miércoles, 10 de febrero de 2016

Destinos

Estoy en un aeropuerto. Aquí la realidad es distinta y cambiante. Personas que vienen y van; repetidos anuncios a través de la megafonía; rostros que denotan felicidad, cansancio, preocupación, curiosidad, tedio… ¡Un mundo dentro de otro!
Mientras mi vuelo sigue retrasado, analizo las distintas situaciones…
Estamos en un sitio de paso. Un viaje, propio o ajeno, atrae a la gente hacia este lugar. Llegan familiares.... Un nuevo viaje de negocios.... Al fin se concretan las vacaciones anheladas.
Es un lugar de emociones encontradas. Los abrazos están a la orden del día. Las lágrimas por la despedida, también. El fuerte tono de voz de la persona a la que le perdieron la maleta, se pierde entre las risotadas de aquel grupo de jóvenes, mientras que un hombre le recrimina a su familia el haber llegado tarde.
(Mi vuelo continúa retrasado).
Es un espacio de encuentro. Así lo confirma ese abuelo que acaba de conocer a su pequeño nieto. Lo expresa en su rostro el muchacho que se reencuentra con su novia. Es evidente en la expresión cansada de aquella tripulación que vuelve a encontrarse con su ciudad.
Pero sobre todo, el aeropuerto constituye un destino y un punto de partida. Quienes nos aprestamos a viajar tenemos un objetivo en mente: llegar a destino. Hemos comprado nuestro billete, y cuando llega el momento no deseamos otra cosa más que concretar nuestro propósito. Sabemos muy bien que el viaje no es la meta: es el medio para arribar a un sitio determinado.
(Acaban de anunciar que mi vuelo saldrá dentro de una hora…).

Hacia la presencia de Dios

Éxodo 24; 1-2. Jehová le dijo a Moisés que subiera al monte con Aarón, Nabad y Abiú, y con los 70 ancianos, pero que ellos se arrodillaran a cierta distancia y solo él podía entrar en la presencia de Dios.
En la Biblia si hablamos del número cuatro es figura que representa equilibrio, y el número siete es figura de plenitud (perfección). Cuando Dios le dijo a Moisés que subiera con cuatro de sus compañeros, le estaba diciendo que necesitaba un equilibrio para poder subir con él, y cuando además, le dijo que subiera con 70 ancianos le estaba diciendo que subiera con sabiduría, plenitud y perfección; o sea que Moisés debía tener equilibrio, sabiduría y perfección en plenitud. Por eso podía subir más alto para hablar con Dios. Otra cosa que podemos ver es que Israel era un pueblo obediente, y ellos cuando Moisés les dijo de lo que Dios le habló, dijeron: hagamos como dice Dios.
El altar que levantaron con 12 columnas era para ofrendar a Dios. En la Biblia el altar es figura de Vida, y el número doce es figura de Gobierno. O sea, que lo que estaba haciendo Moisés era arreglar su vida con el gobierno en Dios.
Cuando Moisés subió al monte, el Señor le estaba mostrando a Moisés y a toda su descendencia Su gloria (versículo 5-8). Los jóvenes con ofrendas representan frutos, y el becerro es figura de humildad; cuando tú das ofrenda a Dios tienes que ir con humildad para que Él reciba tus frutos. En Santiago 1:18 dice que EL SEÑOR NOS DIO VIDA POR MEDIO DE LA PALABRA PARA SER PRIMEROS FRUTOS.

Los Tres Sobres

La gente dice que hay dos formas de aprender:
De la experiencia, la cual se obtiene de los errores cometidos; y de la sabiduría, la cual se obtiene de los errores de otros. Hasta donde sea posible, es recomendable aprender de los errores de otros.
Aprender de los fracasos propios es siempre más fácil con la ayuda de un buen consejero. Después de que cometo mis errores garrafales, pido consejo de algunas personas: mi papá, y mi esposa quien siempre está dispuesta a compartir conmigo sus opiniones acerca de mis fracasos. Porque es importante buscar consejo en la persona correcta.
Oí la historia de un ministro recién nombrado que estaba instalándose en su nuevo despacho.
Al sentarse ante su escritorio por primera vez, descubrió que su predecesor le había dejado tres sobres con instrucciones, que deberían abrirse únicamente en tiempos de angustia.
No pasaron muchos días antes de que el hombre entrara en conflicto con la prensa, así es que decidió abrir el primer sobre.
La nota decía: Échele la culpa a su predecesor. Y eso fue lo que hizo.
Durante un tiempo todo anduvo bien. Pero unos pocos meses más tarde, de nuevo estaba en problemas, así es que procedió a abrir el segundo sobre.

Testimonio de Danilo Montero

A los 9 años Danilo Montero escuchó por primera vez el evangelio, cuando su familia estaba pasando por una crisis. Su papá y su mamá se estaban separando, y el mensaje tocó y revolucionó su corazón.
Danilo Montero nació el 1 de noviembre de 1962 en Costa Rica y dirige un Ministerio de Alabanza llamado "Sígueme Internacional," en donde él es el principal Director de Alabanza.
Ha grabado aproximadamente 18 discos durante toda su carrera ministerial, que forman parte de los cantos que se entonan actualmente en muchas Iglesias de habla hispana.
En 2008 ganó el Premio Billboard de música latina, del mejor álbum de música cristiana con el tema “Tu Amor”.
Es considerado un gigante cuando se habla de directores de alabanza. Reconocido por su voz melódica y su estilo enérgico, Montero se ha convertido en uno de los líderes en la renovación de la música cristiana en América Latina.