lunes, 7 de marzo de 2016

Todos han pecado

Suele ser habitual en nosotros, aunque no siempre, caer en la trampa de creer que somos las peores personas sobre la faz de la tierra, y que nadie hace tantas cosas malas como nosotros. Pero Romanos 3:23 dice que todos han pecado y están privados de la gloria (excelencia) de Dios. Cada ser nacido, o que esté por nacer, tiene pecado. Pero ¡buena noticia!, Dios ha provisto una solución para nuestro problema.
Así como todos hemos pecado, todos somos justificados y hechos justos a través de la redención provista en Cristo Jesús. Lo que significa que, como creyentes en Jesucristo, ahora tenemos “justicia” en lugar de “maldad”. Por eso no tenemos por qué sentirnos mal. 
Satanás quiere que nos sintamos mal, despreciables, como si fuéramos un auténtico desastre sin esperanza. Él sabe que sin confianza nunca podremos cumplir nuestros destinos ordenados por Dios. Sabe que puede retenernos en la prisión del odio, con el rechazo hacia nosotros mismos, o simplemente no gustándonos, y así evitará que progresemos, incluso que seamos una amenaza para él y su reino de oscuridad.
Debemos creer que hemos sido hechos justos a la vista de Dios, antes de tener la oportunidad de comportarnos correctamente. Es decir, no podremos producir ningún fruto de algo de lo que no se ha sembrado ninguna semilla. Jesús mismo es la semilla de justicia sembrada en muerte y resucitada con poder, para que podamos decir junto al apóstol Pablo: “Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios” (2 Corintios 5:21).

Hasta el viento le obedece

Cada vez que una embarcación o un barco se apresta a ir mar adentro, tiene asumido ir posiblemente al centro de una tormenta. Y cuando viene la tormenta, las olas crecen bastante, y si el barco no es lo suficientemente resistente, cederá a la presión y ocurrirá un naufragio. Pero hubo un barco que se enfrentó a una tormenta y venció.
             La Palabra de Dios dice en Mateo 8:23-27 “Y entrando Él en la barca, sus discípulos le siguieron. Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero Él dormía. Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! Él les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?”

La piedra preciosa

Para los hombres es señal de prosperidad poseer cosas. Por medio de ellas se revela cómo es su situación económica, que para unos, puede ser una hermosa vivienda, para otros, tener el coche del año, o tener acceso a bienes de primera calidad. 
The Pink GraffSin embargo, hay algo que siempre indica el buen nivel económico de una persona, y ellas son, las joyas.
La prestigiosa joyería Harry Winston Inc., fue dueña de una piedra preciosa a la que llamó The Pink Graff, una extraña pieza diamantina de color rosa, considerada como uno de los más extraordinarios diamantes jamás descubiertos. Una vez que fue parte de un hermoso anillo, la pieza fue subastada por un valor de 46 millones de dólares. Para luego, comparando, llevarnos a la Escritura, la Santa Biblia, que dice:

La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo. Salmo 118: 22
por tanto, Jehová el Señor dice así: He aquí que yo he puesto en Sión por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere no se apresure. Isaías 28: 16.

A tu lado

Hay cosas en la vida que inducen a pensar que el ser humano siempre necesita de alguien para ser completamente feliz.
Definitivamente, somos seres creados para estar en sociedad. A través de las diferentes edades necesitamos tener relaciones humanas; está claro que no se concibe la vida de un ser humano como solo una persona, necesitamos la pareja. Un bebé no puede sobrevivir solo, necesita de alguien más; a lo largo del crecimiento el niño necesita a un padre o una madre que le suministre y cuide. Y luego, en la adolescencia o en la juventud, también los hijos dependen de los padres.
Pero llega el momento en que se cumple la escritura que dice: no es bueno que el hombre esté solo, por lo tanto, inicia la búsqueda de su pareja. Comienza con la observación y análisis de las posibles candidatas a elegir, determinando los aspectos socioeconómicos, culturales y hasta religiosos de la que será la compañera de toda su vida.