miércoles, 16 de diciembre de 2015

Un Fiel Seguidor

El señor Guzmán compró un perro pastor alemán, Sansón, para que vigilara la casa cuando salían de viaje. Cuando Sansón llegó, Fofó, el gato de la casa, armó una trifulca con el perro. Sansón terminó sumamente arañado y tirado en el suelo, con las patas hacia arriba. Fofó había ganado.
A partir de entonces, cada vez que Fofó entraba en la casa, Sansón se acostaba en el piso patas arriba y se quedaba inmóvil, haciéndose el muerto. Cuando Fofó pasaba a su lado, con la cola levantada y agitándola suavemente en señal de supremacía, Sansón se levantaba e iba detrás del gato todo el tiempo, mientras estuviera dentro de la casa. No era capaz de obedecer ni siquiera el llamado del dueño, aunque lo arrastraran del collar para que saliera. Sansón se había convertido en un fiel seguidor de Fofó. Una vez que éste salía por la puerta de la cocina, volvía a ser un pastor alemán normal.
Los dueños de ese par de mascotas tuvieron que pensar seriamente qué hacer con Fofó, porque era tal su influencia sobre Sansón que le impedía ser un perro normal. Un día, encontraron una nueva casa para Fofó; lo regalaron a una vecina. Durante unos días, Sansón estuvo bien, tranquilo; la casa era exclusivamente para él. Hasta se enfurecía si alguien se acercaba a la puerta. Pero una mañana, Sansón gruñó con desgana y se acostó nuevamente de espaldas; un gato con la cola levantada entró por la ventana. Fofó estaba de vuelta, y Sansón aún le tenía miedo.
Jesús no te hace daño cuando te encuentras con Él. Te invita a que lo sigas, y lo haces no por miedo sino porque poco a poco, entiendes cuánto te ha amado, desde antes incluso que nacieras. Espera que seáis grandes amigos y andéis juntos por cualquier lugar viviendo nuevas aventuras. Ahora mismo espera que te levantes, no que te rindas, mientras Él pasa a tu lado. Tampoco desea que gruñas al seguirlo. Conviértete hoy mismo en fiel seguidor(a) de Jesús.
“Sigan y honren solo al Señor su Dios; cumplan sus mandamientos, escuchen su voz y ríndanle culto; vivan unidos a él” (Deuteronomio 13:4).
 

Significados de la Cruz

El mensaje de la cruz siempre será relevante y vital para todos. Un mensaje que nos llevará a entender en profundidad el sacrificio perfecto de Cristo por ti y por mí. En la cruz adquirimos los principales derechos, y a su vez, los principales deberes como creyentes.
Posiblemente, la iglesia de nuestros días deba retornar su mirada hacia la cruz, hacia el sacrificio perfecto de Cristo, que si bien tiene una profunda relevancia, creer y aceptarlo es tan sencillo y vital que debe ser puesto en los oídos de los que escuchen la predicación de las iglesias. Estos son algunos significados de la cruz:
Negación. Jesús rehusó tener un buen nombre, al morir como un criminal ante la vista de muchos que le ridiculizaron y se burlaron de Él. En ocasiones estamos tan interesados por nuestra imagen y por la opinión de los demás, que olvidamos el gran ejemplo de Cristo al dejarse ser mezclado con los peores criminales de su época.
Seguramente, al llevar una vida íntegra y al estar en la continua búsqueda de vivir un cristianismo verdadero, correremos el riesgo de no ser los más amados, los mejor calificados por las bocas de muchos; tal vez cuando nuestro estilo de vida nos lleve a avergonzar a los que no creen en Cristo, nuestra favorable popularidad pueda decaer notablemente, pero es un precio que tendremos que pagar gustosamente, sabiendo que seguimos el ejemplo de Aquel que llevó un madero por nuestros pecados.
Dentro del negarnos es importante recordar que ya no nos pertenecemos, pues ahora somos esclavos por amor de quien nos salvó. No es fácil, pero la lucha en contra de hacer lo que nos parece debe ser diaria, pues Jesús dejó su Deidad para hacer la Voluntad de su su Padre, marcándonos la ruta de vida de todos los que decimos ser sus seguidores.

La increíble compasión de Cristo

Hace unos tres mil años, el rey Salomón atestiguó de un molesto incidente en su ciudad. Por medio de la inspiración del Espíritu Santo, lo describió como una advertencia a los demás para evitar situaciones similares. El séptimo capítulo de Proverbios ofrece un vistazo poderoso sobre cómo opera el espíritu de lujuria, y en la actualidad, la advertencia de Salomón puede ser altamente útil para nuestro beneficio y aprendizaje.
Salomón empezó exhortando a sus oyentes a vivir una vida sabia y prudente. En la actualidad, éste también debe ser nuestro objetivo como creyentes. Vivir sabiamente no se suele promocionar en la cultura popular; sin embargo, la Biblia no ha cambiado su exhortación con el paso del tiempo. “Atesora mis mandamientos contigo”, escribió Salomón: “Guarda mis mandamientos y vivirás,…para que te guarden de la mujer extraña, de la desconocida que lisonjea con sus palabras”(Versículos 1-2, 5).
Como puede ver, Salomón le escribió específicamente a la audiencia masculina. Aun así, vivir de manera inmoral e imprudente no está reservado solo para los hombres, y estos mandamientos bíblicos se aplican a las mujeres de igual manera. Aunque Salomón habló acerca del peligro generado por una “desconocida”, el problema que abordó en realidad era el espíritu de lujuria, el cual puede influenciar a ambos géneros.
gods handEmpezando en Proverbios 7:6, Salomón describió estar viendo por la ventana y notar a “un joven falto de juicio” (versículo 7). Aquí, él no está menospreciando a los jóvenes, solamente está describiendo a una persona joven en particular, quien no vivió una vida sabia y prudente. El joven ya estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado; se había colocado allí a sí mismo, por elección.
¿Por qué alguien se pondría a sí mismo intencionadamente, en peligro? Se debe al espíritu de lujuria que roba la sabiduría y el entendimiento de la gente. Cuando está bajo la influencia de este espíritu, la gente actúa de manera ilógica. Esto siempre pasa en la gente que está atada a la lujuria. Cuando las personas meditan verdaderamente sobre sus acciones, saben que lo que están haciendo está mal y a pesar de ello, continúan haciéndolo. El apóstol Pablo describió esta desconexión lógica en Romanos 7:15: “No entiendo qué me pasa, pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco” (RVC).
Entonces, el discipulado y la liberación van de la mano. Si creemos estar en atadura espiritual, el discipulado (aprender más acerca de Cristo y aprender a andar en sus caminos), reformará nuestra manera de pensar, y la liberación consecuente nos librará de la atadura espiritual.

Una multa singular

En quien tenemos (…) el perdón de pecados según las riquezas de su gracia. Efesios 1; 7).
Inline image 1Un policía detuvo a una mujer porque mientras conducía, su hijita no iba sentada en el asiento especial para niños. Podía haberle aplicado una multa de tráfico, pero en lugar de eso les pidió a ambas que lo acompañaran a una tienda cercana, donde él mismo compró el asiento requerido. La mujer tenía problemas financieros y carecía de recursos para comprarlo.
En lugar de recibir una multa por su infracción, se fue con un regalo. Los que conocen a Cristo han experimentado algo similar. Todos merecemos ser castigados por quebrantar las leyes de Dios (Eclesiastés 7:20); pero, en su gracia, Dios envió a Jesús para que no tengamos que sufrir las consecuencias de nuestro pecado y vivir separados de Él para siempre (Romanos 6:23). En (Jesús) tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia (Efesios 1:7).