimos sal a la sopa, el mejor sabor es evidente; y cuando iluminamos una habitación, la oscuridad huye. Nuestro carácter, conducta y conversación deben constituir una declaración fuerte y clara de la importancia de DIOS, de la necesidad de Jesucristo, y el poder del Espíritu Santo.
Para vivir de una manera que glorifique al Señor, debemos comenzar por la lectura y el estudio de las Sagradas Escrituras. Al meditar en su Palabra, DIOS nos habla, y nosotros asimilamos gradualmente sus principios. Esto nos permite influir positivamente al mundo.

Deseo

Título realmente insinuante para un escrito. Pero la verdad es que la palabra “deseo” está en nuestra naturaleza humana, la gran mayoría de veces con connotaciones que en nada honran nuestra vida. Pero el deseo bien dirigido puede tener grandes resultados.
deseoInherente al deseo hay un gran poder en nuestra vida. El deseo es capaz de movilizarnos hacia una meta, de animarnos y de mantenernos vigentes y con vida para avanzar hacia el cumplimiento de otros deseos, distintos o de la misma naturaleza.
Existen cuatro tipos de deseos: materiales, de realización, relacionales y físicos. Los materiales dan cuenta del anhelo de tener una casa, un coche, cierta vestimenta, algún aparato tecnológico o dinero para emprender un viaje, todos deseos puestos en el corazón por parte de Dios, ya que el gusto por la belleza es de naturaleza divina y el disfrutar de todas estas cosas de la manera correcta, sin que se vaya la vida en obtenerlos, no tiene por qué ser algo malo, ya que es Dios quien nos da la oportunidad de que disfrutemos de estas comodidades y elementos que pueden mejorar nuestra calidad de vida. 
Es acertado este punto de vista porque muchas veces se ha asociado la pobreza al evangelio, o sea, que solo siendo de la condición pobre obtienes los dones de parte del Señor. Esto ha sido durante años una gran mentira que se ha transmitido de manera generacional. No tiene nada de malo desear tener estos bienes y trabajar por ellos, porque una vez que los tenemos podemos honrar a Dios por regalarnos la posibilidad de disfrutarlos.

Estado civil: Emocionalmente abandonada

“Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos. Dondequiera que vamos, siempre llevamos en nuestro cuerpo la muerte de Jesús, para que también su vida se manifieste en nuestro cuerpo”.
(2 Corintios 4:8 – 10 NVI)
Me rindo, bajo los brazos y no lucho más, es la resolución que un corazón roto declara en la medida que llora su frustración y derrota. Sé que hay esperanza, porque antes viví la misma escena oscura en la cual la tristeza ahogó mis emociones, lo que me lleva a pensar que estoy condenada a la soledad, mientras la bruma me cobija del frío intenso del desamor.
abandonadaNací para ser amada y he sido rechazada, humillada, despreciada y traicionada, no una sino varias veces. Sueño con un nuevo panorama en donde el sol brille y me dé su calor sin condiciones, en el que pueda ser valorada sin señalamientos de ninguna clase.
Reconozco mi debilidad y mis faltas, no soy perfecta aunque mi apodo sea "santurrona" y en mis oídos retumben las flechas venenosas del odio, el resentimiento y la desidia, que la falta de perdón construye en el corazón del ser amado.
Sí, aposté y se me olvidó que los juegos de azar son pecado, me arriesgué a creer que podía ser diferente, pero encontré el grito aterrador de la destrucción.
Pasó un huracán por mi vida y arrasó nuevamente lo construido en bases de arena movediza, en cimientos agrietados por los errores del pasado. Me hundí en mi propio vómito, volví al lugar a donde jamás pensé regresaría, al punto inicial de todo, aquella noche en la que renegué de mi fe por la decepción, el desánimo y el abandono.