Sentir la necesidad gratificante de un abrazo que dé un poco de consuelo a tu vida,... la necesidad de ese abrazo que aun sin palabras te hace ver que no estás solo, que las cosas tienen solución y que todo pronto pasará, es algo muy normal en todo ser humano, pues pasar por momentos y circunstancias difíciles lleva a que la necesidad de afecto, apoyo y comprensión crezca.
Es difícil y agotador estar viviendo una situación que no sabes cuando acabará, sin ni siquiera entender el por qué esta pasando, cómo las cosas se escaparon de control para transformarse en lo que hoy estás viviendo; sentirte incomprendido, solo, sin fuerzas y con la necesidad de tener a alguien cerca que te dé aliento y te contagie de las ganas de mantenerte de pie en la brecha.
No descubrimos nada nuevo al decir que una persona que es abrazada recibe un estímulo emocional. Un abrazo en cualquier circunstancia, y sobre todo si se necesita sentise bien, es realmente reconfortante; ahora imagínate sabiendo que Dios, a veces sin darnos cuenta, lo hace, nos abraza y nos rodea con sus brazos de amor; ni siquiera se necesitarían todos esos abrazos que dicen, con uno solo basta y sobra.