jueves, 11 de febrero de 2016

Un líder servicial

… el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor… (Mateo 20:26).
En las sociedades africanas tradicionales, la sucesión al liderazgo es una decisión importante. Cuando un rey muere, se selecciona con gran cuidado al próximo soberano. Además de ser de la familia real, el sucesor tiene que ser fuerte, valiente y sensible. No solo debe ser alguien que lidere, sino que también lo haga con una actitud servicial.
Inline image 1Aunque Salomón tomó malas decisiones, se preocupó por quién lo sucedería. Y ¿quién sabe si será sabio o necio el que se enseñoreará de todo mi trabajo en que yo me afané y en el que ocupé debajo del sol mi sabiduría? (Eclesiastés 2:19). Su hijo Roboam lo sucedió, pero demostró falta de buen juicio y terminó cumpliendo el peor temor de su padre.
El hecho de que las personas pidieron condiciones de trabajo más humanas, fue una oportunidad para que Roboam mostrara su liderazgo como servidor. Los ancianos le aconsejaron: Si tú fueres hoy siervo de este pueblo y lo sirvieres, ellos te servirán para siempre (1 Reyes 12:7). Pero el rey rechazó el consejo. No quiso buscar a Dios y su dura respuesta dividió el reino y aceleró el deterioro espiritual del pueblo de Dios (12:14-19).
En el hogar, en el trabajo, la iglesia o en el vecindario, necesitamos la sabiduría divina para servir con humildad en lugar de ser servidos.
Padre, dame un corazón de siervo. Ayúdame a vivir con humildad y compasión.

Las promesas y las condiciones de Dios

Hijo mío, no te olvides de mis enseñanzas;
más bien, guarda en tu corazón mis mandamientos. Porque prolongarán tu vida muchos años y te traerán prosperidad.
(Proverbios 3:1-2).
Es importante que sepamos que toda promesa de Dios tiene siempre una condición. Dios nos trae una promesa muy hermosa, bajo una condición que exige de nosotros esfuerzo, dedicación y obediencia.
Dios promete prolongar nuestra vida muchos años. Recordemos que el salmista David, ya habló del número de años promedio contados para el hombre:
Los días de nuestra edad son setenta años;
Y si en los más robustos son ochenta años,
con todo, su fortaleza es molestia y trabajo,
porque pronto pasan, y volamos
(Salmos 90:10)
David nos dice que la vida del hombre, se promedia a los 70 años, y una persona que vive una vida prolongada puede llegar a 80 años.
Para llegar a esta edad con fortaleza y vigor y quizá superar esta media, Dios exige de nosotros dos condiciones fundamentales.
1) No olvidarse de Sus enseñanzas
Las enseñanzas de Dios no se limitan a los Diez Mandamientos que están repartidos en las dos tablas dadas a Moisés, sino que van mucho más allá. La Biblia refleja la personalidad de Dios, lo que le agrada y lo que no, lo que nos conviene y lo que es destructivo para nosotros.
Recordar las enseñanzas implica ponerlas diariamente en práctica, y no apartarlas de nuestro quehacer diario. Esto se resume en el siguiente mandamiento:
Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos(Santiago 1:22)
Dios no busca que seamos perfectos, solo un corazón dispuesto a obedecer Su Palabra, a oírla y ponerla por obra.

El Ciclista

Muchos recordarán este nombre: Lance Edward Armstrong. Nació en Austin, estado de Texas, en Estados Unidos. Fue ganador siete veces consecutivas del Tour de Francia, desde 1999 a 2005, competencia ciclista por etapas a lo largo de la geografía francesa, que dura tres semanas y se celebra en el mes de julio de cada año. Lance, además, obtuvo la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000. Su fama se extendió por todo el mundo. También creó una fundación contra el cáncer, mal que le afectó y que logró superar. Pero el 13 de junio de 2012 fue acusado de dopaje por la Agencia Antidopaje de los Estados Unidos, y el 23 de agosto del mismo año fue despojado de los siete triunfos del Tour, de todos las victorias conseguidas desde 1988, y suspendido de por vida de la actividad deportiva. Entrevistado, dijo: “me dopaba con el afán de ganar a cualquier precio…ya sé que la gente no me va a creer, pero me gustaría pedir disculpas a las personas a las que he hecho tanto daño…”. Sin embargo, Lance contó una experiencia más dramática, “vi a mi hijo mayor, de trece años, cómo me estaba defendiendo ante otras personas diciendo, no es verdad lo que dicen de mi padre…”, y entonces le dije, “no me defiendas, hijo, es verdad”.

¿Entendemos la Biblia?

Muchas veces se nos dice que la Biblia no puede ser siempre entendida de la misma forma. Muchos excusan la división religiosa con la premisa de que la Biblia no puede ser entendida totalmente. Firmemente, yo creo que sí; si ella es entendible del todo, será entendible en cualquier parte.
Los Cristianos del primer siglo entendieron la palabra de Dios. Estaban unidos en nombre, organización, adoración, doctrina, fe, y práctica (Hechos 2:42). El apóstol Pablo mandó: “Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y un mismo parecer” (1 Corintios 1:10). De nuevo Pablo dijo: “Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor” (Efesios 5:17). La historia Bíblica atestigua que el hombre nunca ha tenido problemas con el entendimiento de la palabra de Dios. Adán y Eva entendieron lo que Dios les había dicho (Génesis 3:1-3). Naamán entendió el mandamiento de “zambullirse siete veces en el río Jordán” (2 Reyes 5:10-12). El mandamiento de Dios es exactamente tan fácil y simple de entender hoy en día como lo fue entonces.
Pero la gente está dividida sobre lo que la Biblia NO dice:
Todos están de acuerdo en que el cántico está autorizado y de que es correcto cantar en el servicio de adoración (Efesios 5:29; Hebreos 2:12; Colosenses 3:16). Pero hoy día existe división sobre el uso de la música instrumental en la adoración. La Biblia no dice nada al respecto. No hay un sólo mandamiento o ejemplo que autorice o no la práctica. Los apóstoles establecieron el orden en las iglesias del primer siglo, y éstas nunca usaron instrumentos musicales. Si Dios les hubiera mandado usarlos, le hubieran obedecido. Puesto que no usaron música instrumental, entonces es evidente que Dios no la autorizó. Por lo que estamos divididos sobre algo acerca de lo cual la Biblia no dice nada La controversia terminaría inmediatamente, si cada uno aceptara únicamente lo que la Biblia enseña.