viernes, 29 de enero de 2016

¿Cómo Estás?

Esta es una pregunta que nos hacen a diario cuando encontramos un amigo, un familiar, un vecino, etc. La pregunta de siempre es ¿cómo estás?, ¿cómo están por tu casa? Y siempre decimos estar bien.
¿Pero realmente estamos bien?, ¿qué piensan de ti en tu casa?, ¿qué piensan de ti en tu familia, en tu trabajo o centro de estudio? En general, todas las personas con las que tienes una relación de amistad, de trabajo, de vecindad, de familia, en fin todos aquellos con los que convives por diferentes razones, ¿qué piensan de ti?
Sabes que de Jesús decían que tenía el demonio, pero era por envidia, por miedo o por vergüenza.
    como estas
  1. Por envidia: porque miraban que la gente lo seguía y querían escuchar sus enseñanzas. Mateo 14:13 Cuando Jesús oyó lo que le habían hecho a Juan el Bautista, subió a una barca y se fue a donde pudiera estar solo. Cuando la gente de los pueblos cercanos supo que Jesús se ibalo siguió por tierra. 14 Jesús bajó de la barca y vio que allí había una gran cantidad de gente. Entonces tuvo compasión de ellos y sanó a todos los que estaban enfermos. Todos los necesitados que reconocían que Jesús tenía poder para hacer milagros, lo seguían y buscaban escuchar de él, y los enfermos querían ser sanados. Podemos decir que Jesús tuvo millones de seguidores, pero solo unos cuantos discípulos; del grupo eres tú.
  1. Por miedo: porque no estaban preparados para el cambio, abandonar las costumbres y venir a la gracia de Dios. Lucas 6:9-11 Luego Jesús dijo a todos los que estaban allí: Voy a hacerles una pregunta: ¿Qué es correcto hacer en día de descanso? ¿Hacer el bieno hacer el mal? ¿Salvar una vida o destruirla? Y después de mirar a todos, Jesús le dijo al hombreExtiende la manoEl hombre la extendió, y la mano le quedó sana. Pero aquellos hombres se enojaron muchísimo y comenzaron a hacer planes contra Jesús. Alrededor del mundo hay millones de personas así, que se resisten al cambio. Los sacerdotes no lo hacían por cuidar o salvaguardar los intereses de Dios, era porque no entendían que alguien, desconocido para ellos, moviera de esa forma a las masas, cosa que ellos nunca hacían porque solo pensaban en sus propios intereses y no en los intereses de Dios.
  1. Por vergüenza: Porque no querían ser avergonzados de que siendo sacerdotes de Dios, estaban mal en sus vidas. Mateo 23:25-26 ¡Qué mal les va a irhipócritasParecen buena gentepero en realidad son malosno ayudan a nadiey roban a los demás. ¡TontosSean buenos de verdadporque si no lo hacenserán como un vaso o un plato limpio por fuerapero lleno de suciedad por dentroPero si el vaso o el plato se limpian por dentrotodo estará limpio de verdad. 27-28 ¡Qué mal les va a irAparentan ser gente buena y honradapero en realidad son hipócritas y malvadosSon como una tumba pintada de blancoque por fuera se ve limpiapero que por dentro está llena de huesos y de suciedad. 29 ¡Pobrecitos de ustedes, ¡qué mal les va a irhipócritas! Construyen monumentos para recordar a los profetas muertos, y ponen adornos en las tumbas de las personas buenas. Imagínate tú, parado entre la multitud y que alguien empiece a sacarte los trapitos sucios, qué vergüenza. Cada vez que se juntaba Jesús con los fariseos empezaba a reclamarles y a exhortarlos, pero nunca quisieron escucharlo y seguirlo; los únicos que lo siguieron lo hicieron encubiertamente por miedo, pero en verdad se cumplió la palabra que dice: tienen ojos mas no ven y tienen oídos mas no oyen. 

