Una vez un viajero caminaba por el desierto, cuando llegó al borde de un cañón. Buscando la manera de cruzarlo, se dio cuenta que había una larga cuerda extendida hacia el otro lado. Mientras sus ojos seguían la cuerda hacia la otra orilla, se quedó atónito al ver a un hombre caminando hacia él, confiadamente, conduciendo una carretilla. Al llegar a la orilla a su lado, el viajero exclamó:
-¡Es asombroso!
El hombre de la carretilla le preguntó:
-¿Tú crees que lo puedo volver a hacer?
-Estoy seguro que sí, contestó el viajero. Lo has hecho con mucha confianza.
-¿De verdad crees que lo puedo volver a hacer?
-Sí, definitivamente sí.
-Muy bien, de acuerdo, dijo el hombre de la carretilla. Súbete y te llevo al otro lado.