El penalti que marcó la diferencia

Un padre que se había separado de su esposa y sus hijos enfrentando un divorcio, consumido en su tristeza porque no quería separarse de su familia, le preguntó al pastor de su iglesia: -¿Cómo hago para sacarle el mejor partido a la vida? El pastor le respondió:
La vida es un paréntesis en la eternidad, y mientras estamos en esta tierra, es necesario vivirla con la mayor pasión. De cada uno depende que se goce en el primer tiempo, en el segundo tiempo que se luche, y se dé todo en el tercero. Y si algo falta por alcanzar, se defina en los tiros de penalti. Después de esta reflexión, el pastor le contó la siguiente historia:
PARÁBOLA DEL PENALTI QUE MARCÓ LA DIFERENCIA
Cierto día se encontraban dos equipos compitiendo en la final de un mundial de fútbol en Israel en el año 33. Se jugó el primer tiempo. Un partido muy difícil, pero todo ayudó para bien. Después de que el balón se enredara en un costado de la red, Pedro saca de esquina, se la pasa a Andrés, este a Jacobo y Juan, que apareciendo de improviso, de cabezazo anota el primer gol.
El segundo fue una jugada del delantero Felipe quien, con astucia y decisión, le hace un pase a Natanaél; éste sin creer que era la oportunidad de su vida, pone el pecho, empuja el balón y anota el segundo tanto.
Pasan al segundo tiempo con el marcador 2 a 0. Llega Judas del equipo contrario, a los 33 minutos, y anota uno. La presión comenzó a sentirse, todos estaban desconcertados. Después de 3 minutos del gol de Judas, cuando todo se creía ganado, llega Pedro se confunde de portería y anota un autogol. Nunca se imaginaron que esto pudiese pasar. Llegó el tiempo complementario. Toda la tribuna estaba en silencio, y entre los jugadores había varias reacciones: Unos con miedo, otros pidieron el cambio, Judas pidió el cambio. El tiempo complementario se cierra con un empate y sucede lo esperado. El partido se definiría con el tiro de penaltis.
La victoria final, con un marcador de 5 a 3 la obtiene el equipo de Pedro. Los retadores del equipo contrario aunque marcaron tres tantos, Caifás que se acogió a la mentira, Pilatos indiferente y Judas con traición, no fueron suficientes para derribar a los vencedores.

La Ciega

Había un ciega sentada en la calle, con una taza y
un pedazo de cartón, escrito con tinta negra, que decía:
“Soy Ciega por favor ayúdeme”
Un creativo de publicidad que pasaba frente a ella, se
detuvo y observó las pocas monedas que había en la taza.
Sin pedirle permiso, tomó el cartel, le dio la vuelta, tomó un
rotulador negro que llevaba y escribió otro anuncio.
Volvió a poner el pedazo de cartón sobre los pies de la
ciega y se fue.

Deja que el Río corra

El Mar Muerto, situado entre Israel y Jordania, es famoso por ser el punto más bajo de la superficie terrestre. Es también una buena atracción turística por sus saludables balnearios, a los que se dirigen muchos para tomar baños de agua salada, y comprar cosméticos elaborados con el lodo de ese mar.
¿Por qué lo denominan Mar Muerto? Diferente a la mayoría de los grandes lagos, este no tiene salida. El río Jordán fluye hacia el Mar Muerto pero no hay circulación a la inversa. Sin compartir lo que recibe, muere.
Lo mismo se aplica a los seres humanos. Cuando recibimos dones de talento, educación, capital financiero, u otros recursos, podríamos pensar que al compartirlos con otros, quedaría menos para nuestro disfrute personal.
Sin embargo, cuando no ofreces de ti mismo a otros, una parte de tu ser muere.
Como el Dr. David Livingstone comentara en una ocasión:
Las personas hablan del sacrificio que he hecho, pasando
en África gran parte de mi vida. ¿Puede esto ser llamado
sacrificio, cuando solo es admitir una gran deuda con nuestro
Dios que nunca podremos pagar? ¿Es un sacrificio algo que te
recompensa con salud, con la conciencia de estar obrando bien,
con paz mental y la esperanza de un glorioso
destino? Enfáticamente, considero que no es un sacrificio. Más bien es un
privilegio…  De esto no podemos ni hablar, si recordamos
el gran sacrificio que Él hizo, dejando el trono de Su Padre
en lo alto para darse a Sí mismo por nosotros.

Permitamos que el río del amor de Dios fluya de nosotros hacia todos los que nos rodean.
Y no os olvidéis de hacer el bien y de la ayuda mutua, porque de tales sacrificios se agrada Dios. Hebreos 13:16